5. Tradición humanística
5.1. Virtudes y vicios
§1EGuardar marcapáginas Puede parecer que el problema central de las humanidades digitales es la irrupción de las tecnologías digitales en las humanidades, y que las humanidades, con sus cientos de años de historia, son un andamiaje estable. En realidad, la idea de lo humanístico se complejiza entre más se inspecciona. Por esta razón, antes de acercarnos a las demás dimensiones que configuran este mapeo de las humanidades digitales —los modos de relacionamiento entre las humanidades y las tecnologías digitales, la organización de las comunidades y las infraestructuras en las que se soporta—, es útil indagar las raíces profundas del pensamiento humanístico que dan lugar a dos problemas que serán recurrentes en esta disertación: por una parte, las condiciones institucionales y conceptuales que dan cabida al discurso, a veces amenazante, a veces salvífico, de las humanidades digitales, y, por otra, la relación paradójica de la tradición de las humanidades con Latino/América. Tener presentes estos problemas en conjunto puede, a su vez, dar un horizonte más claro de las tensiones que han aparecido en la formación de las humanidades digitales en nuestro contexto.
§2EGuardar marcapáginas La columna vertebral que estructura este capítulo es la idea de que las humanidades conforman una tradición de pensamiento con propósitos y valores ambivalentes: sus virtudes también son sus vicios, para decirlo concisamente. Tales propósitos y valores deben entonces examinarse en sus matices, pues pueden resultar tanto en proyectos necesarios para realizar lo humano —un proyecto conjunto como especie— como en caminos perniciosos y opresivos —un proyecto de autodominación—. Según Latour1Bruno Latour, Nunca fuimos modernos: Ensayos de antropología simétrica (Madrid: Clave Intelectual, 2022)., la modernidad sigue un doble proceso contradictorio: traducción, es decir, integración intercultural e hibridación, y, a la vez, purificación, es decir, separación de lo Humano y lo no-humano. En efecto, las humanidades modernas se reconocen como las guardianas de la memoria, las posibilitadoras de la interpretación y apreciación de la cultura, las promotoras de la educación y el cultivo intelectual, las defensoras de la argumentación y la participación democrática en la esfera pública, y, aún así, todos esos propósitos, en ocasiones, se maldireccionan en cercar lo que significa ser humano y así oprimir a otros y disminuir su dignidad.
§3EGuardar marcapáginas Así, esta condición ambivalente ha producido dos fenómenos importantes para esta investigación:
§4EGuardar marcapáginas Por una parte, ha desencadenado una crisis de las humanidades —en términos de una pérdida de su lugar en las instituciones que las soportan y una pérdida del reconocimiento de su valor social— y, en respuesta, la búsqueda de nuevas formas de revalidación2Helen Small, The Value of the Humanities (Oxford New York: Oxford University Press, 2016).. Esto ha producido, a su vez, un reamoldamiento de las humanidades a métodos más cuantitativos, entre ellos, los basados en tecnologías computacionales3Carolina Gainza, «Literature and Algorithms: "Aesthesis" and "Mathesis" in Digital Humanities», Humanities and Big Data in Ibero-America: Theory, Methodology and Practical Applications, ed. Ana Gallego Cuiñas y Daniel Torres-Salinas (Boston: De Gruyter, 2023), 137-52., pero también lecturas críticas de los medios digitales como cultura y detonadores de fenómenos sociales4Domenico Fiormonte, Teresa Numerico, y Francesca Tomasi, The Digital Humanist: A Critical Inquiry (Brooklyn: punctum books, 2015).. Las humanidades digitales se incrustan justo en el medio, pues tienen aspectos instrumentales pero también establecen un horizonte epistémico para estudiar a las sociedades digitalizadas contemporáneas, como se elabora en más detalle en el capítulo 6.
§5EGuardar marcapáginas Por otra parte, la condición ambivalente de las humanidades ha producido relaciones tensionantes con grupos subalternos que, dicho metafóricamente, están en los bordes del humanismo. En el contexto que nos interesa, o sea, Latinoamérica, se ha planteado en múltiples ocasiones la pregunta por la autenticidad de nuestras humanidades y nuestro humanismo, o, dicho de otra forma, se ha planteado la pregunta acerca de si somos los Humanos del humanismo. Aunque esta cuestión no estuvo muy presente en las entrevistas que realicé, esta pregunta es crítica en el proyecto de las humanidades digitales, pues nos obliga a repensar tanto el tipo de temas que se deberían tratar en proyectos de este campo en nuestro contexto como la necesidad de construir visiones propias de lo humano.
5.2. Humanismos, propósitos, disciplinas e instituciones
§6EGuardar marcapáginas Humanidades y humanismo pueden entenderse como dos conceptos relacionados y conectados por una tradición cultural común que proviene principalmente de Occidente —o de apropiaciones occidentales de otros valores culturales— y que se ha expandido globalmente.
§7EGuardar marcapáginas Si lo planteamos en términos generales, diríamos que las humanidades se encargan de estudiar, conservar y apreciar las actividades y la producción humana, es decir, su cultura, y el humanismo reflexiona acerca de en qué consiste ser humano, cuál es su lugar en el mundo y, de forma subyacente, establece un horizonte moral para eso que considera la humanidad y, de paso, por exclusión, también para lo no-humano.
§8EGuardar marcapáginas En su lectura de los orígenes del humanismo, Giusti5Miguel Giusti, «El sentido de las humanidades», El futuro de las humanidades las humanidades del futuro, ed. Miguel Giusti y Pepi Patrón (Lima, Peru: Pontificia Universidad Católica del Perú, Fondo Editorial, 2010), 37-46. afirma que humanismo y humanidades son dos aspectos de la pregunta por lo Humano, con H mayúscula, del humanitas latino. El humanismo es la philantropia, la pregunta por cómo proporcionar bienestar a la humanidad y cómo tratar a los demás humanos, y las humanidades son la paideia, el estudio de la humanidad que surge de la curiosidad por aprender y por cultivarse a sí misma. La relación es recursiva, pues el humanismo define los confines de las humanidades y las humanidades definen lo que puede considerarse como bueno para el Humano.
§9EGuardar marcapáginas No obstante, más que una historia lineal y claramente definida, el humanismo es un "proyecto inacabado, paradójico, zigzagueante" como afirma Molano Camargo6Frank Molano Camargo, «El humanismo en perspectiva histórica», Escuela y formación humanista miradas desde la investigación educativa, ed. Diego H Arias Gómez y Frank Molano Camargo, 2016, 19.. Este zigzageo, el movimiento de las humanidades en medio de sus contradicciones, puede verse desde tres aspectos complementarios: su conceptualización, sus propósitos, y sus instituciones y disciplinas:
§10EGuardar marcapáginas Primero, la manera como se ha entendido lo Humano y su estudio no ha sido homogénea en todos los contextos y no ha querido decir lo mismo en todos los momentos de la historia. Por ejemplo, Nussbaum7Martha C. Nussbaum, Not for Profit: Why Democracy Needs the Humanities (Princeton: Princeton University Press, 2016). en su defensa del papel de las humanidades en las sociedades contemporáneas, aboga principalmente por la herencia de la cultura grecolatina y el racionalismo ilustrado, y excluye otras formas de pensamiento como el catolicismo y el marxismo, que para ella son ideologías radicales y, aparententeme, en consecuencia, antihumanísticas. Por el contrario, digamos, el humanismo al que se refiere Heidegger en su Carta sobre el Humanismo apunta a todos los lugares desde los que se ha hecho la pregunta por el Ser Humano, porque "el hombre está destinado a pensar la escencia de su ser"8Martin Heidegger, Carta sobre el humanismo (Alianza Editorial, 2013).. Así, para Heidegger, son humanísticas, aunque equivocadas, por enajenarse del pensar y concentrarse en fines prácticos, tanto las muchas vertientes de la antigüedad clásica como el catolicismo, el marxismo, el existencialismo, etc.
§11EGuardar marcapáginas Segundo, en medio de estas diversas conceptualizaciones se han configurado una serie de propósitos particulares para las humanidades y el humanismo; las ideas que plantearé en esta disertación se basan principalmente en tres de ellos: la conservación de la memoria, la interpretación y apreciación de la cultura, y la participación en la vida pública. Las humanidades digitales pueden verse como continuaciones de estos propósitos, ayudadas por tecnologías computacionales, pero también como el estudio crítico de las culturas mediadas por las múltiples formas de lo digital. Así, las humanidades digitales son humanidades porque se afilian a esos propósitos y porque sus practicantes son conscientes de esa tradición.
§12EGuardar marcapáginas Tercero, la historia de las humanidades ha dado lugar a unas instituciones que trabajan para el cumplimiento de los propósitos humanísticos: principalmente, la biblioteca, el archivo, el museo, la universidad, y, si ampliamos la perspectiva, también las democracias. Adicionalmente, la academia contemporánea ha configurado unas disciplinas, es decir, dominios delimitados de estudio, que se desarrollan en esas instituciones: la historia, la filología, la filosofía, la estética, la lingüística, los estudios literarios, entre muchos otros. Las humanidades digitales se han insertado como soportes de estas instituciones y disciplinas, pero también las han puesto en cuestión con la inclusión de nuevos métodos investigativos, visiones de los medios, roles y formas de trabajo colaborativo que borra las barreras disciplinares -como elaboro en más detalle el capítulo 7—.
§13EGuardar marcapáginas Aquí haré un recuento de la trayectoria de las humanidades que será útil para luego situar las tensiones de las humanidades digitales en América Latina. Este recuento es importante para otros capítulos de esta disertación porque, por una parte, plantea varios de los propósitos generales a los que se comprometen las humanidades y el humanismo, y en consecuencia a los que también se compromenten las humanidades digitales cuando son concebidas como una continuación de las humanidades tradicionales, con la adición instrumental de las tecnologías digitales y el marco crítico de las culturas digitales; y, por otra parte, fundamentan las particularidades de las grandes instituciones humanísticas —la biblioteca, el archivo, el museo, la universidad, y las instituciones democráticas— y sus prácticas, disciplinas e indisciplinas. Es decir, la relación entre las comunidades formales e informales que conforman las prácticas humanísticas, y, por lo tanto, los lugares donde las humanidades digitales se insertan, cómoda o incómodamente. Adicionalmente, lo recorrido aquí servirá para aclarar la tensión fundamental del humanismo latinoamericano y su autenticidad, un planteamiento que será relevante para las reflexiones acerca de la formación de comunidad y las infraestructuras.
5.3. Trayectorias zigzagueantes de las humanidades y el humanismo
5.3.1. Trivium y quadrivium
§14EGuardar marcapáginas Para nuestros fines, podemos encontrar la raíz más clara de las humanidades en la antigua Grecia y en dos tipos particulares de enseñanza. En el primero, el programa sofista de estudios, que buscaba dar aplicaciones prácticas y políticas a la filosofía, está la semilla de lo que siglos después, en el Renacimiento, se vendría a llamar trívium. Es decir, el programa educativo que involucraba principalmente a la gramática, la retórica y la dialéctica9Rens Bod, A New History of the Humanities: The Search for Principles and Patterns from Antiquity to the Present (Oxford: Oxford University Press, 2013)., como se ve en el esquema del siglo XVI en la Figura 5. El propósito de este trívium consistía, principalmente, en formar ciudadanos con capacidades para la argumentación y la discusión en la plaza pública. Así, uno de los propósitos humanísticos derivados del trívium es la formación letrada para la participación colectiva. Martha Nussbaum10Nussbaum, Not for Profit. basa su defensa de la función social de las humanidades en el trívium: según ella, saber argumentar nos hace mejores ciudadanos, porque nos indica cómo participar en discusiones racionales que finalmente servirán a todos porque nos llevarán a las mejores formas de organizar la sociedad en democracia. Esta es, por supuesto, una visión virtuosa del poder argumentativo construido desde las humanidades, del uso público de la razón o, como lo denomina Pepi Patrón, "el ejercicio de la deliberación y el acuerdo entre ciudadanos"11Pepi Patrón, «El Valor de Las Humanidades», Summa Humanitatis 1, n.º 1 (18 de abril de 2007), https://revistas.pucp.edu.pe/index.php/summa_humanitatis/article/view/2311..

§15EGuardar marcapáginas No obstante, esta virtud de las humanidades también puede verse como un vicio. Aunque una herencia del trívium es la elaboración de las formas de razonamiento de la filosofía clásica, también lo es, desde hace cientos de años, un sistema de diferenciación letrado que separa a los que saben leer, escribir y argumentar de los que no lo saben; a los válidos interlocutores democráticos de los que no lo son. Heidegger afirma: "si a las plantas y a los animales les falta el lenguaje es porque están siempre atados a su entorno, porque nunca se hallan libremente dispuestos en el Claro del Ser, el único que es mundo"12Heidegger, Carta sobre el humanismo, 16.. En otros términos, insiste en que solo quienes tienen lenguaje son agentes de su propia voluntad y por lo tanto pueden actuar realmente en el mundo, pueden ser mundanos. El humanismo, justamente, defiende a la lectoescritura como una habilidad especializada o como una ocupación del tiempo libre de quien cuenta con ocio y voz pública, y al conocimiento como una forma de asegurar la participación ciudadana de las élites. Adicionalmente, el estudio de la cultura hecho por parte de estos Humanos con agencia propia sirve para crear una tradición identitaria que fundamenta una justificación del poder político: saber leer, escribir y argumentar según la tradición correcta es una legitimación moral para tomar decisiones por otros, que en este sentido no son Humanos y por lo tanto no saben lo que es bueno y verdadero pues solo viven atados a su entorno.
§16EGuardar marcapáginas En el presente, de estas ideas se derivan visiones cuasipositivistas del humanismo, defendidas por pensadores como Steven Pinker13Steven Pinker, En defensa de la ilustración: por la razón, la ciencia, el humanismo y el progreso (Barcelona: Paidós, 2019).; es decir, la idea de que las decisiones públicas deben ser tomadas por concilios de sabios que, racionalmente, pueden definir lo mejor para todos. Aquí podríamos parafrasear a Sloterdijk14Peter Sloterdijk, Normas para el parque humano (Madrid: Siruela, 2008)., quien a su vez se basa en Nietzsche: el que sabe leer sabe querer, y eso le da la potestad para decidir cómo cuidar a quien no sabe leer y por lo tanto solo es querido. Como crítica, la filósofa postcolonial Gayatri Spivak afirma que, bajo este discurso, no saber leer es equivalente a no poder hablar, en el sentido de no ser escuchado y no ser reconocido como sujeto con agencia propia15Gayatri Chakravorty Spivak, «¿Puede Hablar El Subalterno?», Revista Colombiana de Antropología 39 (1 de enero de 2003): 297-364, https://doi.org/10.22380/2539472X.1244.. Aquí, saber leer no es solo una proposición literal, es también una metáfora que se usa para hacer referencia a ser capaz de considerar lo correcto, el camino adecuado para el proyecto de lo Humano.
§17EGuardar marcapáginas Junto al trívium sofista está el otro programa de estudios derivado de la Grecia clásica, el quadrivium, de influencia platónica y pitagórica. De la influencia platónica surge la Academia, el centro de estudios donde, además del cultivo del cuerpo, se pensaba en las formas de construir la buena vida, las políticas adecuadas para mejorar a la sociedad, lo humanístico como filantropía. Por otra parte, de la influencia pitagórica surge un misticismo erudito a través del cual se busca conocer el orden natural y la organización del universo16Cohen H. Floris, «Music as Science and as Art. The Sixteenth/Seventeenth-Century Destruction of Cosmic Harmony», The Making of the Humanities. Vol 1. Early Modern Europe, ed. Rens Bod, Jaap Maat, y Thijs Weststeijn (Amsterdam: Amsterdam University Press, 2010), 59-74.. Derivado de estas tradiciones, el quadrivium se encargaba de estudiar la aritmética, la geometría, la astronomía y la música (como fenómeno quasimatemático) como una forma de explicar el funcionamiento estructural universal.
5.3.2. Lectura, memoria, bibliotecas y museos
§18EGuardar marcapáginas En la Edad Media, con la oficialización del cristianismo en el Imperio Romano, aparecen los precursores de los eruditos escolásticos, que hacen los primeros intentos por traducir la producción clásica, más que todo de lo que se conocía de Aristóteles, a la luz de la creencia cristiana17Umberto Eco, The Search for the Perfect Language (Oxford: Blackwell Publishers, 1995); Serge Gruzinski, Las cuatro partes del mundo: historia de una mundializacion (México: Fondo de Cultura Economica de Argentina, 2010).. La Iglesia se convierte en Europa tanto en autoridad religiosa como en autoridad administrativa, y desde ese lugar discursivo defiende su propia versión de humanismo, basada en la cultura letrada monacal: los monjes hacen labor manual, educan y administran. Además se adelantan las reformas educativas y culturales a través de escuelas catedrales y escuelas abiertas —que de todos modos son administradas por la Iglesia—18Jens Høyrup, Human Sciences: Reappraising the Humanities through History and Philosophy (Albany, NY: State University of New York Press, 2000).. Antes de que el imperio de Carlomagno se desmoronara, se estableció un discurso que buscaba juntar una identidad occidental clásica, la cultura grecorromana, con la hegemonía cristiana. Así, los escolásticos dedicaron muchas páginas, después laboriosamente copiadas a mano, a probar la existencia de Dios desde los principios de la lógica aristotélica19Ibid.. Además, la recuperación por parte del mundo árabe de los clásicos, y su lectura desde el Islam, también fue, a su vez, esencial en este proyecto de consolidación humanística gracias a la conservación de texto clásicos perdidos en Occidente20Hans Daiber, «Humanism: A Tradition Common to Both Islam and Europe», Filozofija i Drustvo 24, n.º 1 (2013): 293-310, https://doi.org/10.2298/FID1301293D..
§19EGuardar marcapáginas La cultura monacal es una responsable importante de que la escritura y la lectura tengan un papel central en el humanismo, y sus instituciones, en buena medida, se desprenden de sus prácticas. Como lo manifiesta un personaje de la novela Elizabeth Costello de J.M. Coetzee, mientras está en una discusión universitaria con una monja erudita: "son las humanidades y solo las humanidades, y el entrenamiento que ellas proveen, las que nos permitirán manejar nuestro camino a través de este mundo multicultural, [...] y esto es precisamente porque las humanidades se tratan de lectura e interpretación"21J. M. Coetzee, Elizabeth Costello (New York: Penguin Books, 2004), 129.. Esto resonará en el capítulo 6 con la mención del padre Roberto Busa, uno de los precursores de las humanidades digitales y la contrucción de una narrativa que imagina un linaje entre los copistas medievales y los textos anotados computacionalmente.
§20EGuardar marcapáginas La novela El nombre de la rosa de Umberto Eco22Umberto Eco, El nombre de la rosa (Barcelona: Ed. Lumen, 1989). es en cierta medida una oda a esta forma de humanidades y a los propósitos que surgen de ella: la conservación de la memoria y la interpretación y apreciación de la cultura. En la novela seguimos al monje medieval Guillermo de Baskerville y al novicio Edso, una especie de Sherlock Holmes y Watson, en la tarea detectivesca de descubrir quiénes están matando a los monjes de una abadía. Sin embargo, además del misterio, a lo largo de la historia se muestra el proceso erudito que realizan los copistas monacales, transcribiendo libros a mano y a la vez anotando glosas e interpretaciones en los bordes de las páginas. Esta idea volverá cuando hablemos de la datificación digital, como sucede, por ejemplo, con el sistema de marcado TEI mencionado en el capítulo 6.
§21EGuardar marcapáginas En la novela también paseamos por la grandes infraestructuras e instituciones de conservación de los documentos: el archivo y la biblioteca. La obra de Eco es además una reflexión sobre el conocimiento como poder; los libros que copian los monjes son tan valiosos que la biblioteca es una estructura con una organización impenetrable y laberíntica, y la curiosidad por conocimientos prohibidos es juzgada por la Inquisición. Como afirma Figueroa Álcantara, "ya desde la Antigüedad se perfilaron diversas constantes presentes desde ese momento y en el desarrollo ulterior de las bibliotecas: las utopías de reunir, registrar, usar, conservar y difundir toda la información y conocimiento disponibles"23Jaime Ríos Ortega y Hugo Álberto Figueroa Alcántara, eds., «La Trascendencia Social y Cultural de Las Bibliotecas», El Valor Social de La Información y Las Bibliotecas: Acercamientos e Indagaciones (México D.F.: Universidad Nacional Autónoma de México, 2021), 147.. Esta idea también guarda relación con la destrucción de otras formas de conocimiento invalidado o inconveniente, como la eliminación de las formas de conservación de la memoria de otras culturas como se ejemplifica en la figura 6 con el caso del Códice Dresde. Adicionalmente, veremos en otros capítulos que en las humanidades digitales el discurso de internet se configura como una extensión exacerbada de la idea de la biblioteca y el ideal de la conjunción del conocimiento universal, a veces accesible, a veces no, en la que se proyecta tanto la apertura como el simultáneo ocultamiento del conocimiento.

§22EGuardar marcapáginas La interpretación de la cultura ha producido, sin duda, maravillosos ejercicios de apreciación de las posibilidades de la imaginación humana: las relaciones intertextuales, las reinterpretaciones, las lecturas avezadas, los movimientos críticos en el pensamiento. Adela Cortina sostiene que "las humanidades tienen por tarea descubrir los intereses que guían el conocimiento, y adentrarse en el terreno de la comprensión, interpretación y la emancipación"24Adela Cortina, «EL FUTURO DE LAS HUMANIDADES», Revista Chilena de Literatura, n.º 84 (2013): 215, http://www.jstor.org/stable/23595105.. Si los telescopios espaciales permiten ver que el planeta tierra es solo una pequeña parte del universo, los libros y otras obras culturales a través de su interpretación permiten ver que la humanidad es una construcción riquísima que excede la vida de una sola persona. El tiempo profundo no de la acumulación de sedimentos geológicos sino de la experiencia de los seres humanos, y cada uno de nosotros puede ser un granito en esa formación vastísima.
§23EGuardar marcapáginas La frase estamos parados en hombros de gigantes, como lo elabora Eco en uno de sus ensayos25Umberto Eco, A hombros de gigantes (Lumen, 2018)., es un resumen de una de las grandes tareas de las humanidades, pues se refiere a la constitución del conocimiento y la tradición al "escuchar a los muertos con los ojos", como diria Roger Chartier26Roger Chartier, Escuchar a Los Muertos Con Los Ojos. Lección Inaugural En El Collège de France (Buenos Aires: Katz, 2008)., o sea, a través de los libros, obras artísticas, documentos u otros rastros de vida dejados por antepasados. Una idea sumamente importante para las humanidades es que es posible ver más lejos el proyecto de lo Humano si se ve desde los hombros de quienes dejaron registro antes que nosotros, es decir, el Humano no es un individuo particular sino una identidad general y un proyecto de largo aliento.
§24EGuardar marcapáginas Siguiendo con la historia, también aparecen, como alternativa a los escolásticos —es decir, a los curas profesores—, los maestros, los profesores independientes que viven de las matrículas. La existencia de profesores permite que la protoburguesía con suficientes recursos pueda intentar ganar conocimientos por su propia cuenta27Agustín Rivero Franyutti, «¿Qué Son Hoy Las Humanidades y Cuál Ha Sido Su Valor En La Universidad?», Revista de la educación superior 42 (2013): 81-100. —para lo que nos interesa, que se autorreconozcan como Humanos, y que por lo tanto sean participes de la tradición y conocimiento dejada por los admirados gigantes—. Aparecen las semillas para las primeras universidades del mundo estrictamente hablando; la formación de comunidades del conocimiento cuya economía depende de tener estudiantes. Como veremos en el capítulo 7 esto será relevante, pues es el fundamento de la construcción de instituciones educativas formales como realidad social legitimadora y del discurso profesionalizante del que posteriormente dependerán las humanidades digitales.
§25EGuardar marcapáginas Como lo ha estudiado Høyrup28Høyrup, Human Sciences., el Renacimiento italiano ve una nueva reasimilación de los aspectos de la cultura antigua, y se formaliza un poco más el studia humanitatis: centrado en el buen estilo gramatical del latín, la retórica, la historia y la filosofía moral. No es que se produzca un estudio de la cultura entendida, en términos generales, como una producción de cualquier grupo humano (con minúsculas), sino de la alta cultura grecolatina, entendida como una herencia occidental que da identidad a la naciente consciencia europea29Edward Bleiberg, Arts and Humanities Through the Eras. (Farmington Hills; Ipswich: Cengage Gale Ebsco Publishing, 2004).. Aunque hay cierto interés por las culturas exóticas como contenedoras cifradas de un cristianismo prematuro, es decir, como parte primitiva de una narrativa maestra30Thijs Weststeijn, «'Signs That Signify by Themselves'. Writing with Images in the Seventeenth Century», The Making of the Humanities. Vol 1. Early Modern Europe, ed. Rens Bod, Jaap Maat, y Thijs Weststeijn (Amsterdam: Amsterdam University Press, 2010). (como se ve en la figura 7, un estudio del monje Jesuita Athanasius Kircher acerca de China). El Renacimiento nos deja el programa de estudios basado en la admiración por la antiguedad clásica, el mencionado trívium y quadrivium, que fundamenta las bases de la educación humanista contemporánea y configura a las humanidades propiamente hablando.

§26EGuardar marcapáginas También, como lo han estudiado extensamente Serge Gruzinski y Carmen Bernand31Carmen Bernand y Serge Gruzinski, Del descubrimiento a la conquista, la experiencia europea: 1492 - 1550 (México, DF: Fondo de Cultura Económica, 1996); Gruzinski, Las cuatro partes del mundo., en esta época, luego de la dominación de América y el Sudeste asiático por parte de Europa, se produce un proceso de mundialización, es decir, de conexión cultural entre todas las partes del mundo. En buena medida, la expansión del libro produce un intercambio de conocimientos a lo largo del planeta, y se gana una consciencia de la diversidad del mundo: tanto la occidentalización de las regiones dominadas, como la indagación curiosa de los europeos de las culturas que dominan a través de sus propios artefactos culturales. No obstante, se produce contradictoriamente y simultáneamente la destrucción de esos artefactos, vistos como heréticos, y su conservación estratégica, para alimentar la curiosidad de las naciones dominantes32Bernand y Gruzinski, Del descubrimiento a la conquista, la experiencia europea..
§27EGuardar marcapáginas Siguiendo, desde el siglo XVII se establece con mayor claridad la separación entre las humanidades: lo que hace la gente en la expresión de su subjetividad, y las ciencias naturales: lo que es verdad objetivamente hablando. O, según Windelband33Wilhelm Windelband, «History and Natural Science», History and Theory 19, n.º 2 (febrero de 1980): 165, https://doi.org/10.2307/2504797., entre las humanidades que describen específicos —son idiográficas— y las ciencias que describen leyes generales —son nomotéticas—. Las aspiraciones mágico-prácticas de las matemáticas de origen pitagórico se mudan ambiguamente al lado utilitario de las ciencias y las aplicaciones tecnológicas34Siegfried Zielinski, Arqueología de los Medios: Hacia el Tiempo Profundo de la Visión y la Audición Técnica (Bogotá: Ediciones Uniandes, 2012).. Los diccionarios y la lingüística aprovechan la distinción entre lenguas cultas y lenguas vulgares para entrar en una batalla nacionalista que Calvet ha llamado glotopolítica35Louis-Jean Calvet, Lingüística y colonialismo: breve tratado de glotofagia (Benos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2005).. En otros términos, la distinción entre civilización y barbarie toma un discurso científico cuando las discusiones lingüísticas se apoyan en métodos formales para definir cuál lengua es la que tiene más vestigios originarios o es la más perfecta36Ibid.; Eco, The Search for the Perfect Language.. Discusiones como estas aparecerán de nuevo con metodologías como la analítica cultural en las humanidades digitales, y su discurso de rigor objetivista a través de la extracción de datos computacionales como fundamento para el establecimiento de patrones generales de la cultura humana37Andrew Piper, «There Will Be Numbers», Journal of Cultural Analytics, 23 de mayo de 2016, https://doi.org/10.22148/16.006., como veremos en el capítulo 6.
§28EGuardar marcapáginas En esta historia que vengo contando, las comunidades religiosas católicas continúan con su tarea de conformar escuelas de élites, y los protestantes Luteranos forman sus propias élites, y tratan de promover el alfabetismo. Desde las comunidades religiosas, la antropología y la etnografía, que se usaban para conocer a los pueblos dominados38Joscelyn Godwin, Athanasius Kircher: A Renaissance Man and the Quest for Lost Knowledge (London: Thames and Hudson, 1979)., van dando lugar poco a poco a las ciencias sociales, apoyadas a veces por tecnócratas ilustrados interesados en la incipiente economía y la ciencia política39Jürgen Habermas, «Modernity — An Incomplete Project», Modernism/Postmodernism, ed. Peter Brooker (London ; New York: Longman, 1992), 3-15..
§29EGuardar marcapáginas También, se formalizan otras instituciones humanísticas, como el museo. Sobre la fundación del Museo Ashmolean en 1677, Irene Vallejo en El infinito en un junco comenta: "con el afán de revivir antiguas glorias, la colección pública regalada por Ashmole, una novedad sin nombre ni precedentes, se llamo"museo". Era una manera de trazar un eje imaginario entre Alejandría y Oxford. Ya existía una Gran Biblioteca; necesitaban su Museo. Creyendo restaurar el pasado, habían creado algo distinto, que triunfaría: una aleación de ideas antiguas e inquietudes contemporáneas. Fue este concepto de museo como lugar de exhibición el que terminó por asentarse en Europa, y no el modelo alejandrino de comunidad de sabios"40Irene Vallejo, El Infinito En Un Junco. La Invención de Los Libros En El Mundo Antiguo (Bogotá: Penguin Random House, 2021), 68..
§30EGuardar marcapáginas En esta línea, Gonzalo Maire Palma afirma que "el coleccionismo y los futuros museos de arte se han forjado históricamente como lugares de un discurso -si se quiere, de una ideología- sobre lo concreto (lo material de los objetos), una experiencia, a partir de lo sensible y desde un principio de gusto individual"41Gonzalo Andrés Maire Palma, «El Museo de Arte: La Taxonomía y El Patrimonio Como Operaciones de Formación Del Objeto y El Espacio Actual», Aisthesis Revista Chilena de Investigaciones Estéticas, n.º 69 (2021): 427, https://doi.org/10.7764/69.20.. El museo, entonces, de forma similar a la biblioteca se convierte en una institución de conservación de la memoria que propicia tanto ver la magnitud de la cultura humana en una escala comprensible como producir interpretaciones intertextuales entre objetos disímiles a través de significados transversales.
5.3.3. Divisiones científicas y disciplinamientos
§31EGuardar marcapáginas Aparecen a partir de este momento también las comunidades científicas como las conocemos hoy, y los institutos universitarios especializados. Herencias tanto de la Ilustración Francesa e Inglesa como del movimiento Idealista y Romántico Alemán. Como afirman Seely Brown y Duguid, las comunidades científicas, en redes epistolares y publicaciones académicas, conforman universidades invisibles, es decir, comunicaciones semipúblicas en las que "un sentido de comunidad surge a partir de la lectura común de un mismo texto"42John Seely Brown y Paul Duguid, The Social Life of Information (Boston, Massachusetts: Harvard Business Review Press, 2017), 173.. La Ilustración y el Romanticismo introducen fuertemente una búsqueda subjetiva por el cultivo de sí mismo a partir del estudio de leyes naturales y el contenimiento del conocimiento43David M. Berry, Understanding Digital Humanities (Houndmills New York: Palgrave Macmillan, 2012).. Aunque, como ha estudiado extensamente Zielinski, los límites entre conocimiento científico y humanismo, por ejemplo, con la alquimia, ya eran borrosos y de larga data44Zielinski, Arqueología De Los Medios., en este punto se empieza a establecer una distinción entre lo científico y lo humanístico que tendrá unos efectos divisivos importantes.
§32EGuardar marcapáginas Estas nuevas formas de conocimiento, debido a su carácter moderno, empiezan también a desplazar a las humanidades en términos de su relación con el pasado. Habermas sostiene que "el encanto que los clásicos del mundo antiguo arrojaron sobre el espíritu de tiempos posteriores se disolvió primero con los ideales de la Ilustración Francesa. Específicamente, la idea de ser"moderno" mirando atrás a los antiguos cambió con la creencia, inspirada por la ciencia moderna, en el progreso infinito del conocimiento y el infinito avance hacia el mejoramiento social y moral".45Habermas, «Modernity — An Incomplete Project», 5.. Así, la universidad moderna se estructura cada vez con más fuerza bajo la idea del progreso y el avance científico y pragmático, como veremos en más detalle en el apartado siguiente.
§33EGuardar marcapáginas Sin embargo, también se introduce a las humanidades una noción de disciplinamiento que, como lo afirma Gombrich46E. H Gombrich, Ideales e ídolos: ensayos sobre los valores en la historia del arte (Madrid: Debate, 1999)., proviene de las ciencias naturales, y es una de las catalizadores de la crisis humanística, de la que hablaré más adelante. Una subdivisión en facultades y campos de estudio que pueden ser estudiadas en aislamiento sin saltarse a otros dominios —digamos, estudiar química sin entrar en los problemas de la física—. Desde el punto de vista de Gombrich, aunque estas disciplinas pueden proveer una especialización provechosa para la investigación sofisticada, también hacen perder de vista lo Humano como un proyecto total y desvían el camino del humanista que, idealmente, con el fin de entender su objeto de estudio, se involucra con múltiples campos del conocimiento sin imponerse barreras artificiales.
§34EGuardar marcapáginas El disciplinamiento, además del encerramiento del dominio de estudio y la especialización, es también un principio organizativo. Para Zald, "los proyectos colectivos de las disciplinas académicas tienen dos grandes componentes: un componente intelectual —las formas y clases de conocimientos y valores que la disciplina quiere ampliar— y un componente ocupacional —la ideología, organización, y control de recursos, incluyendo el estatus, que el colectivo usa para justificar y mejorarse a sí mismo en la comunidad académica y general—"47Mayer N. Zald, «Sociology as a Discipline: Quasi-Science and Quasi-Humanities», The American Sociologist 22, n.º 3-4 (septiembre de 1991): 168, https://doi.org/10.1007/BF02691895.. A esto, Gronbeck añade que "con el advenimiento de la universidad moderna vino el esfuerzo por cincelar disciplinas —montones de aparatos definicionales y metodológicos que dividen los mundos sociales y humanos entre segmentos identificables, cada uno con axiomas y teorías, lógicas de inferencia y vocabularios de estudio. Las divisiones disciplinares de las que somos herederos —las Ciencias Naturales, Ciencias Sociales, Humanidades, Artes y profesiones— fueron los productos de la racionalidad administrativa, los fundamentos de filosofías educativas, e incluso las fuentes de promesas de resultados educativos positivos"48Bruce E. Gronbeck, «Is Communication a Humanities Discipline?: Struggles for Academic Identity», Arts and Humanities in Higher Education 4, n.º 3 (octubre de 2005): 230, https://doi.org/10.1177/1474022205056167.. Es decir, el disciplinamiento es tanto una postura con respecto al conocimiento, la idea de que está organizado en compartimentos aislados, como una respuesta pragmática a las estrategias organizativas de la universidad como institución formal profesionalizante y como subdivisión de la fuerza de trabajo.
§35EGuardar marcapáginas Asimilando esta realidad, Harpham, a diferencia de Gombrich, propone entender a las humanidades contemporáneas como una práctica disciplinar más dentro de la academia que se ciñe a las formas estándarizadas de producir y validar el conocimiento. O en otros términos, propone una aceptación del disciplinamiento como forma adecuada de construir conocimiento:
§36EGuardar marcapáginas "Las humanidades constituyen un campo de conocimiento como los otros, con un direccionamiento similar hacia un entendimiento abierto y en profundización de sus objetos de estudio —en este caso, textos y otros artefactos hechos por humanos, así como eventos o procesos. Las disicplinas de las humanidades se aproximan a estos objetos por medio de definiciones acordadas, aproximaciones teóricas, y otras barandillas para el entendimiento; estructurado por estos constreñimientos, un discurso compuesto por descripción, análisis y evaluación emerge, lo que permite a los investigadores identificar problemas o temas manejables, y probar hipótesis basadas en el tipo de cosas que la comunidad académica entiende como evidencia. Al operar de esta manera convencional y consensual, los investigadores demuestran su compromiso con las prácticas de sus pares y predecesores, y hacen contribuciones identificables al conocimiento. Colaborativa, transparente y progresiva, la tarea testifica que la verdad puede diferenciarse de la falsedad y de la mera opinión. Estos compromisos compartidos, esenciales para la investigación, son lo que hacen a las disciplinas disciplinas, y, en efecto, es lo que las hace [disciplinadas/disciplinares]"49G. G. Harpham, «Finding Ourselves: The Humanities as a Discipline», American Literary History 25, n.º 3 (1 de septiembre de 2013): 511, https://doi.org/10.1093/alh/ajt027..
§37EGuardar marcapáginas En cualquier caso, una mirada a las prácticas efectivas y a los temas de investigación de las humanidades pone en duda las barreras y los límites de tal disciplinareidad. Un ejemplo de esto se puede observar en el interactivo 4, que presenta una visita guidad apor los artículos que están conectados o hipervinculados con la entrada principal sobre las humanidades en español. Como se observa en el interactivo, existe una multiplicidad de interconexiones temáticas y brincos inesperados entre artículos que dan cuenta de un entramado complejo sobre la memoria y la interpretación de la actividad humana.
§38EGuardar marcapáginas Así, luego de todo lo dicho en estos apartados, las humanidades, por su larguísima historia, ya contienen una serie de tensiones que surgen de sus ambivalentes vicios y virtudes. Especialmente, la relación de las humanidades con el poder, la derivada definición de lo Humano y la exclusión de lo no-humano; la relación de las humanidades con las ciencias y la herencia del disciplinamiento; así como el lugar y valor de sus instituciones y sus respuestas a cambios sociales —que de forma entrelazada también se conecta tanto con el poder como con el disciplinamiento. Todas estas tensiones se avivan con las prácticas de las humanidades digitales, pues, como veremos, introducen nuevas formas de hacer y de pensar que las exacerban. Por ejemplo, el trabajo fuertemente colaborativo y comunitario de las humanidades digitales pone en cuestión una vez más el disciplinamiento; o el uso de software tensiona los alcances y las formas de construir conocimiento sobre la cultura; o las culturas digitalizadas, cada vez más inmediatas, nos obligan a pensar la relación del presente y el futuro con el pasado, entre muchos otros problemas que se ramifican. Siguiendo esta línea, a continuación pasaremos al tema de la crisis de las humanidades contemporáneas, con el fin de, posteriormente, ubicar a las humanidades digitales dentro de este panorama.
5.3. La crisis de las humanidades
§39EGuardar marcapáginas "El studia humanitatis se ha demorado en morir, pero ahora, al final del segundo milenio de nuestra era, está ciertamente en su lecho de muerte. Y además será muy amarga su muerte, diré, ya que ha sido provocada por el monstruo entronizado por esos mismos estudios como principio primero y animador del universo: el monstruo de la razón, la razón mecánica." —Bridget Costello en la Novela Elizabeth Costello de J. M. Coetzee50Coetzee, Elizabeth Costello, 123.
§40EGuardar marcapáginas "Hay unos vanos retóricos tan afectados en su decir, y tan pulidos en su hablar, que para darnos a entender una cosa que en sí es clara y sin dificultad buscan unas maneras exquisitas y unos vocablos incógnitos y procúranlo hablar con tanta hinchazón que ni se entienden a sí ni los podemos nosotros entender." —Cristóbal de Villalón - El Scholástico51Cristóbal de Villalón, El Scholástico (Madrid: CSIC, 1967).
§41EGuardar marcapáginas En el recorrido de esta historia zigzagente vemos que existe un entrecruzamiento profundo entre los valores positivos y los valores negativos de las humanidades, entre sus vicios y virtudes. La acumulación de esta historia nos lleva al tiempo presente y al lugar que ocupan las humanidades y el humanismo en las sociedades contemporáneas; el diagnóstico, para muchos autores, es que hay una crisis52Cortina, «EL FUTURO DE LAS HUMANIDADES»; E. H. Gombrich, «Research in the Humanities: Ideals and Idols», Daedalus 102, n.º 2 (1973): 1-10, http://www.jstor.org.ezproxy.javeriana.edu.co/stable/20024123; Patricia Morodo, «CRISIS Y DEFENSA DE LAS HUMANIDADES EN EE.UU.», Revista Chilena de Literatura, n.º 84 (2013): 223-25, http://www.jstor.org/stable/23595107; Nussbaum, Not for Profit; Small, The Value of the Humanities; Abril Trigo, «Las Humanidades En La Encrucijada de La Globalización», Revista de Crítica Literaria Latinoamericana 34, n.º 68 (2008): 33-53, http://www.jstor.org/stable/25479078.. Esta crisis en las humanidades y el humanismo se da, siguiendo el relato que he tratado de construir, por una pérdida del reconocimiento de sus virtudes, o al menos una infravaloración, y por la percepción de la exacerbación de sus vicios, especialmente para los grupos que han sido excluidos del concepto de lo Humano y para el imaginario en expansión de que lo que ofrece lo humanístico es irrelevante, porque hay otros campos que reemplazan lo que hacían las humanidades o porque los propósitos de la sociedad han cambiado. Con respecto a las humanidades, se consideran irrelevantes los estudios humanísticos en comparación con estudios que ven hacia el futuro y también producen más dinero en el mercado laboral; con respecto al humanismo, la participación democrática encuentra otras formas alternativas de discusión que no están basadas directamente en los puntos de vista humanistas.
5.3.1. Irrelevancia académica
§42EGuardar marcapáginas Por un lado está la irrelevancia de las humanidades en la academia. Hay un discurso extendido que supone que existe un conflicto entre lo que C. P. Snow53C. P. Snow, The Two Cultures (London ; New York: Cambridge University Press, 1993). llamaría las "dos culturas": la científica y la humanística, o, como lo entendería Adela Cortina, dos subculturas que "comparten el conjunto del bagaje humano, es decir, el ámbito de la curiosidad por el mundo natural y el aprecio por los sistemas simbólicos de pensamiento"54Cortina, «EL FUTURO DE LAS HUMANIDADES», 207.. La universidad del presente, aunque debe su forma a la tradición humanística, ha transformado sus intereses para privilegiar el discurso científico, tecnológico y práctico, y ha ampliado sus públicos a personas más interesadas en la educación para el trabajo, que es perfectamente legítima, que en el cultivo personal pedante por el que aboga el humanismo. Esto se debe, paradójicamente, en buena medida a la ampliación del acceso a la educación y el borramiento del elemento excluyente que caracterizaba a la universidad moderna55Frank Donoghue, «¿Tienen Futuro Las Humanidades?», Revista chilena de literatura, 2013, 227-32.. Se pasa de una formación para la civilidad a una formación para la fuerza de trabajo56Michela Coletta, Decadent Modernity: Civilization and 'Latinidad' in Spanish America, 1880-1920 (Liverpool: Liverpool University Press, 2018).. Esta crisis ha traído como efecto la desfinanciación de las instituciones humanísticas y sus facultades universitarias, la pérdida de puestos, y la supresión de carreras humanistas como fundamentación básica57Nussbaum, Not for Profit; Trigo, «Las Humanidades En La Encrucijada de La Globalización».. Sobre esto, en nuestra entrevista, Christina Boyles, comenta:
§43EGuardar marcapáginas "Yo diría que la crisis de las humanidades es manufacturada. Si lo vemos desde el punto de vista de la financiación pública podemos rastrear la reducción de las matrículas en programas de humanidades. Esto se correlaciona claramente con la falta de financiación pública para la educación. Y también, más reciéntemente, hemos visto una expansión de quiénes van a la universidad, lo cual es excelente. Pero como alguien que creció en un entorno familiar menos aventajado socioeconómicamente yo estudié un pregrado en Inglés, pero también en Negocios y Administración. Pienso mucho en los estudiantes que tienen la necesidad de estudiar cosas que creen que les garantizará un trabajo y un ingreso estable luego de que se gradúen"58«Entrevista a Christina Boyles», 9 de marzo de 2023..
§44EGuardar marcapáginas Boyles, justamente, es profesora de Humanidades digitales culturalmente comprometidas —Culturally engaged digital humanities— de la Michigan State University en Estados Unidos, es decir, un tipo de humanidades digitales conectadas con el trabajo comunitario, y la puesta en práctica de valores humanistas por medio de tecnologías y métodos digitales. Esta aproximación busca cerrar brechas sociales aprovechando elementos virtuosos de las humanidades y defendiendo su relevancia.
§45EGuardar marcapáginas Ernst Gombrich59Gombrich, «Research in the Humanities». reconoce cuatro maneras en las que las humanidades se ven en la incómoda necesidad de adaptarse en la academia contemporánea, esquivando o compitiendo con otras visiones que intentan ocupar su lugar o diminuirlas. A estas maneras, Gombrich las denomina ídolos, es decir, formas idealizadas de investigación en la universidad que, aunque ahora están cristalizadas y asentadas, no corresponden ni con los motivos ni los intereses originales de las humanidades: el Idolo Academica, o la subdivisión disciplinar en dominios de conocimiento; el Idolo Quantitatis, o el credo inductivista de que todo conocimiendo se adquiere a través de datos experimentales; el Idolo Novitatis, o la idea de que la investigación siempre debe producir novedad; y el Idolo Temporis, o la creencia de que cualquier indagación académica sigue unas reglas metodológicas fijas y estandarizadas. Ampliando esta lectura, el diagnóstico general de Aldo Mazzuchelli60Aldo Mazzucchelli, «El Pecado Original de Las Humanidades», Revista Chilena de Literatura, n.º 84 (septiembre de 2013): 37-55, https://doi.org/10.4067/S0718-22952013000200004. es que en las instituciones tradicionalmente humanísticas se están perdiendo las formas de legitimación del debate, es decir, la propia posibilidad de incluso discutir el valor de las humanidades en sus propios términos sin que estén subordinadas a otras formas de conocimiento o a las formas de financiación de las universidades. Así, Mazzuchelli afirma que "las humanidades están pasando a carecer de autonomía epistemológica"61Ibid., 47..
5.3.3. Defensas humanísticas
§48EGuardar marcapáginas Por supuesto, también existen estrategias de defensa. Teniendo en cuenta estas dos aparentes formas de irrelevancia y ante esta crisis, los humanistas proponen varias líneas por medio de las cuales es posible defender los valores positivos que caracterizan a las humanidades. Helen Small67Small, The Value of the Humanities. resume estas defensas en cinco categorías:
- se dice que las humanidades son indispensables para estudiar las prácticas de sentido de las culturas y para entender la subjetividad,
- que las humanidades aportan a la economía de los países a través de las instituciones culturales,
- que las humanidades aportan a la felicidad de las sociedades,
- que las humanidades son necesarias para la democracia, y
- que las humanidades son valiosas en sí mismas, sin que su justificación dependa de un valor externo.
§49EGuardar marcapáginas En resumen, la primera es una defensa epistemológica, la segunda económica, la tercera estética, la cuarta política, y la quinta tautológica (vale la pena hacer humanidades simplemente porque se pueden hacer). Todas son adecuadas, aunque queda la pregunta acerca de si serán suficientes. Distintos autores que asumen la tarea de la defensa de las humanidades toman posturas que se acomodan a alguna de estas categorías: la necesidad de democracia y felicidad Nussbaumiana, el entendimiento de las prácticas de sentido Gombrichianas, el afán civilizatorio Sloterdijkiano, o el valor en sí mismo Heideggeriano.
§50EGuardar marcapáginas El entramado de las instituciones humanísticas también se basa y se apoya en estos valores positivos atribuidos a las humanidades: el museo y la biblioteca funcionan como entidades que promueven la conservación de la memoria de los seres humanos, y llevan siglos construyendo las prácticas y los métodos para lograr esa conservación de la mejor manera posible. El museo y la universidad promueven el cultuvo del intelecto, el placer estético, la apreciación de la capacidad creativa, un acercamiento al pluralismo, el desarrollo de la habilidad discursiva y la capacidad para argumentar en la plaza pública y por lo tanto un apoyo a las prácticas democráticas, la reflexión con respecto a qué implica ser humano, el valor del simple acto de ser libre y por lo tanto de ocupar el tiempo en ejercer esa libertad de la manera que mejor resuene con la subjetividad y la inquietud propia.
§51EGuardar marcapáginas Un ejemplo claro y pragmático de los resultados de esta defensa es el crecimiento exponencial de centros de lectura y escritura o de civilidad en las universidades, que han configurado lugares en donde se reconoce y valora el papel del pensamiento humanístico, así como la necesidad de la formación de estudiantes con horizontes culturales amplios y con capacidades comunicativas eficaces y sofisticadas68Catalina Marín Altamirano, ed., Centros de Escritura Universitarios: Una Estrategia Para La Permanencia Estudiantil (Colombia: Universidad Santiago de Cali, 2020).. El trabajo en creación de centros de lectura y escritura ha servido, además, como una fuente de financiamiento de las humanidades, ahora entendidas como un servicio general a todas las facultades y como un complemento de las nuevas finalidades de los espacios educativos. Los nuevos medios digitales añaden más complejidad a esta situación, pues de forma similar a los centros de lectura y escritura, son una oferta atractiva para las instituciones educativas, ansiosas por enseñar a sus estudiantes formas de comunicarse eficientemente a través de sonido e imagen en movimiento, así como ellas también deben hacerlo en las culturas digitales y de internet, y de ahí que en el presente prosperen carreras de comunicación, narrativas o humanidades digitales. Como afirma Rodríguez-Yunta: "las DH suponen una [...] respuesta a la aparición de nuevos públicos. El cambio cultural implica una nueva relación entre creador y público, tanto para el escritor y artista, como para el investigador"69Luis Rodríguez-Yunta, «Ciberinfraestructura Para Las Humanidades Digitales: Una Oportunidad de Desarrollo Tecnológico Para La Biblioteca Académica», El Profesional de la Informacion 23, n.º 5 (1 de septiembre de 2014): 457, https://doi.org/10.3145/epi.2014.sep.01.. Así, las humanidades digitales hacen lo propio, con el discurso del rigor computacional, la lectura crítica de las culturas digitales, o la creación práctica de interfaces, portales, archivos y proyectos de divulgación digital.
§52EGuardar marcapáginas Sin embargo, como afirma Small: "una defensa es, después de todo, una defensa contra una amenaza percibida, que puede definirse como un conjunto de necesidades y valores alternativos (la utilidad económica, por ejemplo; o un empirismo excluyente; o una estimación estrechamente cuantitativa de la felicidad humana), o puede ser una amenaza más impersonal representada por un ambiente económico inhabitable en el que todos los bienes públicos están sujetos a demandas de justificación mucho más duras"70Small, The Value of the Humanities, 3.. Esta posición defensiva, si se exacerba, puede resultar problemática, pues implica la búsqueda del decaímiento de las humanidades en otra causa fuera de sí mismas, sin un autoexamen suficiente acerca de sus propias prácticas y limitaciones, sus vicios y virtudes. Las humanidades digitales se ubican justo en el medio de este problema, y, por lo tanto, son recibidas con simultáneo entusiasmo y desconfianza.
5.4. Las humanidades digitales en la crisis de las humanidades
§53EGuardar marcapáginas "Un automóvil rugiente, que parece correr como la metralla, es más bello que la Victoria de Samotracia" -Filippo Tommaso Marinetti - Manifiesto Futurista71Filippo Tommaso Marinetti, «Manifiste Du Futurisme», Le Figaro, 20 de febrero de 1909, 51 edición.
§54EGuardar marcapáginas "Hombres que habitaban en"máquinas de vivir" construidas en ciudades dominadas por los tubos electrónicos han inventado esa extraña ciencia que se llama cibernética, que rige la fisiología de los "cerebros electrónicos" y que, en días próximos, servirá para controlar los ejércitos de robots. En ese país no sólo se ha llegado a medir los colores y olores sino los sentimientos y emociones. Y esas medidas, convenientemente tabuladas, han sido puestas al servicio de las empresas mercantiles." —Ernesto Sábato - Hombres y Engranajes72Ernesto Sábato, Hombres y Engranajes (Buenos Aires: Emecé Editores, 1951), 54.
§55EGuardar marcapáginas Como lo ha planteado Rodríguez Yunta: "Las DH [Humanidades digitales] reflejan la necesidad de las disciplinas humanísticas de reivindicarse en la sociedad de la información, y también de reinventarse y asumir la revolución tecnológica en todas sus consecuencias"73Rodríguez-Yunta, «Ciberinfraestructura Para Las Humanidades Digitales», 458.. En efecto, a grandes rasgos, las humanidades digitales implican un doble movimiento: por un lado, son el estudio de los temas humanísticos tradicionales por medio de tecnologías digitales, y, por otro, son el estudio de lo digital como cultura, es decir, como producción humana y, por lo tanto, como tema humanístico. A su vez, este doble movimiento pone a las humanidades digitales en una doble condición frente a la crisis, o sea, el lugar cada vez más incómodo para las humanidades dentro de las instituciones que ellas mismas crearon: las humanidades digitales son simultáneamente promesa de salvación y posible aceleración de la crisis —aunque podría ser una aceleración tal vez virtuosa, tal vez destructiva—.
5.4.1. Primer movimiento: digital instrumental
§56EGuardar marcapáginas Con respecto al primer movimiento, las tecnologías digitales crean una promesa de rigor, velocidad y volumen que podría hacer de las humanidades una ciencia que hace uso de la cuantificación y la computación para estudiar el sentido de lo humano a gran escala, y así podría ponerlas a la par de los estándares de otras formas de investigación en la academia. Bajo esta idea, lo digital actualiza y revalida a las humanidades. Como se explica en mayor detalle en el capítulo 5.2, sobre los modos de relacionamiento entre lo digital y lo humanístico, las humanidades digitales ofrecen un abanico de métodos investigativos que ponen a las tecnologías de registro de información, procesamiento algorítmico e interfaces digitales al servicio de la conservación, interpretación y apreciación de la cultura. Hablamos de colecciones digitales, procesamiento estadístico de textos e imágenes, visualización de datos, modelos de inteligencia artificial, ediciones críticas hipertextuales, obras de arte generativo, reconstrucción 3D de objetos culturales, y un largísimo etcétera.
§57EGuardar marcapáginas Para algunos, este discurso salvífico del rigor computacional es engañoso. Por ejemplo, para Aldo Mazuchelli correspondería con lo que él llama el pecado original de las humanidades. Según él "esa"cientifización" en el proceso de legitimación de las humanidades es probablemente una de las semillas de su actual decadencia"74Mazzucchelli, «El Pecado Original de Las Humanidades», 40.. No es el único con esa visión, el peligro de la cuantificación de la experiencia humana ya era advertida hace décadas, antes del uso extendido de la computación, en el alarmista libro de Ernesto Sábato Hombres y Engranajes, publicado en 1951. Allí Sábato afirma que "la raíz de esta falacia reside en que nuestra civilización está dominada por la cantidad y ha terminado por parecemos que lo único real es lo cuantificable, siendo lo demás pura y engañosa ilusión de nuestros sentidos."75Sábato, Hombres y Engranajes, 44.. Esta amenaza puede verse también como la eliminación de la lectura y de las letras y su reemplazo por los números, la angustia por la pérdida de un conocimiento que se ha construido por cientos de años y que tiene que ver con el concepto del Ser humano como constructor de su propio destino76J. Andrew Brown y Ignacio M. Sánchez Prado, «Humanismo "Cyborg": El Letrado Posthumano En América Latina», Revista de Crítica Literaria Latinoamericana 34, n.º 68 (2008): 19-32, http://www.jstor.org/stable/25479077. como elaboramos en apartados anteriores cuando hablamos de "los hombros de gigantes" y el pasado como fundamento para los horizontes futuros. Las letras son escritas por los humanos mientras que los números son una extracción de un dato pre-dado del mundo, una fatalidad ya escrita.
§58EGuardar marcapáginas Por el contrario, para Michael A. Fuller, la aplicación de métodos científicos y de tecnologías digitales brinda la oportunidad de superar un impasse interpretativo de las humanidades: que los "significantes no están atados de forma segura a las cosas"77Michael A. Fuller, «Digital Humanities and the Discontents of Meaning», Journal of Chinese History 4, n.º 2 (julio de 2020): 259, https://doi.org/10.1017/jch.2020.13.. Es decir, el problema referencial de lograr fundamentar los textos en el mundo y en la mente, no solo en tradiciones arbitrarias. Para Fuller, el procesamiento algorítmico de grandes bases de datos puede ayudar a construir modelos de significado pragmático y uso del lenguaje y así brindar ese fundamento perdido. De este modo, y de forma optimista, considera que "las ciencias pueden ayudarnos con dimensiones de experiencia creaturales de importancia crucial -ayudarnos a entender los mecanismos biológicos de la memoria, el afecto y la producción de lenguaje- y situar y entender los textos en el mundo humano construido en estos procesos básicos nos devuelve a la disciplina humanística de la hermenéutica, de la que las humanidades digitales son una encarnación tecnológica"78Ibid., 262.. Es decir, más que una limitante, la cuantificación es una expansión de los insumos a través de los cuales se fundamenta el sentido, y es una expansión más solida y generalizable que otras formas de hermenéutica incompletas por su carácter altamente subjetivo. Algunas posturas de las humanidades digitales se afilian a esta visión, como es el caso de la analítica cultural analizada en detalle en el capítulo 6.
§59EGuardar marcapáginas Para David Golumbia, por su parte, el problema no es el desplazamiento de las humanidades a métodos cuantitativos, sino que estos métodos son una forma reaccionaria de mantener los privilegios elitistas que las humanidades han representado. Dice Golumbia que "dentro de nuestras instituciones de poder, la computarización tiende a estar alineada con fuerzas ansiosas de autoridad, jerárquicas, y políticamente conservadoras -las fuerzas que justifican formas existentes de poder"79David Golumbia, The cultural logic of computation (Cambridge, Mass.: Harvard University Press, 2009), 4.. Desde este punto de vista, el discurso del rigor computacional es una herramienta de poder, pues funciona como un obstáculo para posturas más incómodas y críticas con los propios principios de las humanidades, como la decolonialidad o el posthumanismo, que se tachan de faltas de rigor debido a que no necesariamante se ciñen al statu quo de la racionalidad académica cuantificada. Es decir, más que una ruptura, lo que implica un cierto sabor de las humanidades digitales es la continuación de las prácticas elitistas que ya están asentadas en las humanidades por los propios fundamentos de la tradición y su relación con el poder. Son, por así decirlo, un fundamento nuevo para prácticas viejas. Como lo afirman Gómez-Cruz, Ricaurte y Siles, es necesario establecer una crítica decolonial a los problemas subyacentes de este discurso:
§60EGuardar marcapáginas "1) la tendencia a usar la metodología como una fórmula a seguir, más que como una propuesta a discutir, que se puede modificar y sobre la cual hay que construir y ajustar; 2) la consolidación, preponderancia, visibilidad y reproducción de ciertos métodos que provienen de los centros de poder-saber; y 3) la naturalización de ciertos métodos (y teorías) como los únicos válidos, que se incrementa como problema cuando son usados de manera acrítica en lugares distintos a aquellos donde fueron creados."80Edgar Gómez-Cruz, Paola Ricaurte, y Ignacio Siles, «Descolonizando Los Métodos Para Estudiar La Cultura Digital: Una Propuesta Desde Latinoamérica», Cuadernos.info, n.º 54 (2023): 166, https://doi.org/10.7764/cdi.54.52605..
§61EGuardar marcapáginas Como mediación, Carolina Gainza propone que las humanidades digitales se conciban como una unión entre aesthesis y mathesis,81Carolina Gainza, «Literature and Algorithms». es decir, tanto de una perspectiva cualitativa, imaginativa e interpretativa que pueda dar cuenta de la diferencia local y de los aspectos específicos de cada expresión cultural, como de una perspectiva que pueda brindar un entendimiento general por medio de la cuantifiación y la construcción de modelos descriptivos. La cuantificación, vista como complemento más que como reemplazo, puede entonces resultar beneficiosa, pues desencadena un ampliamiento de las maneras de ver la cultura y, por lo tanto, un enriquecimiento de la interpretación. La unión entre aesthesis y mathesis implica adoptar nuevos métodos y perspectivas sin seguirlas ciegamente como promesa de resolución de la crisis o mejor adaptación de las humanidades a la academia cientificista.
5.4.2. Segundo movimiento: cultura digital
§62EGuardar marcapáginas Con respecto al segundo movimiento, las humanidades digitales ofrecen una oportunidad para entender los medios, los fenómenos sociales y culturales y la democracia en el juego de la velocidad, el volumen y la escala global de la comunicación digital, así como las formas de creación artística en píxels, ondas de sonido, redes de internet, videojuegos, realidades aumentadas, narrativas hipertextuales, etc. Esto, más que una deriva de la perspectiva humanística es un ejercicio necesario, pues estudiar las sociedades contemporáneas nos lleva a indagar las formas en las que lo digital las transforman profundamente. Al respecto, Nuria Rodríguez-Ortega afirma: "¿dónde, entonces, está el valor del adjetivo"digital"? ¿No es esa etiqueta un poco redundante, y por lo tanto dispensable, en nuestro mundo contemporáneo?"82Nuria Rodríguez-Ortega, «Digital Social Sciences and Digital Humanities of the South. Materials for a Critical Discussion», Global Debates in the Digital Humanities, ed. Domenico Fiormonte, Sukanta Chaudhuri, y Paola Ricaurte (Minneapolis: University of Minnesota Press, 2022), 101.. Unas humanidades en el presente no pueden más que ser humanidades digitales en la medida en la que lo digital es inevitable porque impregna las vidas cotidianas de buena parte de la población mundial y por lo tanto sus formas de dar sentido.
§63EGuardar marcapáginas Por ejemplo, sería imposible estudiar las culturas contemporáneas sin entender las nuevas formas de construcción de memoria colectiva, que necesariamente pasan por una hibridación de medios análogos y digitales de registro de información y de ritualidad comunitaria. Estas formas de memoria tienen materialidades, modalidades, modos de transformación y formas de circulación particulares que deben ser estudiados en su especificidad83Richard L. MacDonald, Nick Couldry, y Luke Dickens, «Digitization and Materiality: Researching Community Memory Practice Today», The Sociological Review 63, n.º 1 (febrero de 2015): 102-20, https://doi.org/10.1111/1467-954X.12215.. También sería imposible estudiar las democracias en el presente sin pensar en las formas de circulación de la información en internet, la vigilancia estatal y corporativa, o las formas de autoregistro de la personalidad y la ideología en redes sociales84Nick Couldry, «Surveillance-Democracy», Journal of Information Technology & Politics 14, n.º 2 (3 de abril de 2017): 182-88, https://doi.org/10.1080/19331681.2017.1309310.. Y, por supuesto, es necesario estudiar las formas diversas de la cultura contemporánea mediadas por tecnologías digitales y de la telecomunicación, lo que Alan Liu85Alan Liu, «Toward Critical Infrastructure Studies», 2018. denomina Coolturas, como la televisión por cable, la internet, o el uso cotidiano y constante de smartphones. En este caso, y como la afirma Liu, la propia noción de infraestructura tecnológica es reciproca, igual de compleja, y está imbricada con el concepto amplio de cultura. Es decir, el medio y la expresión sociocultural son parte de un mismo fenómeno y sus efectos están entrecruzados. Todos estos son problemas humanísticos, pero no son problemas que pueden ser asumidos desde el disciplinamiento; por el contrario, para abordarlos será necesario que las humanidades reconozcan generosamente a los estudios de la comunicación como parte de ellas, como elaboro en más detalle en el capítulo 6, y que una perspectiva autocrítica del humanismo y el poder tome lugar.
§64EGuardar marcapáginas De hecho, si profundizamos esta idea, podemos afirmar que para lograr una postura crítica y un entendimiento de estas sociedades contemporáneas, es además necesario conocer el funcionamiento interno de las tecnologías digitales para poder hacer una crítica cultural de ellas. Como afirma Berry, esto no implica "defender que los métodos y prácticas existentes en la ciencia de la computación se vuelvan hegemónicos, sino que un entendimiento humanístico de la tecnología pueda desarrollarse, lo que también implica una indagación urgente de lo que es humano dentro de las humanidades o ciencias sociales computacionales"86David M. Berry, «Introduction: Understanding the Digital Humanities», Understanding Digital Humanities, ed. David M. Berry (Houndmills New York: Palgrave Macmillan, 2012), 9.. Si las humanidades toman una actitud de conocimiento de los fundamentos técnicos de lo digital, se presenta un doble beneficio: por un lado se conocen los mecanismos que ya regulan a las sociedades y por otro se encuentra la influencia y la fundamentación humanística que ya existe como tiempo profundo en los medios digitales; en otras palabras, se borran los límites que plantean de forma dicotómica el desarrollo tecnológico y la historia humana.
§65EGuardar marcapáginas Adicionalmente, este conocimiento es esencial para poder desarrollar proyectos instrumentales efectivos. Como menciona Jaime Borja87«Entrevista a Jaime Borja», 11 de marzo de 2024. en nuestra entrevista, profesor de historia en la Universidad de los Andes en Colombia, y quien ha desarrollado proyectos con bases de datos y libros digitales, aunque no programe, se ha visto en la obligación de aprender los rudimentos de los lenguajes de programación para poder "establecer una conversación" con desarrolladores, saber "qué tan dificil o qué tan fácil es hacer algo", y crear propóstios y expectativas adecuadas sobre lo que quiere lograr. Es decir, se ha tenido que impregnar de el pensamiento y la cultura digital como una necesidad para sus prácticas.
§66EGuardar marcapáginas No obstante, el disciplinamiento puede impedir este tipo de conocimiento y análisis transversal, tanto técnico como humano. Las posturas apocalípticas que rechazan de forma casi ludita a las tecnologías digitales porque las ven como una reducción cuantitativa de la cultura, o los constreñimientos disciplinares que no exploran otros campos del conocimento y solo se quedan en los dominios de lo conocido o lo aceptable institucionalmente, pueden representar un cómodo adormecimiento intelectual, justificado por la aparente amenaza de la cuantificación y la computación; una perspectiva nostálgica de un tiempo pasado idealizado. Es decir, de forma inversa a la crítica de Golumbia citada anteriormente, el rechazo del análisis de los mundos digitales puede ser también un guardapuertas para evitar la incursión de otros valores humanos que no corresponden con la tradición o que la significan de formas inesperadas. En nuestra entrevista, Domenico Fiormonte, profesor italiano y estudioso de los medios digitales, la literatura y la comunicación, asegura que "una de las cosas más interesantes de las humanidades digitales, y quizás la más interesante, en mi humilde opinión, es que me obligaron a reflexionar sobre las humanidades. Es decir, sobre cómo se construye la literatura, cómo se construyen los textos, la tradición literaria, o una cierta tradición. [...] Este enfoque sobre las herramientas es muy vital para las humanidades, porque te empuja a una crítica, no solamente a una utilización de herramientas para hacer el trabajo que hacías antes pero mejor y más rápido, o descubrir nuevas cosas como las hacías antes. No. Plantea un tipo de cultura totalmente distinta. Esa es la gran carga revolucionaria de las humanidades digitales"88«Entrevista a Domenico Fiormonte», 4 de noviembre de 2021..
§67EGuardar marcapáginas En efecto, el aceleramiento de la puesta en crisis de las humanidades que puede traer el mundo digital y los aparentes reemplazos de las humanidades, más que a un colapso, pueden llevar a una oportunidad creativa para entender lo humano desde nuevos o más amplios puntos de vista si las humanidades logran un entendimiento profundo de lo digital. En resonancia con esta idea, Fiormonte, Numerico y Tomasi proponen la idea de un nuevo trivium digital, basados en la visión McLuhiana del plano de instrucciones para la educación89Fiormonte, Numerico, y Tomasi, The Digital Humanist.. Este nuevo trívium, que se fundamenta en los estudios de la comunicación, implica revisitar o complementar la gramática, la retórica y la dialéctica en términos de escribir y producir contenido, representar y archivar, y buscar y organizar; es decir, una digitalización de las prácticas humanísticas para la participación democrática, la conservación de la memoria y la interpretación y apreciación de la cultura. Romper el disciplinamiento de esta forma, puede integrar, así, a los estudios de la comunicación con las humanidades tradicionales de una forma generativa y enriquecedora90Gronbeck, «Is Communication a Humanities Discipline?» y dar un peso más profundo a las humanidades, no como servicio complementario en la educación, sino como proyecto de pensamiento de las nuevas formas de ser humano.
§68EGuardar marcapáginas Buscando un horizonte de búsqueda más que una vuelta en círculos alrededor de estos problemas, Rodríguez-Ortega propone que pensemos "cómo pueden transformarse las humanidades digitales (como el espacio para problematizar la techné que define nuestro tiempo histórico) en un proyecto para construir un nuevo humanismo que corresponda con la condición humana en nuestro mundo"91Rodríguez-Ortega, «Digital Social Sciences and Digital Humanities of the South. Materials for a Critical Discussion», 111.. En otras palabras, pasar de la tecnología como problema al sujeto humano como proyecto, es decir, una revitalización del humanismo a través de una expansión del campo de visión y el punto de vista de la investigación humanística.
§69EGuardar marcapáginas Las humanidades digitales en América Latina pueden encaminarse a este horizonte desde su situación particular, pues están en un espacio difuso tanto en términos del desarrollo de las tecnologías digitales como en términos de la tradición del humanismo. Esta condición difusa, vista de forma optimista, es una oportunidad para pensar nuevas formas interpretar y construir un proyecto para la humanidad. Para entender esto, no obstante, primero debemos entender el lugar de las humanidades y el humanismo en nuestro contexto, como se elabora en el apartado siguiente.
5.5. Bárbaros en el Ateneo
§70EGuardar marcapáginas "Tupy or not tupy" —Oswald de Andrade - Manifiesto Antropófago92Oswald de Andrade, «Manifiesto Antropofago», Revista de Antropofagia, mayo de 1928, 3.
§71EGuardar marcapáginas No hay justificación para el nuevo término Latino América y sus derivados. Por razones históricas la justicia demanda que los nuevos términos desaparezcan. Si España merece el crédito de haber civilizado y desarrollado estos países sureños, ¿qué debemos decir de las naciones poderosas que quieren privarlas de este crédito? —Aurelio M. Espinosa - The term Latin America93Aurelio M. Espinosa, «The Term Latin America», Hispania 1, n.º 3 (septiembre de 1918): 139, https://doi.org/10.2307/331596.
§72EGuardar marcapáginas La propia designación de Latinoamérica, desde su surgimiento en el siglo XIX94Rubén Torres Martínez, «Sobre El Concepto de América Latina ¿Invención Francesa?», Cahiers d'études romanes, n.º 32 (5 de diciembre de 2016): 89-98, https://doi.org/10.4000/etudesromanes.5141., muestra una dicotomía que se ha convertido en un bucle inescapable para las reflexiones sobre el humanismo y las humanidades en nuestro contexto. De alguna forma somos latinos, es decir, occidentales, por las fuerzas colonizadoras y la historia republicana de las naciones del continente, y por otra somos americanos, es decir, tenemos un aparente orígen y una diversidad cultural que a conveniencia representamos como pasado glorioso, como futuro alterno o como condición vergonzante95Jesús Martín-Barbero, De los medios a las mediaciones: comunicación, cultura y hegemonía (México: Gili, 2001).. Así, hemos recorrido nuestras propias formas zigzagueantes de humanidades, pero nuestro zigzageo es más ondulante, porque es una trayectoria que constantemente trata de escapar de sí misma. A veces se integra a la gran narrativa de lo humano y a veces no. En otros términos, el humanismo latinoamericano ha existido en un estado contradictorio, buscando su propio lugar dentro de una historia que no le pertenece por completo y, a la vez, intentando desalienarse de esa historia prestada.
§73EGuardar marcapáginas Dice Leopoldo Zea en su libro Filosofía Americana como Filosofía sin más: "¡No volvamos a repetir la vieja historia, aceptando que solo seremos plenamente hombres, que tendremos una auténtica cultura y una no menos auténtica filosofía, cuando nos asemejemos, una vez más, al hombre occidental en su desarrollo!"96Leopoldo Zea, La Filosofía americana como filosofía sin más, Colección Minima 30 (México: Siglo XXI, 1978), 152.. Y similar a Zea, muchos pensadores en Latinoamérica se han preguntado por la autenticidad de nuestro humanismo: posrevolucionarios mexicanos, promotores de la distición entre civilización y barbarie en Argentina, presidentes gramáticos colombianos, pensadores caribeños que se cuestionan si incluso caben dentro del concepto de lo Latinoamericano, indigenistas andinos en busca de un gran pasado, vanguardistas brasileros que ven en el mestizaje una forma de autenticidad, teóricos de la dependencia de todas las partes del continente. En la tradición de las humanidades nos ubicamos como civilizados/bárbaros, como latinos/americanos. Siguiendo la apreciación de James Clifford, la autenticidad es una táctica local y relacional97James Clifford, The Predicament of Culture: Twentieth-Century Ethnography, Literature, and Art (Cambridge, Mass: Harvard University Press, 1988)., y nuestra propia autenticidad, construida desde las humanidades y el humanismo, es una estrategia para entendernos a nosotros mismos y representarnos ante otros.
§74EGuardar marcapáginas Pablo Guadarrama establece un panorama claro: "la lucha contra las distintas formas de enajenación en las que se ve envuelto el hombre latinoamericano durante estos quinientos años de historia ha sido objeto de reflexión desde distintos ángulos por el espiritualismo, el eclecticismo, el positivismo, el irracionalismo, el marxismo, la analítica, la filosofía de la liberación, etc., en el pensamiento latinoamericano. Cada corriente ha tratado por diversas vías de contribuir a lo que considera más adecuado para el logro del"humanismo real"98Pablo Guadarrama González, José Martí y El Humanismo En América Latina (Bogotá, D.C., Colombia: Convenio Andrés Bello, 2003), 38.. De hecho, recursivamente, la postura de Guadarrama no escapa de su propio análisis, pues su visión del humanismo está basado en nociones antropocéntricas, en el trabajo como virtud moral, y un patriotismo nacionalista que le ha servido para anclarse a un proyecto político e ideológico al interior de Cuba.
§75EGuardar marcapáginas Como muestra la figura 8, se ha construido un imaginario de la distinción civilizatoria que define a América Latina como una heredera subalterna y menospreciada del proyecto humano. Si quisieramos entonces reducir la complejidad, podríamos decir que la angustia de las humanidades y el humanismo latinoamericano se debe a la búsqueda por esa propia autenticidad, moviéndose entre los polos de considerarse heredera de la cultura occidental que se remonta a la Antigüedad europea o rebelándose contra esa tradición en busca de su especificidad y diferencia, sea buscando un pasado propio para glorificar o reconociéndose como mescolanza y amasijo. Así, nuestra angustia humanística puede ser tanto agonística como antagonista: entre, por un lado, intentar concebirse dentro de la categoría de lo Humano y luchar para tener tal reconocimiento y, por otro, concebirse por fuera de lo Humano y entonces luchar en contra de una narrativa homogeneizante.

§76EGuardar marcapáginas Por el lado agonístico, por ejemplo, Ernesto Priani, profesor de filosofía en la UNAM de México, afirma en la entrevista que mantuvimos que "lo que hicieron los fundadores de la Universidad en México fue comprar todo el ideal Neoclásico alemán y decir: "claro, si el modelo del arte es Grecia y Roma, entonces el modelo cívico es Grecia y Roma", más Grecia que Roma, "el modelo cívico es Grecia". Entonces los que estudian a Grecia son los que transmiten este modelo moral al presente. Y ya, con eso convirtieron literalmente al humanista en una especie de activista de la refundación de la cultura clásica en el mundo"99«Entrevista a Ernesto Priani», 30 de abril de 2021.. La investigación que soporta estas afirmaciones se encuentra descrita en un artículo publicado por Priani acerca de la construcción ideológica de la Escuela de Altos Estudios, la proto facultad de humanidades de la entonces Universidad Nacional de México a principios del siglo pasado100Ernesto Priani Saisó, «La Gestación Del Concepto Humanismo En La Primera Década Del Siglo Xx En México», Figuras. Revista Académica de Investigación 2, n.º 3 (2021): 27-43.. En esta misma línea, complementa Claudio Maíz que "el segundo republicanismo no se propuso metas organizativas de manera deliberada [...] buscaba echar las bases culturales y educativas para que las élites políticas llevaran a cabo el proyecto de un "humanismo cívico". La búsqueda de los modelos clásicos pretendía crear las condiciones necesarias dentro del ambiente espiritual a fin de que aconteciera"101Claudio Maíz, «"EL HUMANISMO CÍVICO": A UN EPISODIO EN EL REPUBLICANISMO HISPANOAMERICANO», Atenea (Concepción), n.º 513 (julio de 2016): 121, https://doi.org/10.4067/S0718-04622016000100007..
§77EGuardar marcapáginas Por el lado antagonista, se parte de cuestionar la propia línea de base que el humanismo considera como civilizada, y a su vez señalar las múltiples formas de ser humano que se ven excluídas cuando se apartan de esa línea de base. En otras palabras, este es el punto de vista de la construcción de especificidades y la negación de un universalismo humano hegemónico, que ha sido elaborado por múltiples pensadores latinoamericanos. René Cardoso menciona que "como decía Martí, no podemos resolver nuestros problemas con las ideas de París; por lo tanto, el humanismo que debemos producir es un humanismo sobre nuestras propias experiencias y necesidades. Es falso sostener que lo humano es universal; lo humano no puede ser universal porque los sujetos que constituyen esa humanidad somos de carne y hueso, somos distintos, estamos en distintos lugares, y pensamos y sentimos diferente.".102Rene Patricio Cardoso, «Las Humanidades En La Universidad. La Tradición Humanística En La Universidad Mexicana y Particularmente En La Universidad Autónoma Del Estado de México», PUCARA 1, n.º 30 (24 de noviembre de 2019): 46, https://doi.org/10.18537/puc.30.01.02. Y en una línea similar afirma Dante Ramaglia que "lo que se presenta como lo universal por excelencia posee una connotación eurocéntrica, aun cuando representa en definitiva una cultura particular que se ha vuelto dominante y se convierte en un paradigma para evaluar a otras culturas."103Dante Ramaglia, «El Humanismo Crítico En La Filosofía Latinoamericana. Revisión Histórica y Conceptual Desde 1960 Hasta Hoy», Islas 63, n.º 196 (2020): 58..
§78EGuardar marcapáginas Zea, en el libro mencionado en apartes anteriores afirma que esta línea de base es "una humanidad concreta, tan concreta como toda humanidad, que se imponía a otras humanidades igualmente concretas, exigiéndoles —como pretexto— rindiesen cuenta de esa su humanidad. Una humanidad que, en abstracto, a fuerza de serlo acababa por ser expresión de los concretos intereses de quienes se consideraban a sí mismos expresión de lo humano por excelencia"104Zea, La Filosofía americana como filosofía sin más, 53.. Así, tal vez las humanidades en América Latina desde esta visión antagónica no hablan de un solo proyecto de lo Humano, sino de muchas formas de humanidad que son específicas y que no se afilian a una de línea de base. Esto resonará con los conceptos de las humanidades digitales de interoperabilidad y escalabilidad que expongo en los capítulos 7 y 8, pues, como examinaremos, son ideas que pueden homogeneizar y aplanar a las culturas bajo el discurso del acceso universal.
§79EGuardar marcapáginas La tabla 2 es una recopilación de citas de autores latinoamericanos con respecto a la autenticidad del humanismo local. En la recopilación se encuentran tanto posturas agonistas como posturas antagonistas y distintos matices acerca de formas de participación sublaternas al interior de América Latina, así como visiones de las posibles especificidades de nuestro humanismo desde el indigenísmo —como es el caso de Manuel Quintín Lame—, el arte de vanguadia —de Oswald de Andrade—, o el feminismo —de Julia Martínez y Martínez—.
§80EGuardar marcapáginas No obstante, esta relación agonística y antagónica puede verse a distintas escalas. Tanto en la relación de América Latina con el exterior como en sus naciones, regiones y grupos internos. Si Latinoamérica ha tratado de posicionarse en una lógica táctica de inclusiones y exclusiones con el proyecto de lo Humano, también ha hecho lo propio cuando se trata de su multiculturalidad, debido a que el humanismo moderno ha sido, ante todo, un proyecto de formación de identidades nacionales republicanas105Coletta, Decadent Modernity., el juego entre traducción e integración Latouriano mencionado antes106Latour, Nunca fuimos modernos.. Así, afirma Jesús Martín-Barbero, las distintas culturas que conforman las naciones latinoamericanas han sido vistas de forma fluctuante como diferencia pequeña y curiosidad folclórica que configura un insumo útil para imaginar rasgos nacionales, fácilmente apropiables por una clase criolla, o como tradición indeseable y caótica que estorba en el proyecto de hacerse nacional, dependiendo del caso107Martín-Barbero, De los medios a las mediaciones.. Las figuras 9, 10 y 11 son una muestra de esto en el contexto del estallido social colombiano del 2020. Las dos primeras figuras muestran la disputa acerca de la memoria de un lugar público en Popayán Colombia que es a la vez un sitio arqueológico precolombino y el lugar de la estatua de un conquistador español que fue derribada por indígenas del lugar como protesta ante el borramiento de su propia historia. La tercera figura muestra un discurso, tal vez un desliz, de un programa noticioso que hace una diferenciación entre ciudadanos e indígenas, efectivamente removiendo a los últimos de su estatus como humanos dentro del humanismo.



§81EGuardar marcapáginas De este modo, la estrategia interna de la cultura humana también ha dado pie a la constitución de ciudadanías apropiadas e inapropiadas dentro de las naciones Latinoamericanas. Amparo Menéndez-Carrión afirma que existen distintos desplazamientos del concepto de ciudadanía: como dato legal —es decir, el estatus idealizado de la igualdad en derechos—, como proyecto estratégico —es decir, como un proceso de ciudadanización para la gobernabilidad de un país—, y como lugar de encuentro discursivo -es decir, como discusión y cuestionamiento del propio concepto de ciudadanía-108Amparo Menéndez-Carrión, «El Lugar de La Ciudadanía En Los Entornos de Hoy. Una Mirada Desde América Latina.», Revista Debate 58 (2003): 181-222.. Para Menéndez-Carrión, la ciudadanía como proyecto está plagada de buenas intenciones, pero, en la práctica, las limitaciones de participación ciudadana se ejercen cotidianamente a través del reconocimiento y la escucha selectiva de los sujetos a través de un discurso que es análogo a la equiparación con la alfabetización y la agencia democrática que mencionamos en la historia zigzagueante algunos apartados antes.
§82EGuardar marcapáginas Como respuesta, esta situación de autoexclusión de la diferencia ha traído el desarrollo generativo de formas autóctonas y particulares en América Latina de un humanismo que intenta abrirse a, como dirían los zapatistas, "un mundo en el que quepan muchos mundos"109Ejército Zapatista de Liberación Nacional, «Cuarta Declaración de La Selva Lacandona» (Cuarta declaración de la Selva Lacandona), Accedido en 23 de enero de 2024, https://palabra.ezln.org.mx/comunicados/1996/1996_01_01_a.htm., o como diría Boaventura de Sousa Santos: "permitir a los grupos sociales oprimidos representar el mundo como suyo en sus propios términos, porque solo así serán capaces de cambiarlo de acuerdo con sus propias aspiraciones"110Boaventura de Sousa Santos, The End of the Cognitive Empire: The Coming of Age of Epistemologies of the South (Durham: Duke University Press, 2018), 1.. Así han surgido humanismos en nuestro contexto como la Teología de la liberación, una interpretación católica y marxista de la emancipación humana111Eduardo Umaña Luna, Camilo y El Nuevo Humanismo: Paz Con Justicia Social (Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2003).; la Pedagogía del oprimido, una visión educativa para la autodeterminación;112Paulo Freire, Pedagogía Del Oprimido (México D.F.: Siglo XXI, 2019). la Investigación Acción Participativa, que enfatiza las relaciones entre los métodos investigativos y los problemas y formas de construir conocimiento de las comunidades113Orlando Fals-Borda, ed., Acción y Conocimiento: Como Romper El Monopolio Con Investigación - Acción Participativa (Santa Fé de Bogotá: CINEP, 1991).; las Epistemologías del sur, o modos de autorrepresentación y resistencia frente a las formas de dominación114Santos, The End of the Cognitive Empire.; o el Buen vivir (Sumak Kawsay), que plantea formas alternativas y cooperativas de existencia frente al crecimiento exponencial y pernicioso del capitalismo115Amanda Tello Vázquez, «Políticas Públicas e Interculturalidad», Interculturalidad. Problemáticas y Perspectivas Diversas, ed. Fernando Garcés y Rubén Bravo (Editorial Abya-Yala, 2019), 167-84, https://doi.org/10.7476/9789978104972..
§83EGuardar marcapáginas Estas formas de humanismo autóctono, si lo queremos llamar así, abogan por un trabajo exterior e interior que evite los vicios humanísticos excluyentes y que logre producir interpretaciones y apreciaciones interculturales de la multiplicidad de formas de existir de las comunidades en el continente. Como afirma Miguel A. Bartolomé: "confrontar la multietnicidad vigente con las visiones de aquellos para quienes el humanismo genérico pasa por la abolición de la diferencia, en pos de la construcción de un mundo poblado por una humanidad única e idéntica a sí misma, cuyos rasgos dominantes serían básicamente los de la civilización occidental"116Miguel A. Bartolomé, «La diversidad de las diversidades. Reflexiones sobre el pluralismo cultural en América Latina», Cuadernos de Antropología Social, n.º 28 (2008): 34, https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=180913915002.. Este objetivo, desde el punto de vista de Edwin Cruz Rodríguez, es un proceso de largo plazo, que aborda las causas estructurales de la discriminación y la opresión, y que debe desencadenar en mutuo aprendizaje intercultural, pues "no es suficiente con fortalecer la identidad de los excluidos o discriminados, es necesario trabajar en mejorar las relaciones entre culturas"117Edwin Cruz Rodríguez, «La Interculturalidad En Las Políticas de Educación Intercultural», Praxis & Saber 6, n.º 12 (2015): 200, https://doi.org/10.19053/22160159.3769.. Así, este es un proyecto de coexistencia en el que, más que el ejercicio de guardar las puertas y producir el encerramiento de una narrativa maestra, es necesario formar ciudadados capaces de moverse en la diferencia.
§84EGuardar marcapáginas Un ejemplo de este objetivo son los proyectos derivados de los fenómenos de violencia como los conflictos armados y las dictaduras en América Latina. Las negociaciones entre grupos armados, Estado y sociedad civil alrededor de la verdad, el perdón y la reconciliación, como ha sucedido en Chile, Argentina o Colombia, han desencadenado en proyectos de recuperación de la memoria de las víctimas, en la narración de los acontecimientos para la no repetición, y en la construcción de culturas de paz. Esta es, sin duda, incluso aunque no sea explícitamente reconocida como tal, una forma de humanismo y humanidades que proyecta un horizonte de posibilidades para América Latina como ejemplo para otras partes del mundo.
§85EGuardar marcapáginas En nuestra conversación, la historiadora y profesora de la Maestría en Humanidades Digitales de la Universidad de los Andes en Colombia, Maria José Afanador, comenta que "nos falta entender mejor la historia de las humanidades en América Latina. Cómo se han construido esos espacios disciplinares. Claramente son resonancias de unas escuelas y unas academias europeas, anglófonas; muchas veces desconocemos las tradiciones propias de nuestra región que pueden ser súper interesantes"118«Entrevista a Maria José Afanador», 3 de septiembre de 2021.. De forma similar, en la entrevista, el historiador y profesor Jaime Borja comenta que "lo primero que hay que hacer es investigar en la tradición, en este caso local, qué entendemos por humanidades o cómo ha sido el proceso epistemológico de las humanidades"119«Entrevista a Jaime Borja».. En esta línea, podemos pensar si estas formas de humanismo autóctono pueden dar una nueva relevancia a las humanidades en la crisis y pueden ayudar a construir una especificidad propia, no nacionalista, sino adaptada a los propósitos de comunidades situadas y sus formas de significado. En este punto, entonces, cabe ubicar las humanidades digitales desde una perspectiva latinoamericana y así abonar el terreno para las demás tensiones que se desarrollan en esta disertación.
§86EGuardar marcapáginas Para cerrar este apartado con el espíritu intercultural que ha tomado quisiera proponer ahora una especulación a través de una obra de arte digital. El interactivo 5, a continuación, presenta un generador de textos que entremezcla las palabras de distintos autores que, cada uno a su manera, han reflexionado sobre el humanismo en América Latina: Manuel Quintín Lame, Domingo Sarmiento, Leopoldo Zea, Oswald de Andrade y José Vasconcelos. Usando un sistema de cadenas de Markov, comúnmente aplicado en obras de literatura electrónica, este generador remezcla distintos textos y crea una amalgama que brinca entre los términos usados en ellos:
§87EGuardar marcapáginas Como podemos observar, y aunque en cada caso se genera un texto distinto, la entremezcla de fuentes produce un resultado de extrañamiento, en el que las posturas antagónicas y antagonistas transicionan brusca o sutilmente, y en el que diferentes visiones de lo latinoamericano aparecen con tonos diferentes: vergonzantes, orgullosas, cínicas, idealistas.
5.6. Unas humanidades digitales en Latino/América
§88EGuardar marcapáginas Para finalizar este capítulo, vale la pena entonces retomar la propuesta de horizonte definida por Rodríguez-Ortega y pensar cómo podrían las humanidades digitales ser un proyecto para construir un nuevo humano al interior de las sociedades contemporáneas que esté basado en la consciencia sobre su pasado y en el impacto de lo digital en la cultura, pero ahora desde el caso particular y los aportes específicos de Latino/América.
§89EGuardar marcapáginas En primer lugar, deberían enfatizarse las necesidades que se elaboraron en este capítulo, es decir, asumir una actitud generativa y abierta frente a las tecnologías digitales, sin discursos de salvación pero tampoco rechazo ludita, que permita tanto usos instrumentales de la computación, que amplíen las formas de investigación, como un entendimiento profundo de la lógica digital para poder evaluar su impacto en la cultura. Es decir, un marco crítico para las humanidades digitales, como se elabora en más detalle en el capítulo 6, sobre los modos de relacionamiento con lo digital. Esta aproximación implica una autoreflexión sobre las virtudes y vicios del humanismo y las humanidades y sus formas de valor tradicionales en integración con las nuevas formas de valor sociales. Las humanidades digitales en América Latina pueden aportar una lectura diferente de las culturas y los métodos digitales a las de los grandes centros tecnológicos, tanto desde sus aspectos recursivos y apropiadores de tecnologías exógeneas, como formas particulares de construcción tecnológica de largo aliento. Diré más de esto en el capítulo 8 sobre infraestructuras.
§90EGuardar marcapáginas En segundo lugar, más que encerrarse en una discusión circular acerca de la autenticidad latinoamericana, en los proyectos de humanidades digitales debería promoverse un enfoque intercultural, es decir, de interrelacionamiento a través de la diferencia de las culturas, no a través de la homogeneización sino del otorgamiento de espacio para cada forma de existencia120Cruz Rodríguez, «La Interculturalidad En Las Políticas de Educación Intercultural».. Como afirma Rodríguez-Ortega, "lo que estamos tratando de lograr es un espacio para la simetría, el rebalance, la horizontalidad, y el diálogo productivo, porque el gran problema con el que tenemos que lidiar es: ¿cómo vivimos juntos en un espacio global? ¿Cómo construimos un espacio común en el que todos nos sintamos representados, en el que todos nos encontremos en igualdad de condiciones"121Rodríguez-Ortega, «Digital Social Sciences and Digital Humanities of the South. Materials for a Critical Discussion», 105.. Las humanidades digitales pueden aportar en este sentido si logran un entendimiento complejo de los fenómenos culturales contemporáneos soportados por tecnologías digitales e internet, y si hacen una apuesta por la interculturalidad en diálogo con las ínfulas universalizantes del enciclopedismo mediado por tecnologías digitales.
§91EGuardar marcapáginas El humanismo latinoamericano, como se describió en el apartado anterior, ha sido juicioso en señalar distintas formas de exclusión y opresión que se han derivado de los discursos hegemónicos de las humanidades y el humanismo, los vicios que señalamos antes. Y unas humanidades digitales desde América Latina deben ser conscientes de esas formas de exclusión y opresión para establecer unas formas de conocimiento situado desde nuestras posibilidades y limitaciones. Esto es relevante además para asumir los vicios elitistas que han propiciado la crisis del humanismo. Por ejemplo, entre los múltiples problemas del mundo digital, destacan las tensiones globales y locales acerca de dónde provienen las tecnologías, los métodos, las teorías, los estándares, los lineamientos y presupuestos de las humanidades digitales122Gómez-Cruz, Ricaurte, y Siles, «Descolonizando Los Métodos Para Estudiar La Cultura Digital»., como se elabora en más detalle en el capítulo sobre 8 sobre infraestructuras. En un sentido más amplio, además, es esencial la discusión sobre el acceso a las tecnologías y la posibilidad de fundamentar unas humanidades públicas que, de forma abierta, puedan abordar su crisis ampliando las formas de participación de la sociedad.
§92EGuardar marcapáginas No obstante, debemos también ser capaces de superar las "epistemologías de la sospecha"123Fuller, «Digital Humanities and the Discontents of Meaning»; Mazzucchelli, «El Pecado Original de Las Humanidades».. Es decir, un estudio humanístico que solo se basa en la denuncia de la injusticia social y no en lecturas concretas de humanos actuales situados en contextos particulares. En otras palabras, la deconstrucción de los entresijos del poder puede llevar a desplazar infinitamente la lectura y la interpretación y así quitar, aunque con buenas intenciones, la humanidad de los sujetos que justamente se buscan humanizar. Como afirma Aldo Mazzuchelli, "tal actitud escéptica se dobla además en una actitud meta-discursiva. Es imposible leer, solo se podría, avisadamanete, leer cómo leer, postergando el cierre interpretativo hasta el infinito. Según esta tendencia, se llega al absurdo de que un académico de humanidades es el único sujeto incapaz de leer, el resto de la gente, felizmente, aún es capaz de leer un texto, entender de él un sentido aproximado y seguir adelante"124Mazzucchelli, «El Pecado Original de Las Humanidades», 54.. Esto no implica, por supuesto, negar las diferencias ni las formas de injusticia, sino examinarlas y construir sobre ellas, y participar de un movimiento hacia la autodeterminación de distintas culturas.
§93EGuardar marcapáginas Las posturas antagónicas del humanismo latinoamericano, aunque ofrecen críticas al poder, no se sumen en la sospecha sino que buscan construir y definir qué es lo específico y particular de nuestras formas de hacer y de pensar, y qué es distinto en diferentes escalas de detalle dentro de la propia América Latina. Es decir, también establecen gigantes sobre los que es posible pararse en sus hombros para divisar horizontes amplios. En el capítulo [7] sobre la formación de comunidad, elaboro que este "nuestras" no necesariamente se refiere a un un sentido artificialmente nacionalista, como el de buena parte del humanismo republicano, sino a visiones más abiertas de comunidad autoorganizada, con sus propios propósitos, motivaciones e incentivos y a sus propias especificidades locales y situadas.
§94EGuardar marcapáginas Aquí, entonces, juegan un papel fundamental las prácticas de la conservación de la memoria y la interpretación y apreciación de la cultura que, como se dijo antes, son propósitos esenciales de las humanidades, ahora potenciados a través de tecnologías digitales. Se hace necesaria, desde América Latina, la tarea de construir colecciones y memorias específicas de la multiplicidad de grupos que habitan nuestro contexto, especialmente los menos representados; construir interpretaciones de esas memorias, pero, especialmente a partir de las oportunidades de autorrepresentación; y abogar por los medios participación democrática en el mundo hiperconectado. Con respecto al segundo movimiento de las humanidades digitales, se hace necesario ver los espacios de oportunidad para la interculturalidad en el mundo digital, las formas de creación de remezcla y amasijo, y la apropiación tecnológica recursiva para propiciar nuevas elaboraciones generativas.
§95EGuardar marcapáginas Finalmente, unas humanidades digitales en Latino/America pueden existir como unas humanidades para el futuro, apoyadas por el pasado. Es decir, concientes de las ambivalencias de la propia historia humanística, pueden ubicarse como un punto de vista privilegiado para ver las integraciones tecnológicas como problemas matizados, establecer rupturas de los límites disciplinares artificiales y dar lugar a formas creativas de humanismo digital desde su lugar en construcción.
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