2.1.1. Primer problema: caracterizar las tensiones

§2BGuardar marcapáginas El primer problema que se configura en este proyecto de investigación es la necesidad de caracterización de las múltiples tensiones derivadas de los discursos, prácticas, formas de organización y formas de conceptualización alrededor de las humanidades digitales en América Latina. Siguiendo la noción de controversia de Bruno Latour1Bruno Latour, «On Recalling Ant», The Sociological Review 47 (mayo de 1999): 15-25, https://doi.org/10.1111/j.1467-954X.1999.tb03480.x; Bruno Latour, Reassembling the Social: An Introduction to Actor-Network-Theory (Oxford ; New York: Oxford University Press, 2005)., podríamos decir que una tensión surge en el desarrollo de ensamblajes o asociaciones entre agentes, como lo son las que involucran las actividades de las humanidades digitales en nuestro contexto, cuando se originan incertidumbres irresueltas, al menos con respecto a cuatro aspectos: la naturaleza de los grupos, es decir, sus formas contradictorias de identidad; la naturaleza de las acciones, es decir, el desplazamiento de los objetivos originales; la naturaleza de los objetos, o la apertura a la participación de múltiples agencias; y la naturaleza de los hechos, o los fundamentos que definen lo que se concibe como verdadero2Latour, Reassembling the Social, 17.. En las humanidades digitales en América Latina, múltiples tensiones han surgido en esos sentidos, y lo seguirán haciendo en la medida en la que la comunidad se construye, establece sus intereses y sus identidades.

§3BGuardar marcapáginas Caracterizar estas tensiones es esencial para entender la dirección en la que se mueven las humanidades digitales en nuestro contexto, y para determinar qué necesidades aparecen y qué visiones prevalecerán en la formación del campo en los próximos años. En medio de la diversidad, es importante poder dar cuenta de las transformaciones a las que se enfrentan las humanidades digitales, observar sus fluctuaciones, controversias y cristalizaciones. Como se explica en el mapa de navegación descrito en el capítulo 4, estas tensiones se pueden enmarcar dentro de cuatro dimensiones relacionadas: la tradición de las humanidades, los modos de relacionamiento con lo digital, la formación de comunidad, y las infraestructuras.

2.1.2. Segundo problema: proponer líneas de trabajo

§4BGuardar marcapáginas Adicionalmente, del problema de las tensiones y dimensiones en las humanidades digitales en América Latina se deriva el segundo problema que orienta esta propuesta de investigación: la necesidad de la construcción de unos fundamentos y andamiajes conceptuales que permitan mediar las tensiones de las humanidades digitales en nuestro contexto con el fin de establecer unas líneas de trabajo futuro. Como lo propone Isabel Galina Russell3Isabel Galina Russell, «La institucionalización de las Humanidades Digitales», Humanidades digitales, ed. Isabel Galina Russell et al. (Ciudad de México: Bonilla Artigas Editores / Red de Humanidades Digitales, 2018), 17-37., para el desarrollo de las humanidades digitales en América Latina es necesaria la creación de asociaciones y centros, la formación de recursos humanos y el reconocimiento profesional del humanista digital. No obstante, más allá de la integración institucional del humanista digital, es también necesario producir unos fundamentos conceptuales y teóricos que sean significativos para nuestro contexto y que permitan operar en un terreno común crítico y particular para Latinoamérica; es necesario superar la simple importación y proyección de las visiones centrales de las humanidades digitales a nuestras propias prácticas en las márgenes.

§5BGuardar marcapáginas También es necesario plantear un programa para que las humanidades digitales sean sostenibles a futuro, si finalmente se considera que sus propósitos son valiosos y merece la pena desarrollarlos. Las humanidades digitales pueden ser pertinentes de múltiples maneras: como medio, potenciado por tecnologías computacionales, para la conservación e interpretación de la cultura humana; como andamiaje para la colaboración entre campos y disciplinas del conocimiento; como punto de vista crítico de las culturas digitales, y como auditoría de las tecnologías computacionales con respecto a su impacto en las sociedades contemporáneas. No obstante, ese lugar requiere que las humanidades digitales sean sostenibles y ganen una voz proporcional a su pertinencia. Desde América Latina es posible construir una comunidad que desenvuelva estos valores si, teniendo en cuenta las tensiones, se crea tal voz y sostenibilidad.

§6BGuardar marcapáginas Las humanidades digitales en su versión global, que es principalmente la visión de una hegemonía central, han configurado un andamiaje conceptual y unas narrativas que han organizado y dotado de sentido a sus comunidades y sus prácticas, especialmente a través de la formación de asociaciones —ancladas a la ADHO, Association for Digital Humanities Organizations— y la publicación de textos fundacionales que definen los principales métodos de investigación —por ejemplo, los famosos companions4Susan Schreibman, Raymond George Siemens, y John Unsworth, eds., A Companion to Digital Humanities (Malden, MA: Blackwell Pub, 2004); Susan Schreibman, Ray Siemens, y John Unsworth, eds., A New Companion to Digital Humanities (Chichester, UK: John Wiley & Sons, Ltd, 2015), https://doi.org/10.1002/9781118680605.—. Sin embargo, aunque se presenten como globales, esas visiones no son universales, y es necesario construir unas narrativas y unos andamiajes conceptuales propios. Aquí, propio no implica un tinte de identidad patriótica nacional, sino que hace referencia al conocimiento situado, es decir, al que surge del uso significativo de una comunidad particular en su contexto. De este modo, el segundo problema de esta investigación surge de la necesidad de proponer un líneas de trabajo que aborden las tensiones de las comunidades que se involucran en las humanidades digitales en Latinoamérica, no necesariamente resolviendo las tensiones, sino proponiendo formas de mediación y de acción que correspondan con los objetivos de esas propias comunidades.

2.1.3. Tercer problema: creación de un libro digital de ensayos interactivos

§7BGuardar marcapáginas Finalmente, como menciono en la introducción, mi interés por las humanidades digitales está estrechamente ligado con el código creativo. Es decir, el uso de programación para fines expresivos y la creación de obras artísticas, literarias, musicales, etc. El tercer problema surge como una oportunidad recursiva de la propia posibilidad de las humanidades digitales para producir investigaciones que aprovechen la especificidad del medio digital para dar lugar a formas de sentido y de argumentación más ricas que las que serían posibles solo a través de medios tradicionales de descubrimiento y justificación académica. Entre estas nuevas formas, el uso de código para la producción de elementos interactivos como parte integral de la propia investigación y su argumentación. En ese sentido, esta disertación se propuso como problema existir en forma de libro digital y combinar formas de investigación académica convencional con visualizaciones de datos, metáforas visuales, obras de arte digital, y otros elementos interactivos. El capítulo 10 recoge los resultados y las reflexiones alrededor de la producción de este libro digital.

2.2.1. Los dos movimientos

§8BGuardar marcapáginas Humanidades digitales es un término que engloba muchas prácticas investigativas, académicas y activistas diferentes, así como posturas epistemológicas diversas. Aunque por este mismo motivo el término ha escapado a definiciones precisas, para situarnos podríamos decir que las humanidades digitales tienen su núcleo en un doble movimiento:

1. El potenciamiento de la investigación humanística por medio de tecnologías digitales.
2. La indagación, desde un punto de vista humanístico, acerca del impacto del medio digital en las dinámicas culturales.

§9BGuardar marcapáginas Así, como ha sucedido con la penetración de las tecnologías digitales en otros contextos, las humanidades digitales han introducido conceptos propios de la computación —la datificación, las bases de datos, el procesamiento computacional, los algoritmos, la visualización, etc.— en las prácticas tradicionalmente humanísticas —la conservación de la memoria, la interpretación y apreciación de la cultura, la participación democrática—. Y, adicionalmente, las humanidades digitales han servido para revisitar los propios conceptos que configuran el pensamiento humanístico y las humanidades, y han definido un posible camino crítico para entender la cultura digital y una nueva visión de lo humano —por ejemplo, el estudio del software, la internet, la información y su acceso, las obras artísticas producidas por medios computacionales, las infraestructuras tecnológicas y el acceso a la cultura, la inteligencia artificial y la creación, las nuevas formas de narración, etc.—.

§10BGuardar marcapáginas En este sentido, el doble movimiento de las humanidades digitales nos permite pensar en dos mundos que se interrelacionan, se ramifican y que tienen una amplia importancia en el mundo contemporáneo. En primer lugar, las humanidades como una tradición de estudio académico y un ejercicio moral de construcción de lo humano y su lugar, y, en segundo lugar, lo digital como un conjunto de desarrollos tecnológicos y conceptuales con efectos en la cultura y la sociedad, y en consecuencia en lo que entendemos por ser humano.

§11BGuardar marcapáginas Con respecto al primer movimiento, en principio, las humanidades digitales provienen de proyectos investigativos desarrollados en Estados Unidos y Europa, que se originan en prácticas como las denominadas humanities computing, humanités numeriqués, culturonomics y cultural analytics5Susan Hockey, «The History of Humanities Computing», A Companion to Digital Humanities, ed. Susan Schreibman, Raymond George Siemens, y John Unsworth (Malden, MA: Blackwell Pub, 2004), 3-19; Steven E. Jones y Roberto Busa, Roberto Busa, S. J., and the Emergence of Humanities Computing: The Priest and the Punched Cards (New York London: Routledge, 2016).. Aunque algunos de estos proyectos existen desde hace décadas, hoy en día se han decantado y englobado en el término genérico digital scholarship6Marta Mestrovic Deyrup, Digital Scholarship (New York: Routledge, 2009).. Estas prácticas han estado más que todo orientadas al primer movimiento, el uso instrumental de tecnologías digitales, porque se han basado principalemente en el aprovechamiento de la computación para aumentar el volumen y la velocidad del análisis de objetos culturales —y han conectado eficientemente con campos de estudio humanístico muy formalizados, como la filología o la lingüística—. Por otra parte, esta herencia instrumental se ha expandido con teorías de las ciencias sociales y de la comunicación, como los estudios críticos del software7Nick Montfort, ed., 10 PRINT CHR$(205.5+RND(1));:GOTO 10 (Cambridge, Mass: MIT Press, 2013)., la arqueología de los medios8Siegfried Zielinski, Arqueología de los Medios: Hacia el Tiempo Profundo de la Visión y la Audición Técnica (Bogotá: Ediciones Uniandes, 2012); Friedrich Kittler, No hay software y otros ensayos sobre filosofía de la tecnología. (Universidad de Caldas, 2017); Friedrich A. Kittler, Gramophone, Film, Typewriter (Stanford: Stanford University Press, 1999). o las aproximaciones de los estudios de Ciencia, Tecnología y Sociedad9Janet Vertesi y David Ribes, digitalSTS: A Field Guide for Science & Technology Studies (Princeton University Press, 2019), https://doi.org/10.1515/9780691190600. y así también se ha enriquecido el segundo movimiento, la lectura crítica de la cultura digital. Adicionalmente, se han reconocido los aportes que las humanidades han hecho a distintos desarrollos tecnológicos digitales y los componentes conceptuales que los han definido, como una forma de unificar el desarrollo de las tecnologías digitales con la historia del ingenio humano10Domenico Fiormonte, Teresa Numerico, y Francesca Tomasi, The Digital Humanist: A Critical Inquiry (Brooklyn: punctum books, 2015)..

§12BGuardar marcapáginas En América Latina ha habido una paulatina adopción de los conceptos y las prácticas de las humanidades digitales, y un desarrollo creciente de proyectos relacionados. El mapa a continuación (Interactivo 1) muestra los lugares que presentan mayor interés de búsqueda de los términos humanidades digitales, humanidades digitais, y digital humanities en Google Trends. Es decir, las traducciones del término en español, portugués e inglés, respectivamente. Como se observa allí, el término en inglés tiene un amplio alcance en el globo. Actualmente existen múltiples organizaciones nacionales y regionales que trabajan alrededor de las humanidades digitales, y muchas de ellas se afilian a una organización internacional central, la ADHO, o Alliance of Digital Humanities Organizations. Por su parte, fuera de Europa, el interés de búsqueda en español ha estado repartido más que todo en Argentina, México, Perú y Colombia. Esto es consistente con la formación de las primeras redes de humanidades digitales en América Latina, a excepción de Perú, y el establecimiento de las primeras indagaciones acerca de las humanidades digitales en nuestro contexto: la Asociación Argentina de Humanidades Digitales (AAHD), la Red de Humanidades Digitales mexicana (RedHD) —la única perteneciente a ADHO—, y la Red Colombiana de Humanidades Digitales (RCHD). También es consistente que el mayor interés en portugués se encuentre en Brasil, que tiene su propia red, la Associação Brasileira de Humanidades Digitais (ABHD).

§13BGuardar marcapáginas No obstante, el interés ha venido creciendo de forma importante en años recientes y, poco a poco, otros países han formado sus propias redes, programas institucionales, laboratorios, o programas educativos. Por ejemplo, en los últimos tres años se ha visto un crecimiento significativo de grupos de investigación, cursos, diplomados, pregrados y maestrías de humanidades digitales, especialmente en Chile, Cuba, Costa Rica, Uruguay, Puerto Rico, Argentina, Brasil, Perú, México y Colombia11En mi sondeo al momento de escribir esto pude observar que existen, por lo menos, tres maestrías en humanidades digitales —en la Universidad de los Andes en Colombia, en la Universidad Unir en España, Universidad Nacional de Tres de Febrero en Argentina, y en el Tecnológico de Monterrey en México—, múltiples diplomados —en la Universidad Jorge Tadeo Lozano, Universidad del Rosario, Universidad de Caldas, Universidad Externado y Universidad Sergio Arboleda en Colombia, en UCES en Argentina y en la Universidad Finis Terrae en Chile—, cursos libres y de extensión —en la UNAM y la Universidad Veracruzana en México—, y varios eventos exploratorios en lugares como la Universidad de la Habana en Cuba, la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras, la Universidad de la República de Uruguay, la Universidade Estadual do Sudoeste da Bahia en Brasil o la Universidad de Costa Rica.. Podemos interpretar tal crecimiento como una valoración positiva de la pertinencia de las humanidades digitales en instituciones humanísticas, la necesidad de formación en temas relacionados, y el propósito de construcción de proyectos futuros.

§14BGuardar marcapáginas Adicionalmente, en nuestro contexto se han desarrollado múltiples proyectos y estudios que involucran los dos movimientos de las humanidades digitales mencionados:

§15BGuardar marcapáginas En el primer movimiento, por ejemplo, se ubican proyectos como ARCA del historiador Jaime Borja Gómez, una base de datos interactiva que contiene colecciones de pinturas de la América colonial y metadatos asociados (autores, georeferenciación, y diversas categorías iconográficas). La colección está además acompañada por un libro digital llamado Los ingenios del pincel que, con la ayuda de análisis computacional y visualización de datos, además del texto académico convencional, construye una geografía de la cultura visual colonial. O el proyecto Cartografía de la Literatura Digital Latinoamericana, de las investigadoras Carolina Gainza y Carolina Zúñiga, que hace un mapeo y a la vez un esfuerzo de conservación de las piezas de literatura digital producidas en nuestro contexto y que corren el riesgo de desaparecer por la caducidad del software en el que fueron creadas, como se explora en el capítulo 6. Esta cartografía incluye resúmenes, metadatos, y una interfaz interactiva que permite navegar la colección a través de distintos filtros y categorías que pueden recorrerse de forma hipertextual.

§16BGuardar marcapáginas En el segundo movimiento, por su parte, se encuentran proyectos como la crítica de la datificación cotidiana y su uso como materia prima para la explotación humana que realizan investigadores como Paola Ricaurte12Paola Ricaurte Quijano, Descolonizar y Despatriarcalizar Las Tecnologías (México, D.F.: Centro de Cultura Digital, 2023). o Ulises Mejías13Ulises Mejías y Nick Couldry, «Colonialismo de Datos: Repensando La Relación de Los Datos Masivos Con El Sujeto Contemporáneo», Virtualis; Vol. 10, Núm. 18 (2019): Tecnopolítica disidente y cultura digital en América Latina, 20 de mayo de 2019, https://www.revistavirtualis.mx/index.php/virtualis/article/view/289. desde la investigación del colonialismo de datos. O los estudios de Ciencia, Tecnología y Sociedad en América Latina, que examinan las dinámicas complejas que surgen de la introducción y apropiación de las tecnologías digitales en distintas comunidades, así como las brechas, formas de resistencia y resignificaciones que surgen en su uso. Por ejemplo, los imaginarios y efectos sociales relacionados con las políticas de One Laptop per Child —o Un Computador Por Niño— en Perú, como lo ha estudiado Anita Chan14Anita Chan, Networking Peripheries: Technological Futures and the Myth of Digital Universalism (Cambridge, Mass: MIT Press, 2013)., o las ondulantes políticas de desarrollo tecnológico en computación y comunicaciones América Latina y su impacto en la vida cotidiana, como ha sido investigado por Fabian Prieto15Fabián Prieto Ñañez, «Interacciones de La Computación y La Vida Cotidiana En Los Ochenta», Tecnologías de La Comunicación: Una Breve Historia Material, ed. Sandra Sánchez y Jimena Zuluaga Trujillo (Bogotá: Universidad de los Andes, Centro de Estudios en Periodismo, Facultad de Artes y Humanidades, 2019), 135-54.. También existen formas de organización colectiva alrededor de tecnologías digitales, como el grupo R Ladies en Chile, coordinado por Riva Quiroga16«Entrevista a Riva Quiroga», 9 de febrero de 2022., que promueve la participación de grupos subrepresentados en el mundo del código de programación, o las Escuelas Digitales Campesinas de ACPO en Colombia, dirigida por Mariana Córdoba17«Entrevista a Mariana Córdoba», 14 de octubre de 2021., que hacen uso de la convergencia de medios digitales y analógicos para la formación de líderes y el uso significativo en el territorio.

2.2.2. Companions, coursebooks y debates globales

§17BGuardar marcapáginas En el plano global, se han escrito historias que rastrean los orígenes de las humanidades digitales en distintos momentos. Especialmente, se han estudiado las humanidades digitales en relación con el proyecto del Index Tomisticus del sacerdote Roberto Busa18Jones y Busa, Roberto Busa, S. J., and the Emergence of Humanities Computing; Julianne Nyhan, Marco Passarotti, y Steven E. Jones, eds., One Origin of Digital Humanities: Fr Roberto Busa in His Own Words (Cham, Switzerland: Springer, 2019)., o con el surgimiento de revistas precursoras como Computers and the Humanities o Literary and Linguistic Computing19Hockey, «The History of Humanities Computing»; Chris Alen Sula y Heather V Hill, «The Early History of Digital Humanities: An Analysis of Computers and the Humanities (1966--2004) and Literary and Linguistic Computing (1986--2004)», Digital Scholarship in the Humanities, 5 de noviembre de 2019, fqz072, https://doi.org/10.1093/llc/fqz072., así como narraciones fundacionales de las múltiples organizaciones regionales que hoy componen la Alianza de Organizaciones de Humanidades Digitales ADHO —o Alliance for Digital Humanities Organizations-, sus eventos y sus proyectos20University of Virginia, «Index of DH Conferences - ADHO Annual Conference» (Library University of Virginia), Accedido en 20 de febrero de 2024, https://dh-abstracts.library.virginia.edu/conference_series/1..

§18BGuardar marcapáginas También se han producido manuales canónicos de los métodos y las formas de hacer en el campo —los companions— que se han convertido en referentes fundamentales y a la vez sondeos generales de lo que se entiende por humanidades digitales21Schreibman, Siemens, y Unsworth, A Companion to Digital Humanities; Schreibman, Siemens, y Unsworth, A New Companion to Digital Humanities.. Estos companions constituyen compendios de los métodos más extendidos de las humanidades digitales, su historia y sus implicaciones para la construcción de nuevo conocimiento o sus impactos éticos. Adicionalmente, se han construido modelos de enseñanza sistematizados —los coursebooks— para su uso estándar en espacios académicos22Johanna Drucker, The Digital Humanities Coursebook: An Introduction to Digital Methods for Research and Scholarship (Abingdon, Oxon ; New York: Routledge/Taylor & Francis, 2021); Lewis Levenberg, Tai Neilson, y David Rheams, eds., Research Methods for the Digital Humanities (Cham: Springer International Publishing : Imprint: Palgrave Macmillan, 2018), https://doi.org/10.1007/978-3-319-96713-4; Brian Croxall y Diane K. Jakacki, eds., What We Teach When We Teach DH: Digital Humanities in the Classroom (Minneapolis, MN: University of Minnesota Press, 2023); Claire Battershill y Shawna Ross, Using Digital Humanities in the Classroom: A Practical Introduction for Teachers, Lecturers, and Students (London New York Oxford New Delhi Sydney: Bloomsbury Academic, 2022).. Y, siguiendo el lineaje de esa gran narrativa, se ha intentado definir qué son las humanidades digitales, pero el objetivo ha sido esquivo por la amplitud de las prácticas y la multiplicidad de puntos de vista23Melissa M. Terras, Julianne Nyhan, y Edward Vanhoutte, eds., Defining Digital Humanities: A Reader (Farnham, Surrey, England : Burlington, VT: Ashgate Publishing Limited ; Ashgate Publishing Company, 2013).. Incluso se han aventurado manifiestos con propósitos y horizontes futuros para el campo24Michael A. Fuller, «Digital Humanities and the Discontents of Meaning», Journal of Chinese History 4, n.º 2 (julio de 2020): 259-75, https://doi.org/10.1017/jch.2020.13; Todd Presner, «The Digital Humanities Manifesto 2.0» (Humanities Blast, 2009)., con visiones optimistas de la integración tecnológica a las humanidades y el humanismo.

§19BGuardar marcapáginas Por otra parte, se han indagado y puesto en disputa las visiones canónicas de las humanidades digitales y sus formatos estándares en otras publicaciones de acceso abierto —los debates— con respecto a sus alcances, contradicciones y exclusiones25Domenico Fiormonte, Sukanta Chaudhuri, y Paola Ricaurte, eds., Global Debates in the Digital Humanities (Minneapolis: University of Minnesota Press, 2022); Matthew K. Gold, ed., Debates in the Digital Humanities (Minneapolis: Univ Of Minnesota Press, 2012); Matthew K. Gold y Lauren F. Klein, eds., Debates in the Digital Humanities 2019 (Minneapolis London: University of Minnesota Press, 2019).. También se han producido historiografías alternativas que cuestionan la gran narrativa de las humanidades digitales construida desde centros hegemónicos como Estados Unidos y Europa26Dorothy Kim y Adeline Koh, eds., Alternative Historiographies of the Digital Humanities (Santa Barbara: Punctum Books, 2021)., o que dan cuenta de nuevos horizontes para las humanidades digitales en clave de lecturas humanísticas de los nuevos medios27Fiormonte, Numerico, y Tomasi, The Digital Humanist., o que ponen en cuestión las relaciones de poder globales en el campo28Fiormonte, Chaudhuri, y Ricaurte, Global Debates in the Digital Humanities..

2.2.3. Estudios sobre humanidades digitales en América Latina

§20BGuardar marcapáginas En América Latina también se han producido piezas de investigación que reflexionan acerca del desarrollo de las humanidades digitales en nuestro contexto. Es particularmente saliente el libro Humanidades digitales I: Recepción institucionalización y crítica29Isabel Galina Russell et al., eds., Humanidades digitales I. Recepción, institucionalización y crítica (Ciudad de México: Bonilla Artigas Editores / Red de Humanidades Digitales, 2018)., editado por Isabel Galina Russell con el apoyo de la RedHD de México y Bonilla Artigas, y su esfuerzo por crear una narrativa local. Este libro, de hecho, hace parte de la colección en curso Biblioteca de las Humanidades Digitales, en la que se han hecho cuatro publicaciones hasta el momento. También vale la pena destacar las publicaciones de la Revista de Humanidades Digitales, que publica, en general, resultados de investigación de proyectos de humanidades digitales en el contexto hispano y lusoparlante, y los proceedings de las conferencias de la Asociación Argentina de Humanidades Digitales, que dan cuenta de muchos de los proyectos de investigación y propuestas que se dan en la región30Gimena Del Rio Riande, Lucía Cantamutto, y Gabriela Striker, eds., Las Humanidades Digitales Desde Argentina. Tecnologías, Culturas, Saberes (Buenos Aires: Editorial de la Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Buenos Aires, 2015); Gimena Del Rio Riande et al., eds., Humanidades Digitales: Construcciones Locales En Contextos Globales. Actas Del Congreso Internacional de La Asociación Argentina de Humanidades Digitales - AAHD (Buenos Aires: Editorial de la Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Buenos Aires, 2018); Gimena Del Rio Riande et al., eds., La Cultura de Los Datos : Actas Del II Congreso Internacional de La Asociación Argentina de Humanidades Digitales, Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Universidad Nacional de Rosario (La Plata, Rosario, 2018).. Todas estas fuentes brindan instantáneas del estado y las búsquedas de las humanidades digitales en nuestro contexto y, en algunos casos, piezas de autorreflexión, crítica y expectativas.

§21BGuardar marcapáginas Cabe poner de relieve las reflexiones en artículos de investigación de personas como Gimena del Rio Riande y Romina De León31Asociación Argentina de Humanidades Digitales et al., eds., Humanidades digitales: construcciones locales en contextos globales: actas del I Congreso Internacional de la Asociación Argentina de Humanidades Digitales (AAHD) (Ciudad Autónoma de Buenos Aires: FILO:UBA, Facultad de Filosofía y Letras : Filo Digital, Repositorio Institucional, 2018); Gimena Del Rio Riande, «¿De Qué Hablamos Cuando Hablamos de Humanidades Digitales?», Actas de Las I Jornadas de Humanidades Digitales (Las Humanidades Digitales Desde Argentina. Tecnologías, Culturas, Saberes, Buenos Aires, 2014). en Argentina; Jairo Antonio Melo32Víctor Gayol y Jairo Antonio Melo Flórez, «Presente y Perspectivas de Las Humanidades Digitales En América Latina», Mélanges de la Casa de Velázquez, n.º 47-2 (15 de noviembre de 2017): 281-84, https://doi.org/10.4000/mcv.7907. y María José Afanador33María José Afanador Llach et al., «Humanidades Digitales "a Lo Colombiche": Cadáver Exquisito de La Red Colombiana de Humanidades Digitales», Revista de Humanidades Digitales 5 (25 de noviembre de 2020): 217, https://doi.org/10.5944/rhd.vol.5.2020.27837; María José Afanador-Llach y Andres Lombana-Bermudez, «Developing New Literacy Skills and Digital Scholarship Infrastructures in the Global South. A Case Study», Global Debates in the Digital Humanities, ed. Domenico Fiormonte, Sukanta Chaudhuri, y Paola Ricaurte (Minneapolis: University of Minnesota Press, 2022), 225-38. en Colombia; Ernesto Priani, Francisco Barrón, Jonathan Girón Palau, o la mencionada Isabel Galina Russell en México34Francisco Barrón et al., «Humanidades Digitales. Ilustración, Difusión y Publicidad», Virtualis 7, n.º 13 (16 de octubre de 2016): 18-37, https://doi.org/10.2123/virtualis.v7i13.154; José Francisco Barrón Tovar et al., «Humanidades Digitales / pensamiento computacional. Pasajes de una historia», Humanidades digitales, ed. Isabel Galina Russell et al. (Ciudad de México: Bonilla Artigas Editores / Red de Humanidades Digitales, 2018), 123-61; Isabel Galina Russell, «¿Qué Son Las Humanidades Digitales?», Revista Digital Universitaria 12, n.º 7 (2011): 3-10; Ernesto Priani Saisó et al., «Las Humanidades Digitales En Español Y Portugués. Un Estudio De Caso DíaHD/DiaHD», Anuario Americanista Europeo 12 (2014): 5-18.; Carolina Gainza35Carolina Gainza, «Literature and Algorithms: "Aesthesis" and "Mathesis" in Digital Humanities», Humanities and Big Data in Ibero-America: Theory, Methodology and Practical Applications, ed. Ana Gallego Cuiñas y Daniel Torres-Salinas (Boston: De Gruyter, 2023), 137-52. en Chile; o Antonio Rojas Castro en España, Alemania y Cuba. Estos artículos han indagado acerca de las particularidades de las humanidades digitales en el contexto latinoamericano, sus oportunidades y dificultades, y en algunos casos se han propuesto fundamentos conceptuales y propósitos para el futuro. También se han hecho lecturas de las humanidades digitales en América Latina desde un punto de vista externo, como el libro Digital Humanities in Latin America36Héctor D. Fernández l'Hoeste y Juan Carlos Rodríguez, eds., Digital Humanities in Latin America (Gainesville: University of Florida Press, 2020). o los análisis y diagnósticos de Domenico Fiormonte37Domenico Fiormonte, «¿Por qué las Humanidades Digitales necesitan al Sur?», Humanidades digitales: construcciones locales en contextos globales: actas del I Congreso Internacional de la Asociación Argentina de Humanidades Digitales (AAHD), ed. Asociación Argentina de Humanidades Digitales et al. (Ciudad Autónoma de Buenos Aires: FILO:UBA, Facultad de Filosofía y Letras : Filo Digital, Repositorio Institucional, 2018)., y se han realizado proyectos en escala global, especialmente la edición del 2018 del congreso de la ADHO en México.

§22BGuardar marcapáginas El carácter importado de las humanidades digitales sitúa las prácticas en América Latina en un lugar particular: por un lado, existe un referente externo que define ciertas formas de hacer y de entender y, por otro, se presenta una oportunidad para crear unas humanidades digitales locales, con sus propios horizontes epistemológicos, formas de organización, recursos y propósitos de investigación y acción. El referente externo es necesario para establecer un diálogo global, inevitable en las sociedades contemporáneas, conectadas por internet y relativamente abiertas al acceso de la riqueza cultural de la humanidad, justamente gracias a las tecnologías digitales. El desarrollo local es necesario para construir especifidades en la interpretación de nuestras formas de cultura y para dar lugar a formas situadas de conocimiento o formas ampliadas y multiculturales de entender lo humano.

§23BGuardar marcapáginas Los libros y artículos mencionados anteriormente han dado cuenta de problemas puntuales y de momentos particulares en las humanidades digitales. Por ejemplo, el libro editado por Galina38Galina Russell et al., Humanidades digitales I. Recepción, institucionalización y crítica., publicado en 2018, surgió en buena medida por un impulso conjunto por institucionalizar y reflexionar acerca de las humanidades digitales, que también se vio reflejado en la realización del congreso de la ADHO en México, un empujón institucional para las humanidades digitales en ese país que detonó una serie de reflexiones importantes. Lo propio ha sucedido con, por ejemplo, los encuentros de la AAHD, que ha sido muy bien documentado en los proceedings de sus conferencias. No obstante, a pesar de las reflexiones previas, en este punto se hace necesario un panorama que abarque una visión amplia de las múltiples tensiones que se originan en el desarrollo de las humanidades digitales hasta el momento. Es decir, las múltiples formas de conceptualizar y practicar las humanidades digitales y la forma en que interactúan. Esta visión, más grande pero a la vez conciente de los entrecruzamientos y las minucias, pone en el mismo plano visiones disímiles, enmarcadas en la historia general y local de las humanidades digitales, y establece una línea más general para las posibilidades en el futuro.

§24BGuardar marcapáginas En América Latina estamos en la búsqueda de consolidar nuestas formas particulares de practicar las humanidades digitales, y esa búsqueda está marcada tanto por nuestra propia situación dentro de la tradición de las humanidades —como Latino/Americanos, civilizados/bárbaros, podríamos decir— como por nuestra propia relación con las tecnologías digitales -las infraestucturas, formas de organización y conocimientos con los que contamos—. Los temas, estrategias de investigación, propósitos, comunidades de las humanidades digitales en América Latina tienen simultáneamente una relación con el campo global y sus propias especificidades. Existe entonces una oportunidad para definir líneas de acción y horizontes epistemológicos para las humanidades digitales desde nuestro contexto, tanto a partir de la tradición extensa y cercana, como de los propósitos futuros.

2.2.4. Fuentes sobre las dimensiones en tensión

§25BGuardar marcapáginas Con respecto a la literatura específica que aborda las tensiones de cada una de las dimensiones elaboradas en la disertación, vale la pena mencionar algunas fuentes que aportaron a la construcción teórica y al contexto de los capítulos siguientes. Debido al caracter multimétodo y no-disciplinar de esta investigación, estas fuentes comprenden literatura académica de diversos campos —por ejemplo, cibernética, estudios de medios y etnografía— y fuentes documentales, pero también obras artísticas y literarias —como piezas de arte contemporáneo, manifiestos vanguardistas y novelas—. Como se hará más evidente a lo largo de la disertación, la diversidad de las fuentes es una apuesta particular de la investigación y la aproximación escogida.

§26BGuardar marcapáginas En cuanto a la dimensión de la tradición humanísica, principalmente consulté publicaciones relacionadas con la historia global de las humanidades, su desarrollo a través del tiempo y la definición de sus disciplinas,39Jens Høyrup, Human Sciences: Reappraising the Humanities through History and Philosophy (Albany, NY: State University of New York Press, 2000); Edward Bleiberg, Arts and Humanities Through the Eras. (Farmington Hills; Ipswich: Cengage Gale Ebsco Publishing, 2004); Rens Bod, A New History of the Humanities: The Search for Principles and Patterns from Antiquity to the Present (Oxford: Oxford University Press, 2013); Jeroen Bouterse y Bart Karstens, «A Diversity of Divisions: Tracing the History of the Demarcation Between the Sciences and the Humanities», Isis 106, n.º 2 (junio de 2015): 341-52, https://doi.org/10.1086/681995; Rens Bod, Jaap Maat, y Thijs Weststeijn, eds., The Making of the Humanities. Vol 1. Early Modern Europe (Amsterdam: Amsterdam University Press, 2010); G. G. Harpham, «Finding Ourselves: The Humanities as a Discipline», American Literary History 25, n.º 3 (1 de septiembre de 2013): 509-34, https://doi.org/10.1093/alh/ajt027. ensayos y reflexiones sobre el lugar de las humanidades en el mundo contemporáneo y su aparente crisis, que aportan tanto defensas de la existencia de las humanidades como diagnósticos de sus problemas,40Peter Sloterdijk, Normas para el parque humano (Madrid: Siruela, 2008); E. H. Gombrich, «Research in the Humanities: Ideals and Idols», Daedalus 102, n.º 2 (1973): 1-10, http://www.jstor.org.ezproxy.javeriana.edu.co/stable/20024123; E. H Gombrich, Ideales e ídolos: ensayos sobre los valores en la historia del arte (Madrid: Debate, 1999); Martha C. Nussbaum, Not for Profit: Why Democracy Needs the Humanities (Princeton: Princeton University Press, 2016); Helen Small, The Value of the Humanities (Oxford New York: Oxford University Press, 2016); Patricia Morodo, «CRISIS Y DEFENSA DE LAS HUMANIDADES EN EE.UU.», Revista Chilena de Literatura, n.º 84 (2013): 223-25, http://www.jstor.org/stable/23595107; Adela Cortina, «EL FUTURO DE LAS HUMANIDADES», Revista Chilena de Literatura, n.º 84 (2013): 207-17, http://www.jstor.org/stable/23595105. y publicaciones sobre el desarrollo de las humanidades y el humanismo en América Latina en específico, que dan cuenta tanto de la historia de las humanidades en nuestra región como del concepto de autenticidad que elaboro en detalle en el capítulo 5.141Rene Patricio Cardoso, «Las Humanidades En La Universidad. La Tradición Humanística En La Universidad Mexicana y Particularmente En La Universidad Autónoma Del Estado de México», PUCARA 1, n.º 30 (24 de noviembre de 2019): 39-70, https://doi.org/10.18537/puc.30.01.02; Frank Donoghue, «¿Tienen Futuro Las Humanidades?», Revista chilena de literatura, 2013, 227-32; Miguel Giusti, «El sentido de las humanidades», El futuro de las humanidades las humanidades del futuro, ed. Miguel Giusti y Pepi Patrón (Lima, Peru: Pontificia Universidad Católica del Perú, Fondo Editorial, 2010), 37-46; Aldo Mazzucchelli, «El Pecado Original de Las Humanidades», Revista Chilena de Literatura, n.º 84 (septiembre de 2013): 37-55, https://doi.org/10.4067/S0718-22952013000200004; Pepi Patrón, «El Valor de Las Humanidades», Summa Humanitatis 1, n.º 1 (18 de abril de 2007), https://revistas.pucp.edu.pe/index.php/summa_humanitatis/article/view/2311; Ernesto Priani Saisó, «La Gestación Del Concepto Humanismo En La Primera Década Del Siglo Xx En México», Figuras. Revista Académica de Investigación 2, n.º 3 (2021): 27-43; Abril Trigo, «Las Humanidades En La Encrucijada de La Globalización», Revista de Crítica Literaria Latinoamericana 34, n.º 68 (2008): 33-53, http://www.jstor.org/stable/25479078.. También revisé perspectivas críticas a los discursos optimistas y salvíficos de las humanidades digitales, como las lecturas ofrecidas por David Golumbia42David Golumbia, The cultural logic of computation (Cambridge, Mass.: Harvard University Press, 2009). o Domenico Fiormonte43Kim y Koh, Alternative Historiographies of the Digital Humanities; Fiormonte, Numerico, y Tomasi, The Digital Humanist.. Adicionalmente consulté algunas novelas y libros de divulgación que plantean, implícita y explícitamente, defensas a las humanidades.44Umberto Eco, El nombre de la rosa (Barcelona: Ed. Lumen, 1989); J. M. Coetzee, Elizabeth Costello (New York: Penguin Books, 2004); Irene Vallejo, El Infinito En Un Junco. La Invención de Los Libros En El Mundo Antiguo (Bogotá: Penguin Random House, 2021).

§27BGuardar marcapáginas Para la dimensión de los modos de relacionamiento con lo digital, son esenciales las publicaciones de Patrik Svensson acerca del concepto de las humanidades digitales como gran carpa , es decir, como escenario abierto para múltiples prácticas y perspectivas, y el concepto de modo de relacionamiento que sirve como fundamento teórico para el capítulo 5.245Patrik Svensson, «Beyond the Big Tent», Debates in the Digital Humanities, ed. Matthew K. Gold (Minneapolis: Univ Of Minnesota Press, 2012), 36-49; Patrik Svensson, «The Landscape of Digital Humanities», DHQ. Digital Humanities Quarterly 4, n.º 1 (2010), https://digitalhumanities.org/dhq/vol/4/1/000080/000080.html.. Especialmente porque es una estructura teórica que permitió englobar las muchas prácticas de las personas entrevistadas a lo largo de mi investigación. También realicé lecturas distantes de los artículos de varias revistas académicas de humanidades digitales, como Digital Scholarship in the Humanities, Reviews in Digital Humanities y la Revista de Humanidades Digitales (RHD) para hacer un panorama general del tipo de proyectos y resultados que se han producido en años recientes. Con el mismo propósito revisé la literatura sobre la historia de las humanidades digitales y antecedentes como el humanities computing.46Jones y Busa, Roberto Busa, S. J., and the Emergence of Humanities Computing; Nyhan, Passarotti, y Jones, One Origin of Digital Humanities; Hockey, «The History of Humanities Computing»; Verena Laschinger, «Digital Humanities in Developed and Emerging Markets», CLCWeb: Comparative Literature and Culture 13, n.º 3 (1 de septiembre de 2011), https://doi.org/10.7771/1481-4374.1807; Fuller, «Digital Humanities and the Discontents of Meaning»; David M. Berry, Understanding Digital Humanities (Houndmills New York: Palgrave Macmillan, 2012); David M. Berry y Anders Fagerjord, eds., Digital Humanities: Knowledge and Critique in a Digital Age (Cambridge, England: Malden, MA : Polity, 2017). Y, como complemento, las aproximaciones de la arqueología de los medios y los estudios del software y las plataformas a la historia de colaboración entre las humanidades y las tecnologías digitales47Zielinski, Arqueología De Los Medios; Friedrich A. Kittler, The Truth of the Technological World: Essays on the Genealogy of Presence (Stanford, California: Stanford University Press, 2013); Kittler, No hay software y otros ensayos sobre filosofía de la tecnología.; Kittler, Gramophone, Film, Typewriter; Néstor García Canclini, Ciudadanos reemplazados por algoritmos (Bielefeld: transcript, 2019); Montfort, 10 PRINT CHR$(205.5+RND(1)); Wendy Hui Kyong Chun y Thomas Keenan, eds., New Media, Old Media: A History and Theory Reader (New York: Routledge, 2006); Lisa Gitelman, Always Already New: Media, History and the Data of Culture (Cambridge, Mass: MIT Press, 2006); J. David Bolter y Richard A. Grusin, Remediation: Understanding New Media (Cambridge, Mass: MIT Press, 1999).. Adicionalmente, consulté la literatura principal acerca del proyecto de la analítica cultural, con el fin de dar cuenta, a través de un caso saliente, del modo de relacionamiento instrumental con lo digital48Andrew Piper, «There Will Be Numbers», Journal of Cultural Analytics, 23 de mayo de 2016, https://doi.org/10.22148/16.006; W. E. Underwood, «A Genealogy of Distant Reading», Digital Humanities Quarterly, 2017, http://www.digitalhumanities.org/dhq/vol/11/2/000317/000317.html; Michael Gavin et al., «Spaces of Meaning: Conceptual HIstory, Vector Semantics, and Close Reading», Debates in the Digital Humanities 2019, ed. Matthew K. Gold y Lauren F. Klein (Minneapolis London: University of Minnesota Press, 2019), 243-67.. Para el contexto latinoamericano hice una revisión de proyectos de conservación de la memoria a través de métodos computacionales, como la Biblioteca del Pensamiento Novohispano, el Banco de Archivos Digitales, la Cartografía de la literatura digital latinoamericana, el Archivo del esclarecimiento de la Comisión de la verdad, el archivo digital de Londres 38, entre muchos otros. También exploré la historia del arte digital en América Latina, como el caso de la producción creativa de artistas como Waldemar Cordeiro y Eduardo Kac en Brasil, u Omar Gancedo y Ana María Uribe en Argentina49Edgardo Antonio Vigo et al., «Diagonal Cero - Número 20», Diagonal Cero no. 20 (1966), http://sedici.unlp.edu.ar/handle/10915/45890; Waldemar Cordeiro, «"Arteonica": Electronic Art», Leonardo 30, n.º 1 (1997): 33, https://doi.org/10.2307/1576373; Eduardo Kac, «Time Capsule», AI & Society 14, n.º 2 (junio de 2000): 243-49, https://doi.org/10.1007/BF01205454.. Desde la perspectiva de la crítica a las visiones tecnooptimistas, consulté la aproximaciones del colonialismo de datos50Ricaurte Quijano, Descolonizar y Despatriarcalizar Las Tecnologías; Mejías y Couldry, «Colonialismo de Datos»; Edgar Gómez-Cruz, Paola Ricaurte, y Ignacio Siles, «Descolonizando Los Métodos Para Estudiar La Cultura Digital: Una Propuesta Desde Latinoamérica», Cuadernos.info, n.º 54 (2023): 160-81, https://doi.org/10.7764/cdi.54.52605., las lecturas de la cultura digital desde la Investigación Acción Participativa51Gustavo I. de Roux, «Juntos Contra La Computadora», Acción y Conocimiento: Como Romper El Monopolio Con Investigación - Acción Participativa, ed. Orlando Fals-Borda (Santa Fé de Bogotá: CINEP, 1991), 53-72., y la propuesta del marco crítico para las humanidades digitales de Nuria Rodríguez-Ortega52Nuria Rodríguez-Ortega, «Digital Social Sciences and Digital Humanities of the South. Materials for a Critical Discussion», Global Debates in the Digital Humanities, ed. Domenico Fiormonte, Sukanta Chaudhuri, y Paola Ricaurte (Minneapolis: University of Minnesota Press, 2022), 101-14..

§28BGuardar marcapáginas En cuanto a la dimensión de la formación de comunidad, las teorías centrales que fundamentan el análisis son, por una parte, la aproximación sociológica de los mundos del arte propuesta por Howard Becker53Howard Saul Becker, Los mundos del arte: sociología del trabajo artístico (Buenos Aires: Universidad Nacional de Quilmes, 2008). y aproximaciones cibernéticas de la autoorganización, especialmente las teorías de la autopoiesis y la deriva estructural de Maturana, Varela y Uribe54Humberto Maturana R. y Francisco J. Varela, El árbol del conocimiento: las bases biológicas del conocimiento humano (Buenos Aires: Lumen, 2003); F. G. Varela, H. R. Maturana, y R. Uribe, «Autopoiesis: The Organization of Living Systems, Its Characterization and a Model», Biosystems 5, n.º 4 (1 de mayo de 1974): 187-96, https://doi.org/10.1016/0303-2647(74)90031-8; Humberto R. Maturana, La realidad: ¿objetiva o construida? fundamentos biológicos de la realidad II (Anthropos Editorial, 1995), https://books.google.com?id=4vFGfZoICg4C.. Como profundización, además, me baso en las investigaciones semióticas previas que he realizado acerca de la fundamentación del sentido como recurrencia y la formación de instituciones colectivas, desde la perspectiva de la construcción de la realidad social de Searle55John R Searle, La construcción de la realidad social (Barcelona: Paidós, 2004). y la cibernética56Sergio Rodríguez, «Recurrences and Human Agential Meaning Grounding: Laying a Path in Walking», Biosemiotics 9, n.º 2 (agosto de 2016): 169-84, https://doi.org/10.1007/s12304-016-9267-2; Sergio Rodríguez Gómez, «An Agential-Narrative Approach on Art Semiosis», Technoetic Arts 17, n.º 3 (1 de octubre de 2019): 281-95, https://doi.org/10.1386/tear_00021_1; Sergio Rodríguez Gómez, «Organización, Experiencia y Adaptación. Tres Conexiones Biosemióticas Entre El Pensamiento de von Uexküll y La Biología Enactiva de Maturana y Varela», Revista Colombiana de Filosofía de la Ciencia 21, n.º 43 (5 de noviembre de 2021), https://doi.org/10.18270/rcfc.v43i21.3365.. También es importante para el capítulo la distinción entre académicos, intelectuales y bricolérs ofrecida por Stephen Papson57Stephen Papson, «Scholars, Intellectuals, and Bricoleurs», Arts and Humanities in Higher Education 13, n.º 4 (octubre de 2014): 377-94, https://doi.org/10.1177/1474022213487951. y la categorización de motivaciones e incentivos normativos, racionales y afiliativos de Puffer y Meindl58Sheila M. Puffer y James R. Meindl, «The Congruence of Motives and Incentives in a Voluntary Organization», Journal of Organizational Behavior 13, n.º 4 (julio de 1992): 425-34, https://doi.org/10.1002/job.4030130409. como fundamento para el análisis de los roles de las humanidades digitales en América Latina, sus formas de relación y la construcción de procesos significativos. Esta teoría fue particularmente importante para dar sentido a las motivaciones manifestadas por los participantes en sus entrevistas.

§29BGuardar marcapáginas Para la dimensión de las infraestructuras, consulté textos del campo de Ciencia, Tecnología y Sociedad acerca del concepto general de infraestructura59Brian Larkin, «The Politics and Poetics of Infrastructure», Annual Review of Anthropology 42, n.º 1 (21 de octubre de 2013): 327-43, https://doi.org/10.1146/annurev-anthro-092412-155522; Susan Leigh Star, «The Ethnography of Infrastructure», American Behavioral Scientist 43, n.º 3 (noviembre de 1999): 377-91, https://doi.org/10.1177/00027649921955326; Marshall McLuhan, Understanding Media: The Extensions of Man (Cambridge, Mass: MIT Press, 1994). y en específico acerca de la historia del desarrollo de infraestructuras tecnológicas en América Latina60Rosalba Casas y Tania Pérez-Bustos, eds., Ciencia, Tecnología y Sociedad En América Latina: La Mirada de Nuevas Generaciones (Buenos Aires: Clacso, 2019); Renato Dagnino, «El Pensamiento En Ciencia, Tecnología y Sociedad En Latinoamérica : Una Interpretación Política de Su Trayectoria», Redes 7, n.º 3 (1996), http://ridaa.unq.edu.ar/handle/20.500.11807/504. y la formación de brechas digitales61Andrés Lombana Bermudez, «La Evolución de Las Brechas Digitales y El Auge de La Inteligencia Artificial (IA)», Revista Mexicana de Bachillerato a Distancia 10, n.º 20 (15 de agosto de 2018): 17, https://doi.org/10.22201/cuaed.20074751e.2018.20.65884.. Para el caso específico de las humanidades digitales, consulté la literatura sobre diversas infraestructuras en el campo (tecnológicas, epistemológicas, lingüísicas, organizacionales).62Gimena Del Rio Riande, «Digital Humanities and Visible and Invisible Infrastructures», Global Debates in the Digital Humanities, ed. Domenico Fiormonte, Sukanta Chaudhuri, y Paola Ricaurte (Minneapolis: University of Minnesota Press, 2022), 247-58; Sebastian Kubitschko, «Acting on Media Technologies and Infrastructures: Expanding the Media as Practice Approach», Media, Culture & Society 40, n.º 4 (mayo de 2018): 629-35, https://doi.org/10.1177/0163443717706068; Afanador-Llach y Lombana-Bermudez, «Developing New Literacy Skills and Digital Scholarship Infrastructures in the Global South. A Case Study»; Domenico Fiormonte, «Taxation against Overrepresentation? The Consequences of Monolingualism for Digital Humanities», Alternative Historiographies of the Digital Humanities, ed. Dorothy Kim y Adeline Koh (Santa Barbara: Punctum Books, 2021), 333-76; Domenico Fiormonte, «Lenguas, códigos, representación. Márgenes de las Humanidades Digitales», Humanidades digitales, ed. Isabel Galina Russell et al. (Ciudad de México: Bonilla Artigas Editores / Red de Humanidades Digitales, 2018), 39-81. También tiene importancia central el concepto de "diglosia cultural" elaborado por Yuri Takhteyev63Yuri Takhteyev, Coding Places: Software Practice in a South American City (Cambridge, Mass: MIT Press, 2012)., pues es el fundamento para el estudio de caso de las brechas idiomáticas en las humanidades digitales. Finalmente, para esta dimensión, consulté la literatura crítica del concepto de escalabilidad infraestructural, como el trabajo de Ana Tsing64Anna Lowenhaupt Tsing, «On Nonscalability», Common Knowledge 18, n.º 3 (1 de agosto de 2012): 505-24, https://doi.org/10.1215/0961754X-1630424. o Hanna y Park65Alex Hanna y Tina M. Park, «Against Scale: Provocations and Resistances to Scale Thinking», 2020, https://doi.org/10.48550/ARXIV.2010.08850., y el concepto de universalismo digital propuesto por Anita Chan66Chan, Networking Peripheries.. La sección final del capítulo de esta sección debe su fundamento principalmente a la teoría de los comunes o los recursos de reserva común de Ostrom y colegas67Elinor Ostrom, Governing the Commons: The Evolution of Institutions for Collective Action, 1.ª ed. (Cambridge University Press, 1990), https://doi.org/10.1017/CBO9780511807763; Elinor Ostrom, «Beyond Markets and States: Polycentric Governance of Complex Economic Systems», American Economic Review 100, n.º 3 (2010): 641-72, https://doi.org/10.1257/aer.100.3.641..

2.2.5. Investigación-creación y ensayos interactivos

§30BGuardar marcapáginas Por otra parte, en términos del componente de investigación-creación de esta disertación, existen múltiples elaboraciones en la literatura con respecto al lugar de la creación artistica en la investigación académica. La más influyente para este proyecto son las aproximaciones a la investigación artística propuestas por Henk Borgdorff, especialmente los paralelismos entre los contextos del descubrimiento y la justificación en la ciencia y el arte —el laboratorio y el taller, la publicación y la obra, respectivamente—, y el lugar que el autor otorga a la especulación y el saber hacer como forma de conocimiento68Henk Borgdorff, The Conflict of the Faculties: Perspectives on Artistic Research and Academia (Amsterdam: Leiden University Press, 2012).. También son importantes las perspectivas de Gioia Chilton y Patricia Leavy acerca de las posibles contribuciones del pensamiento creativo (desde la literatura, las artes escénicas, las artes visuales, la música, etc.) a la investigación basada en artes, como la producción de ficciones y poéticas para la indagación, las aproximaciones perfomáticas a los objetos de estudio, o las exploraciones conceptuales desde la visualidad.69Gioia Chilton y Patricia Leavy, «Arts-Based Research Practice: Merging Social Research and the Creative Arts», The Oxford Handbook of Qualitative Research, ed. Patricia Leavy (Oxford: Oxford University Press, 2014), 403-22, https://doi.org/10.1093/oxfordhb/9780199811755.001.0001. En el mismo sentido, las propuestas de la investigación basada en artes de Barone y Eisner, como la producción de conocimiento a través de medios no lingüísticos y el alumbramiento o la creación de nuevos problemas de investigación a partir de la especulación expresiva70Tom Barone y Elliot W. Eisner, Arts Based Research (Los Angeles London New Delhi Singapore Washington DC: Sage, 2012)..

§31BGuardar marcapáginas En cuanto a las estrategias específicas de investigación-creación usadas en la producción de este libro digital, fueron importantes las ideas propuestas por Nick Montfort en cuanto a la programación como medio de exploración71Nick Montfort, Exploratory Programming for the Arts and Humanities (Cambridge, Massachusetts: The MIT Press, 2016)., el trabajo pionero en el diseño de interfaces y formas computacionales de potenciamiento del conocimiento de Alan Kay, Adele Goldberg y Seymour Papert72Alan Kay y Adele Goldberg, «Personal Dynamic Media», The New Media Reader, ed. Noah Wardrip-Fruin y Nick Montfort (Cambridge, Mass: MIT Press, 2003), 391-404; Seymour Papert, «Teaching Children to Be Mathematicians Versus Teaching About Mathematics», International Journal of Mathematical Education in Science and Technology 3, n.º 3 (julio de 1972): 249-62, https://doi.org/10.1080/0020739700030306., y los ejercicios pedagógicos de publicaciones como ensayos interactivos del ya mencionado Daniel Shiffman73Daniel Shiffman, The Nature of Code: Simulating Natural Systems with Processing (Autopublicado, 2012). y Rune Madsen,74Rune Madsen, «Programming Design Systems» (Programming design systems, 2019), https://programmingdesignsystems.com/. quien además influyó en la construcción del sistema de diseño que estructura este libro y que se explica en detalle en el capítulo 7.

§32BGuardar marcapáginas Adicionalmente, y como una forma de realimentación creativa a los fundamentos teóricos de la disertación, uso múltiples teorías y perspectivas de la práctica artística como elementos analíticos de las tensiones de las Humanidades Digitales en América Latina, especialmente, las teorías sociológicas de los mundos del arte de Howard Becker75Becker, Los mundos del arte., la filosofía del arte como experiencia de John Dewey76John Dewey, Art as Experience (New York, NY: Perigee, 1995)., y manifiestos artísticos como la Arteônica de Waldemar Cordeiro77Cordeiro, «"Arteonica"». o el Manifiesto Antropófago de Oswald de Andrade78Oswald de Andrade, «Manifiesto Antropofago», Revista de Antropofagia, mayo de 1928..