Humanidades digitales en América Latina

Un mapeo multidimensional de sus tensiones

6. Modos de relacionamiento con lo digital

6.1. De la carpa al archipiélago

§1FGuardar marcapáginas Luego de intensas discusiones en las redes formales e informales de la academia acerca de lo que podría o no considerarse como humanidades digitales, en el congreso del 2011 de la ADHO —Alianza de Organizaciones de Humanidades Digitales— se planteó la metáfora de las humanidades digitales como una "gran carpa" (o big tent, en inglés)1ADHO, Digital Humanities 2011: Conference Abstracts : Stanford University, Stanford, CA, USA, June 19-22, 2011 (Stanford, California: Stanford University Library, 2011).. Es decir, como un lugar en el que muchas prácticas, disciplinas y epistemologías diferentes podían participar y sentirse cobijadas, e incluso protegidas del rechazo de sectores académicos más tradicionalistas. El uso de tecnologías digitales para el estudio de las humanidades era un tema que, aunque no era reciente, estaba ganando un nuevo interés y una visibilidad que atraía miradas curiosas y críticas, entusiastas y resistentes.

§2FGuardar marcapáginas La metáfora de la carpa también traía consigo la noción de exhibición y actuación; era la carpa de un circo en la que personas interesadas podían simplemente asomarse y decidir si querían o no participar del espectáculo. Hoy, con la distancia, se puede decir que la metáfora de ese momento correspondía con un claro intento de funambulismo: evitar definir estrictamente los límites del campo de las humanidades digitales y al mismo tiempo contar con una manera relativamente clara de describir qué cabría dentro de ellas2Patrik Svensson, «Beyond the Big Tent», Debates in the Digital Humanities, ed. Matthew K. Gold (Minneapolis: Univ Of Minnesota Press, 2012), 36-49.. El propósito de este acto de equilibrio era recibir nuevas personas, proyectos y financiadoras sin que se sintieran excluidas pero tampoco confundidas por el aspecto etéreo de las humanidades digitales. Esto constituía una necesidad apremiante, pues como plantean Fiormonte, Numerico y Tomasi, "uno de los efectos secundarios indeseados del desarrollo tumultuoso de las humanidades digitales ha sido de hecho su propia impredicibilidad"3Domenico Fiormonte, Teresa Numerico, y Francesca Tomasi, The Digital Humanist: A Critical Inquiry (Brooklyn: punctum books, 2015), 16..

§3FGuardar marcapáginas Más de diez años después de ese congreso de la ADHO es sensato afirmar que la metáfora de la gran carpa ha mutado en la metáfora del archipiélago, sugerida por Glen Layne-Worthey —profesor de la Universidad de Illinois, director asociado del Hathi Trust Research Center, y, justamente, uno de los proponentes de la primera metáfora— en la entrevista que sostuvimos4«Entrevista a Glen Layne-Worthey», 27 de febrero de 2023.. Por fuerza del tiempo y del ímpetu se han asentado prácticas particulares que se han manifestado en múltiples y diversos proyectos, a pesar de que nunca se haya logrado definir exactamente qué son las humanidades digitales. Esto es, al final, una comprobación de que no era necesario definirlas, sino, tal vez, ejercerlas, sea como sea que se entiendan, y a través del desarrollo de comunidades, proyectos e infraestructuras ver sus alcances y grietas.

§4FGuardar marcapáginas Las exclusiones y confusiones siguen ahí, pero, al menos, ahora podemos dibujar un mapa, o muchos, y ver que algunas islas en el archipiélago están más cerca unas de otras, y otras más están tan lejos que ya no se comunican ni se entienden. Solo andando el terreno se puede ver que efectivamente es posible atravesarlo y cambiar de ambiente gradualmente, así como se cambia de paisaje. Algunas practicantes prefieren quedarse en su orilla, y otras buscan maneras de crear puentes, caminos y medios de comunicación entre zonas aparentemente desconectadas. En general, en el archipiélago cohabitan posturas de las humanidades digitales que ven a las tecnologías digitales como herramientas para la continuación de las prácticas tradicionales, otras que las ven como instrumentos para el activismo social, otras que son críticas de tales tecnologías, otras que las ven como otro medio para la experimentación y la creación, y todos los puntos intermedios.

§5FGuardar marcapáginas Por supuesto, a pesar del tono optimista y aparentemente abierto de la noción de gran carpa, las diferencias sociales de los grupos que hacen humanidades digitales han representado distintas formas de exclusión, de dinámicas de poder y relaciones subalternas; inevitablemente, hay lugares más centrales y lugares periféricos, escalas globales y escalas locales, prácticas establecidas y emergentes5Domenico Fiormonte, «Lenguas, códigos, representación. Márgenes de las Humanidades Digitales», Humanidades digitales, ed. Isabel Galina Russell et al. (Ciudad de México: Bonilla Artigas Editores / Red de Humanidades Digitales, 2018), 39-81; Domenico Fiormonte, «¿Por qué las Humanidades Digitales necesitan al Sur?», Humanidades digitales: construcciones locales en contextos globales: actas del I Congreso Internacional de la Asociación Argentina de Humanidades Digitales (AAHD), ed. Asociación Argentina de Humanidades Digitales et al. (Ciudad Autónoma de Buenos Aires: FILO:UBA, Facultad de Filosofía y Letras : Filo Digital, Repositorio Institucional, 2018); Ernesto Priego, «Can the Subaltern "Do" DH? A Reflection on the Challenges and Opportunities for the Digital Humanities», Global Debates in the Digital Humanities, ed. Domenico Fiormonte, Sukanta Chaudhuri, y Paola Ricaurte (Minneapolis: University of Minnesota Press, 2022), 28-35; Svensson, «Beyond the Big Tent».. Además, este mapa es en cierta medida análogo a las divisiones y el disciplinamiento que existe en la academia de las humanidades y que ya ha sido en parte elaborado en el capítulo 5 sobre la tradición humanística. Por ejemplo, existen marcadas divisiones entre disciplinas tradicionales de las humanidades, como la historia, la linguística y la filología, con otros campos, como los estudios de la comunicación y los medios, o con la hermana rebelde de las humanidades, la creación artística. Una parte de los entrevistados para esta investigación considera que estos campos no deben mezclarse, mientras que para otros el intercambio es necesario.

§6FGuardar marcapáginas Sin embargo, estas discordancias pueden resultar artificiales, y por el flujo propio del desarrollo de proyectos, con sus preguntas y objetivos particulares, es inevitable el salto transdiciplinario e incluso la antidisciplina. Ni el investigador computacional más estricto y apegado a la visión instrumental de sus métodos algorítmicos puede evitar pensar en algún momento en las particularidades de las tecnologías digitales como medio y como fenómeno cultural, y así, aunque sea un poco, mojarse los dedos en problemas que aparentemente son del dominio de los estudios de la comunicación o aventurarse en expresiones artísticas. Sin duda, la separación también se debe a otros factores, como la formación de comunidad y las infraestructuras, elaborados en los capítulos 7 y 8, que complejizan y enriquecen la configuración de las humanidades digitales.

§7FGuardar marcapáginas Para continuar acercándonos a este territorio de archipiélagos, hagamos un ejercicio de meta-análisis: indaguemos a las humanidades digitales por medio de una técnica de humanidades digitales. El interactivo 6, que presento a continuación, es una posible aproximación, a través de un sampleo pequeño pero diverso, de la amplitud de proyectos de humanidades digitales en escala global. La gráfica está basada en los proyectos reseñados en la revista Reviews in Digital Humanities en los últimos tres años (2020 - 2023). Concretamente, el interactivo muestra un mapa de vectores derivado de la técnica de análisis denominada incrustaciones de palabras —o word embeddings, en inglés—. Esta técnica de análisis computacional, usada en algunas investigaciones de humanidades digitales, utiliza algoritmos de procesamiento de lenguaje natural para extraer una representación semántica de un corpus textual, derivada del contexto de aparición de las palabras contenidas en el corpus. En este caso el contexto es, literalmente, el texto que está al lado del texto, y el algoritmo Word2Vec en su versión SkipGram dispone las palabras que aparecen en contextos similares en una representación espacial bidimensional —haciendo una reducción de sus dimensiones con un método denominado t-SNE—. Aunque los principios de la semántica distribucional6Magnus Sahlgren, «The Distributional Hypothesis», Rivista di Linguistica 20, n.º 1 (2008): 33-53. en los que se basa este tipo de procesamiento son controversiales, como discutiremos más adelante, porque suponen que se puede extraer sentido puramente de la estructura y las frecuencias del texto. Sin embargo, si lo entendemos desde sus limitaciones, como una lectura asistida por datos, este ejercicio puede darnos pistas del fenómeno de las humanidades digitales por aproximación7Michael Gavin et al., «Spaces of Meaning: Conceptual HIstory, Vector Semantics, and Close Reading», Debates in the Digital Humanities 2019, ed. Matthew K. Gold y Lauren F. Klein (Minneapolis London: University of Minnesota Press, 2019), 243-67.. Como afirmaría Stephen Ramsay, este tipo de procesos computacionales ofrece un paratexto, un texto que acompaña al texto8Stephen Ramsay, Reading Machines: Toward an Algorithmic Criticism (Urbana: University of Illinois Press, 2011). y que enriquece la interpretación al proporcionar nuevos puntos de vista y lecturas posibles. Así, si navegamos el mapa de vectores veremos que hay distintas palabras agrupadas en islas dentro del espacio semántico del algoritmo, y esas islas nos dan una idea de cómo la revista ha capturado distintos temas de interés para las humanidades digitales. La interactivo que sigue ofrece una especie de visita guiada y a distancia, un sobrevuelo temático de la revista:

Interactivo 6. Un mapa de vectores que representa la semántica distribucional de los artículos publicados hasta el Vol. 4 No. 8 de Reviews in digital humanities

§8FGuardar marcapáginas Tal vez, luego de la visita guiada a Reviews in Digital Humanities se hace más evidente que, además de un interés por proyectos de colecciones digitales y análisis computacional, es una revista que tiene un enfoque explícitamente postcolonial e interesado en la justicia social, y por ese motivo procura reseñar proyectos de diversas partes del mundo y de grupos marginalizados o subrepresentados; si analizáramos el mapa de las humanidades digitales desde otra publicación más conservadora en cuanto a sus temas y posturas políticas —digamos, la revista Digital Scholarship in the Humanities—, el mapa presentaría un terreno distinto y unas omisiones particulares.

§9FGuardar marcapáginas Por ejemplo, el mismo ejercicio con una fuente académica del contexto hispanohablante y lusohablante, tanto europeo como americano, la Revista de Humanidades Digitales (RHD), muestra que el mapa cambia, como se ve en el interactivo 7: la representación del archipiélago desde este punto de vista tiene otra apariencia: partes nuevas y partes inexploradas. Efectivamente, la Revista de Humanidades Digitales tiene un sesgo y una postura particular frente a qué cabe dentro de su línea editorial, explícitamente delimitado en sus instrucciones de publicación: "RHD no publica crítica de objetos digitales (por ejemplo, crítica de literatura electrónica, juegos, problemas de literatura en la web)"9Revista de Humanidades Digitales, «Sobre La Revista», Sobre la revista (Revista de Humanidades Digitales), Accedido en 28 de noviembre de 2023, https://revistas.uned.es/index.php/RHD/index.. En otras palabras, quienes editan la revista no tienen un interés fuerte en los estudios de medios o en prácticas artísticas digitales, y tienen un enfoque más centrado en proyectos aplicados desde ramas como las ciencias de la información, la filología, los estudios literarios y la historia. El interactivo 7 ofrece una visita guiada de los vectores de palabras derivados del corpus textual de los artículos de esta revista.

Interactivo 7. Un mapa de vectores que representa la semántica distribucional de los artículos publicados hasta el Vol. 8 de la Revista de Humanidades Digitales

§10FGuardar marcapáginas A través de estos ejemplos podemos observar que no existe una sola fuente autoritativa y única que nos permita dibujar el mapa de las humanidades digitales en el mundo o en América Latina de forma inequívoca, pero podemos superponer distintas versiones para acercarnos a una comprensión general del terreno y notar que ya se han decantado ciertas formas de hacer y entender en el archipiélago. Intentando tal superposición, en un artículo titulado The Landscape of Digital Humanities, o El paisaje de las humanidades digitales, Patrik Svensson propone una serie de categorías paradigmáticas que definen modos de relacionamiento —modes of engagement— entre las humanidades y las tecnologías digitales: lo digital como herramienta, como objeto de estudio, como medio, como laboratorio y como plataforma activista10Patrik Svensson, «The Landscape of Digital Humanities», DHQ. Digital Humanities Quarterly 4, n.º 1 (2010), https://digitalhumanities.org/dhq/vol/4/1/000080/000080.html.. Basado en estas categorías, pero reformuladas por la teoría fundamentada y la revisión bibliográfica y de proyectos de esta investigación, en lo que sigue de este capítulo presentaré una versión propia del panorama de los modos de relacionamiento, tanto desde las humanidades como para las humanidades, que orientan las prácticas de las humanidades digitales en nuestro contexto, con la intención de bosquejar a grandes rasgos el mapa Latinoamericano: lo digital como método y herramienta, lo digital como fenómeno cultural, lo digital como medio o problema para el activismo, y lo digital como medio expresivo. Estos distintos modos de relacionamiento con lo digital se suman al mapa de tensiones que estructura este proyecto y contribuyen a la caracterización de las humanidades digitales en el contexto Latinoamericano.

6.2. Lo digital como herramienta

§11FGuardar marcapáginas La idea más extendida de qué son humanidades digitales se relaciona con el ejercicio instrumental que consiste en usar tecnologías computacionales para el estudio de temas humanísticos, lo que en inglés es conocido como "digital scholarship"11Christine L. Borgman, Scholarship in the Digital Age: Information, Infrastructure, and the Internet (Cambridge (Mass.): MIT, 2007); Marta Mestrovic Deyrup, Digital Scholarship (New York: Routledge, 2009); Jerome J. McGann, A New Republic of Letters: Memory and Scholarship in the Age of Digital Reproduction (Cambridge, Massachusetts: Harvard University Press, 2014); Robin Chin Roemer y Verletta Kern, eds., The Culture of Digital Scholarship in Academic Libraries (Chicago: ALA Editions, 2019).. Este término tiene múltiples traducciones posibles: podríamos traducirlo como investigación digital, y así acercarnos conceptualmente a la práctica de la indagación de la cultura a través de sus fuentes; traducirlo como erudición digital, y acercarnos a la noción del cultivo del intelecto personal a través de la lectura; o traducirlo como escolástica digital, y acercarnos a la idea de la construcción de un cánon de la cultura y sus lecturas autorizadas. En cualquier caso, esta noción proviene de una narrativa ya muy establecida por las humanidades digitales estadounidenses y europeas que han construido una genealogía que busca entretejer a las tecnologías digitales con las prácticas tradicionales de las humanidades —para una expansión de esta historia, ver el recuento de Susan Hockey12Susan Hockey, «The History of Humanities Computing», A Companion to Digital Humanities, ed. Susan Schreibman, Raymond George Siemens, y John Unsworth (Malden, MA: Blackwell Pub, 2004), 3-19.—.

§12FGuardar marcapáginas Comúnmente, dentro de esta narrativa, se reconoce al sacerdote Roberto Busa como uno de los primeros estudiosos en usar tecnologías digitales para la investigación de fuentes clásicas13Steven E. Jones y Roberto Busa, Roberto Busa, S. J., and the Emergence of Humanities Computing: The Priest and the Punched Cards (New York London: Routledge, 2016); Julianne Nyhan, Marco Passarotti, y Steven E. Jones, eds., One Origin of Digital Humanities: Fr Roberto Busa in His Own Words (Cham, Switzerland: Springer, 2019).. Particularmente, su proyecto del Index Thomisticus, un compendio de concordancias de la obra de Tomás de Aquino que inició en 1940, se prologó por varias décadas, y se guardó en distintos medios de almacenamiento de información: tarjetas perforadas, cintas magnéticas, CD-ROMS, servidores de internet. El filósofo y humanista digital Ernesto Priani, en nuestra charla14«Entrevista a Ernesto Priani», 30 de abril de 2021., sugiere que esta narrativa es ideal para las humanidades digitales más centrales y hegemónicas, en el sentido en que las prácticas actuales se conceptualizan como una continuación de la tradición ortodoxa de las humanidades: Busa, un sacerdote, sigue las prácticas de los copistas medievales escolásticos de los monasterios y anota un texto antiguo, las obras de Tomás de Aquino —que a su vez incluye múltiples interpretaciones de textos más antiguos, como la obra de Aristóteles— pero esta vez no copia a mano sino que, con la ayuda de la IBM produce un catálogo datificado, operable computacionalmente. Como aluden las similitudes iconográficas entre las Figuras 12 y 13, desde esta gran narrativa, la mesa de copista ahora es una mesa de cómputo, las glosas con comentarios anotados en las márgenes de los libros ahora son anotaciones escritas en formatos de intercambio interoperables, las bibliotecas y sus formas de organización ahora son estructuras de datos. Además, el proceso de lectura puede hacerse a través de algoritmos que, en vez de palabras y colores, ven números y píxeles, y de ellos extraen patrones, tendencias y relaciones. Así, cada proceso del estudio erudito de la cultura tiene un equivalente extendido y potenciado en el mundo digital.

Figura 12. Monje Olivetano — Atribuida a Baldassare Tommaso Peruzzi — S.XVI. (Fuente, Artstor - The Metropolitan Museum of Art, Licencia CC0)
La pintura de un monje que está escribiendo en una mesa
Figura 13. El padre Roberto Busa en la Universidad de Yale — 1956. (Fuente, CIRCSE Research Centre, Università Cattolica del Sacro Cuore, Milan, Italy, Licencia CC-BY-NC)
Un sacerdote revisando un libro antiguo y copiando su contenido en un computador de los años 50

§13FGuardar marcapáginas Esta gran narrativa de las humanidades digitales ofrece, al final, una conjunción conceptual entre el medio y los propósitos de las humanidades: el libro y el computador son igualmente útiles para la erudición humanística.

§14FGuardar marcapáginas Para entender esto, tomemos una perspectiva mediarqueológica. Fuertemente influenciado por las teorías de los medios de Marshall McLuhan, en su libro Arqueología de los medios15Siegfried Zielinski, Arqueología de los Medios: Hacia el Tiempo Profundo de la Visión y la Audición Técnica (Bogotá: Ediciones Uniandes, 2012)., Siegfried Zielinski hace un recorrido por las relaciones entre los medios y los intentos humanos de extender su propia agencia. Por ejemplo, como está representado en las figuras 14, 15 y 16, la manipulación de la experiencia visual a través de narcóticos, intervenciones corporales, o aparatos protocinematográficos, o la comunicación a distancia a través de la creación de códigos y mecanismos especiales para transportar mensajes a lugares lejanos. Pues bien, si seguimos esta mísma línea propuesta por Zielinski, podríamos afirmar que las tecnologías digitales se anclan a dos propósitos humanísticos que también guardan relación con la extensión de la agencia humana: la conservación de la memoria y la interpretación de la cultura. O, dicho de otra forma, la significación de la memoria como valoración de la existencia humana.

§15FGuardar marcapáginas En este sentido, las tarjetas perforadas, las cintas magnéticas, los CD-Roms y los servidores del Index de Busa son una continuación natural de la labor que cumplen los libros y otros documentos: disponer en un sustrato físico duradero el sentido de lo humano representado en símbolos discretos, y de la biblioteca y el archivo: organizar y facilitar el acceso a esos sustratos de una forma que se propicien interpretaciones y conextions. A su vez, los algoritmos y procesos computacionales son una continuación natural de la lectura y la hermenéutica: usar una barra de búsqueda en un explorador complementa recorrer los pasillos de una biblioteca, establecer categorías y ficheros virtuales permite establecer relaciones hiper/intertextuales entre obras, etc. En los términos de James Malazita, esta postura configura un régimen epistémico instrumentalista en el que se "promueven las formas de conocimiento basadas en principios cuantitativos, tecnológicos y métricos"16James Malazita, «Epistemic Infrastructure, the Instrumental Turn, and the Digital Humanities», People, Practice, Power: Digital Humanities Outside the Center, ed. Ángel David Nieves, Anne B. McGrail, y Siobhan Senier (Minneapolis: University of Minnesota Press, 2021), 5.. Así, desde la epistemología de lo digital como herramienta, existen dos grandes procesos ligados a los fines humanísticos de la conservación de la memoria y la interpretación y apreciación de la cultura: por una parte está la digitalización y el facilitamiento del acceso a artefactos culturales, o mejor, a sus representaciones virtuales y sus metadatos, y, por la otra, el análisis e interpretación con ayuda de procesos computacionales y algorítmicos.

Figura 14. Un medio de comunicación a distancia. Caricatura del telégrafo de Chappe — Rodolphe Töpffer — 1831. (Fuente, Wikimedia, Dominio Público)
Una caricatura que representa a unas personas trepadas encima de un telégrafo de Cappe. Es decir, un aparato de comunicación a distancia compuesto de un poste vertical y varios travesaños
Figura 15. Un medio de manipulación de la experiencia. Niños alrededor de una linterna mágica — Thomas Rowlandson — 1820. (Fuente, Rijksmuseum, Dominio Público)
Una caricatura que representa grupo de niños asomados a las ventanas de una linterna mágica
Figura 16. Un medio de conservación de la memoria. Ilustración de un contador inca sosteniendo un Quipú en Nueva Corónica y Buen Gobierno — Felipe Guamán Poma de Ayala — 1616. (Fuente, Biblioteca Ayacucho, CLACSO, Acceso Abierto)
Un dibujo de una persona del antigüo imperio inca sosteniendo un Quipú. Es decir, una cuerda con otras cuerdas anundadas

§16FGuardar marcapáginas No obstante, al afirmar que estas tecnologías digitales se plantean como continuaciones de medios humanísticos tradicionales no quiero decir que sean idénticos a ellos. Por el contrario, siguiendo a Lev Manovich17Lev Manovich, The Language of New Media, Leonardo (Cambridge, Mass.: MIT Press, 2001); Lev Manovich, Software Takes Command: Extending the Language of New Media (New York; London: Bloomsbury, 2013)., son nuevos medios. Es decir, medios que hibridizan y remezclan a los medios anteriores, pero que también ofrecen prestaciones y posibilidades antes inexistentes.

§17FGuardar marcapáginas Desde la postura de la arqueología de los medios podemos reconocer muchos ejemplos de la presencia de lo viejo en lo nuevo y lo nuevo en lo viejo, es decir, una postura sincrónica de los medios, a diferencia de una lectura lineal que supone el desarrollo tecnológico como una historia de progreso constante. Para Kittler, ya hay elementos digitales en el códice o libro y en la máquina de escribir, pues se basan en sistemas simbólicos discretos como el alfabeto18Friedrich A. Kittler, Gramophone, Film, Typewriter (Stanford: Stanford University Press, 1999)., y, como lo ha estudiado Zielinski, la codificación binaria existe desde mucho antes que los computadores19Zielinski, Arqueología De Los Medios., porque ha hecho parte de los múltiples intentos por reducir mensajes a sus unidades mínimas y abstracciones máximas. Las tipografías que usamos en el software de edición de texto del presente están basadas en el medio de la escritura occidental de siglos atrás, la pluma, y de allí heredamos serifas y calibres distintos en la dirección de la escritura. Así, en cierto sentido, presionar el teclado es dibujar una letra de un plumazo. De la misma manera, los caracteres Chinos y Japoneses, tanto en la pantalla como en el papel, tienen la apariencia de estár hechos con pincel.

§18FGuardar marcapáginas De este modo, la noción de nuevo medio puede verse como la introducción de nuevas cualidades y posibilidades, pero también como una relación inescapable con el pasado. El modo de relacionamiento con lo digital como herramienta sigue esta lógica como fórmula discursiva para, simultáneamente, mantener una relación con la tradición y defender el uso de nuevas tecnologías en la práctica de la investigación, la erudición y la escolástica.

6.2.1. Conservación digital de la memoria

§19FGuardar marcapáginas El proceso de conservación de la memoria a través de tecnologías digitales se ha concebido como una transición relativamente tranquila y transparente para varios campos de las humanidades20Hockey, «The History of Humanities Computing»; Jones y Busa, Roberto Busa, S. J., and the Emergence of Humanities Computing; Nyhan, Passarotti, y Jones, One Origin of Digital Humanities; David M. Berry, Understanding Digital Humanities (Houndmills New York: Palgrave Macmillan, 2012); Michael A. Fuller, «Digital Humanities and the Discontents of Meaning», Journal of Chinese History 4, n.º 2 (julio de 2020): 259-75, https://doi.org/10.1017/jch.2020.13.. Jerome McGann afirma que "la migración digital de los archivos de nuestros museos y bibliotecas ya está en marcha y así continuará"21McGann, A New Republic of Letters, 4.. Las instituciones humanísticas del archivo, la biblioteca y el museo se han adaptado a tecnologías digitales para la conservación de la memoria con relativa facilidad. En una encuesta sobre bibliotecas y humanidades digitales en América Latina, realizada por Silvia Eunice Gutiérrez de la Torre, a la pregunta acerca de "¿cómo se relacionan las HD con el trabajo que realiza en su biblioteca o archivo?", las respuestas mayoritarias (17 de 68), apuntaron a lo que la investigadora clasificó como una vinculación total22Silvia Eunice Gutiérrez De La Torre, «Bibliotecas y Humanidades Digitales En América Latina», Revista de Humanidades Digitales 5 (25 de noviembre de 2020): 113, https://doi.org/10.5944/rhd.vol.5.2020.27826.. De hecho, como sugiere la profesora del Departamento de Ciencias de la información en la Unviersidad de la Habana, Ania Hernandez Quintana, en nuestra conversación23«Entrevista a Ania Hernández Quintana», 8 de octubre de 2021., la bibliotecología y las ciencias de la información modernas (desde los años 50) han estado fundamentadas en la computación, mucho antes de la existencia del término humanidades digitales, y por eso no es evidente la posibilidad de establecer una distinción entre unas prácticas pre y pos digitales.

§20FGuardar marcapáginas Si nos fijamos en la historia del padre Busa, podríamos decir incluso que son las humanidades las que fundamentan estos procesos computacionales y sus lógicas subyacentes; en la gran narrativa de las humanidades digitales se afirma que fue Busa quien sugirió la idea del hipervínculo a la IBM24Jones y Busa, Roberto Busa, S. J., and the Emergence of Humanities Computing.. La mayoría de los medios son creados para la escala humana y, en este sentido, la noción cultural de la memoria proviene de las humanidades y es posteriormente integrada al diseño de las tecnologías digitales. Como afirma McGann, "la memoria es cómo cuidamos lo que amamos y perdemos. [...] Creamos mecanismos y maquinarias para recordar —las artes, o tal vez los artefactos, de la memoria. Librerías, museos, entornos digitales. Familias, Naciones, Ceremonias"25McGann, A New Republic of Letters, 15.. En este sentido, el concepto de memoria apareció mucho antes en las humanidades que en los computadores.

§21FGuardar marcapáginas Dentro de este horizonte, se han desarrollado estándares y protocolos para la conservación, clasificación y acceso a objetos y registros culturales por medios digitales. La conservación se realiza a través de la creación de modelos computacionales de los objetos originales, o de copias en el caso de objetos nativamente digitales, y la clasificación y el acceso a través de estructuras e infraestructuras de organización y transmisión de datos. Los modelos son representaciones parciales del objeto original con respecto a aspectos particulares, codificadas en forma de información digital, y las estructuras de datos son formas de organización construidas para recuperar la información necesaria de la forma más eficiente posible para posteriormente hacer otras operaciones con ella26Julia Flanders y Fotis Jannidis, The Shape of Data in Digital Humanities: Modeling Texts and Text-Based Resources (Routledge, 2018).. En otras palabras, contamos con representaciones digitales de libros, fotografías, obras de arte, testimonios orales, piezas musicales, mapas, esquemas, entre otras cosas, disponibles en repositorios a los que, usualmente, se puede acceder por internet, y se pueden encontrar por medio de barras de búsqueda y menús que interfazan clasificaciones y relaciones, y que contienen datos con los que es posible aplicar algorítmos analíticos. En ese sentido, estamos hablando de una continuación del archivo y la biblioteca, pero también de una extensión de sus posibilidades en términos de velocidad, volumen y complejidad.

§22FGuardar marcapáginas En la novela El nombre de la rosa de Umberto Eco27Umberto Eco, El nombre de la rosa (Barcelona: Ed. Lumen, 1989)., una oda al humanismo, los libros que están en la biblioteca de la abadía donde sucede la historia han sido traídos de distintas partes del mundo y copiados manualmente, y finalmente han sido dispuestos en alguno de los laberínticos cuartos que solo algunos monjes saben navegar; son secretos estratégicos. En el repositorio digital, la copia es instantánea, pues el sustrato que subyace a cualquier medio digital —aunque se presente como sonido, texto o imagen— son los bits de información, y la barra de búsqueda trae casi de inmediato todos los resultados de los modelos o copias digitales correspondientes a la consulta. Esto, por supuesto, si esos archivos están abiertos y disponibles para el público realmente, y no han sido cercados artificialmente con suscripciones, restricciones de derechos de autor o bloqueos geopolíticos. Esta transformación no es algo menor, pues, idealmente, democratiza la posiblidad de realizar investigaciones que requerían mayores recursos y en algunos casos movilizaciones entre grandes distancias.

§23FGuardar marcapáginas Afín a esta idea, en El infinito en un junco, un libro ensayístico que tiene como centro construir una apreciación del libro y su valor para la humanidad, una especie de defensa del valor de las humanidades como tradición, Irene Vallejo comenta: "en los orígenes de internet latía el sueño de aventurar una conversación mundial. Había que crear itinerarios, avenidas, rutas aéreas para las palabras. Cada texto necesitaba una referencia -un enlace-, gracias a la cual el lector pudiera encontrarlo desde cualquier ordenador en cualquier rincón del mundo. [...] Internet es una emanación —multiplicada, vasta y etérea— de las bibliotecas."28Irene Vallejo, El Infinito En Un Junco. La Invención de Los Libros En El Mundo Antiguo (Bogotá: Penguin Random House, 2021), 43.. El discurso de las humanidades digitales como continuación hibridizada logra encerrar el concepto de internet como la oportunidad para construir una biblioteca que une a todas las bibliotecas, y que define la infraestructura para su intercambio y comunicación, así como para el acceso generalizado de la humanidad.

§24FGuardar marcapáginas En nuestra conversación, Ernesto Priani subraya la importancia que han tenido los archivos disponibles en internet para sus investigaciones acerca de la filosofía del Renacimiento: "internet abría la posibilidad de tener contacto con todo lo que no podías tener contacto antes: revistas, fuentes, artículos, etcétera. Entonces eso sí significó, por lo menos para mi campo de estudio, una revolución epistémica desde este horizonte cultural. De pronto, lo que estaba relativamente cerrado y alejado estaba más cerca y era más fácilmente accesible"29«Entrevista a Ernesto Priani».. Efectivamente, estos nuevos medios proveen posibilidades de extensión de la agencia: la conservación de la memoria y la comunicación a distancia se hacen más fáciles a través de los medios digitales que, en vez de almacenar y transportar documentos físicos, almacenan millones de bits y los copian y transportan en milisegundos a través de las infraestructuras globales de internet. Además, por supuesto, transforma las formas de leer y de moverse entre fuentes, como afirma Stefania Gallini: "la hipertextualidad en la cual Internet se basa obliga a los autores a prever una lectura ya no ordenada de manera lineal y secuencial, sino muy probablemente rizomática, en la cual cada lector-navegador construye caminos individuales y relativamente autónomos"30Stefania Gallini, «El siglo decimonónico latinoamericano en la Red», Historia Crítica, n.º 34 (julio de 2007): 149, https://doi.org/10.7440/histcrit34.2007.06.. Es decir, en línea con la postura de Manovich, hay una transformación de la agencia implícita en el medio, como se elabora en más detalle en el apartado 6.3 de este capítulo.

§25FGuardar marcapáginas En una línea similar, Gimena del Rio, filóloga investigadora argentina experta en marcado de textos, me comentó: "yo recuerdo esas primeras bases de datos que todavía están y que hacen muchísimos servicios, pero yo recuerdo ver por primera vez todo eso que yo buscaba en unos manuales, en unos diccionarios gigantes que pesaban un montón en la biblioteca; cuando vi que a golpe de un clic eso aparecía, era la magia, era como tener a Houdini en mi ordenador"31«Entrevista a Gimena del Rio», 17 de mayo de 2021.. Mi experiencia personal ha sido similar, y como las personas citadas tengo recuerdos de infancia de navegar la enciclopedia Encarta, con sus hipervínculos e interactivos, y, posteriormente, tener acceso a cientos o miles de fuentes a través de buscadores de internet. De hecho, en mi educación artística durante el pregrado, ese acceso fue fundamental para aprender de historia del arte global a través de imágenes digitalizadas proyectadas en el salón de clase, muchísimas de las cuales nunca he visto en persona. Como se contaba en la facultad, antes de internet, los profesores que visitaban museos fuera del país llevaban cámaras análogas con rollos de diapositivas para tomar fotos de las obras de arte y luego las consignaban en catálogos físicos en la diapoteca del departamento de arte para que pudieran ser proyectadas en clase con proyectores especiales, no computadores.

§26FGuardar marcapáginas Un aspecto importante de este modo de relacionamiento es su intención universalizante implícita. En su visión utópica, internet se plantea como una red global que conecta comunidades y culturas físicamente distantes. Unas humanidades digitales enmarcadas en tal interconexión y consciencia planetaria se ven en la necesidad de inventar formas de comunicación que hagan a las colecciones y archivos compatibles entre sí, o, en otras palabras, que las hagan interoperables. De acuerdo con el Diccionario Estándar de Computación del Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos (IEEE), la interoperabilidad se define como: "la habilidad de dos o más sistemas o componentes para intercambiar información y usar la información que ha sido intercambiada"32IEEE Computer Society, ed., IEEE Standard Computer Dictionary: A Compilation of IEEE Standard Computer Glossaries, 610 (New York, NY, USA: Institute of Electrical and Electronics Engineers, 1990), 114.. En nuestro caso, la interoperabilidad supone un sistema común de representaciones y usos en las colecciones y objetos digitales. Es decir, si las representaciones digitales convierten en bits cualquier tipo de medio, sigue siendo necesario llegar a acuerdos para dar sentido de vuelta a esos bits.

§27FGuardar marcapáginas Un problema para esta intención universalizante es entonces la creación de tales acuerdos. Como afirma Borgman, el contenido de las colecciones debe ser:

§28FGuardar marcapáginas "rico, robusto y consistente para que pueda ser descubierto, usado y preservado por generaciones de usuarios actuales y futuras. Las herramientas y servicios deben ser generalizables, escalables e interoperables. Sin embargo, las prácticas académicas no son consistentes, generalizables o escalables. Tienden a ser locales e idiosincráticas en cambio, cambiando dependiendo del individuo, el proyecto de investigación, el tiempo y el contexto. La situación pide formas de balancear las necesidades locales de académicos individuales, estudiantes y equipos con los requerimientos globales de una e-infraestructura distribuida, multidisciplinaria y multilingüe"33Borgman, Scholarship in the Digital Age, 252..

§29FGuardar marcapáginas Desde la visión instrumental de las humanidades digitales se han hecho grandes esfuerzos por cumplir los objetivos que describe Borgman. Tres ejemplos salientes de protocolos de interoperabilidad que han ganado un uso extendido dentro de las humanidades digitales son el estándar IIIF para la transmisión de imágenes, el estándar TEI para la anotación de textos, y el estándar Dublin Core para la construcción de metadatos básicos en colecciones. IIIF ofrece una serie de protocolos para el almacenamiento y transmisión de imágenes y sus metadatos a través de internet, fundamentos para interfaces de presentación sofisticadas, y una serie de operaciones básicas que pueden solicitarse al servidor que las aloja antes de recibir la imagen final: escalar, rotar, recortar, cambiar el formato. TEI permite hacer anotaciones, es decir, registrar computacionalmente elementos semánticos y de presentación de un texto manteniendo su estructura. Por ejemplo, registrar como datos las fechas, nombres, lugares, párrafos, etc. que aparecen en una carta manuscrita de una manera que conserva sus posiciones en el texto pero que también se pueden buscar y recuperar. Dublin Core ofrece una lista claramente definida de metadatos básicos con los que es posible comparar elementos de distintas colecciones.

§30FGuardar marcapáginas Pensemos en un ejemplo que conjugue todo: existen sistemas para la construcción de colecciones digitales con las que es posible organizar, etiquetar y recuperar representaciones digitales de objetos culturales (por ejemplo, imágenes que siguen el formato IIIF o textos anotados en TEI), como Omeka, CONTENTdm, Collection Builder o Wax. Tanto Omeka como CONTENTdm hacen uso del estándar Dublin Core para la creación de descriptores básicos de metadatos, así que distintas colecciones hechas en la misma plataforma son interoperables entre sí.

Figura 17. Representación digital en versión transcrita y fascimilar del Discurso de la gran cometa del astrónomo y astrólogo Gabriel López de Bonilla. (Fuente, Biblioteca Digital del Pensamiento Novohispano)
Una captura de un sitio web que representa una página escrita a mano y, al lado, una transcripción del manuscrito.

§31FGuardar marcapáginas Así, la práctica de las humanidades digitales en América Latina se ha beneficiado en dos sentidos de este tipo de infraestructuras, métodos y prácticas de la conservación de la memoria: por una parte, se ha facilitado el acceso a colecciones físicamente lejanas desde nuestro contexto a través de internet, y, por otra, se ha facilitado la posibilidad de crear colecciones y documentos digitales desde América Latina de una manera interoperable que las conecta con otras colecciones alrededor del mundo, como es el caso de la Biblioteca Digital del Pensamiento Novohispano (figura 17), una colección de documentos del XVII marcados en TEI. Por otro lado, las dificultades infraestructurales para este tipo de proyectos también han sido evidentes, y configuran un factor crítico para el desarrollo de las humanidades digitales en nuestro contexto. Tanto es así que una elaboración más amplia de este tema se presenta en el capítulo 8, dedicado a las infraestructuras. A continuación, la tabla 3 presenta una lista ilustrativa con distintos proyectos en humanidades digitales en América Latina que hacen uso de tecnologías y estándares como los mencionados antes:

Tabla 3. Un recorrido por proyectos de archivos digitales en América Latina

§32FGuardar marcapáginas Adicional a la representación digital de objetos físicos, pueden existir objetos nativamente digitales, es decir, que fueron creados directamente en el medio digital, que hacen parte de la historia cultural de los seres humanos y que, por lo tanto, son objeto de interés de las humanidades digitales: video, piezas sonoras, videojuegos, sitios web, literatura electrónica, imágenes creadas por computador, colecciones en internet, etc. Sin embargo, y paradójicamente, muchos de estos objetos son más difíciles de conservar que los objetos digitalizados, especialmente por la rápida caducidad del software y los estándares digitales34Emmanuel Guez et al., «The Afterlives of Network-Based Artworks», Journal of the Institute of Conservation 40, n.º 2 (4 de mayo de 2017): 105-20, https://doi.org/10.1080/19455224.2017.1320299..

§33FGuardar marcapáginas Un ejemplo paradigmático son las piezas producidas en el software de animación e interacción Flash. Durante la primera década de este siglo, Flash dominaba y era el software por defecto para la creación de piezas interactivas en internet, especialmente por las facilidades que ofrecía para manipular elementos multimedia y publicarlos en línea. Sin embargo, por varias movidas empresariales, políticas y de seguridad35Tim Fisher, «What Was Flash & What Happened to It?» (Lifewire, 12 de octubre de 2022), https://www.lifewire.com/what-happened-to-flash-2617986., Flash dejó de ser soportado en exploradores y sistemas operativos desde 2010 y comenzó a caer en desuso. Para 2020 llegó definitivamente al final de su vida (End Of Life)36Adobe, «Adobe Flash Player End of Life» (Adobe Flash Player EOL General Information Page, 13 de enero de 2021), https://www.adobe.com/uk/products/flashplayer/end-of-life.html.. La obsolesencia de Flash ha traído consigo muchas dificultades para poder ver e interactuar en el presente con piezas creadas con este software37Anna Mladentseva, «Responding to Obsolescence in Flash-Based Net Art: A Case Study on Migrating Sinae Kim's Genesis», Journal of the Institute of Conservation 45, n.º 1 (2 de enero de 2022): 52-68, https://doi.org/10.1080/19455224.2021.2007412.. Tanto es así que hoy en día es más fácil leer una representación digital de un libro de hace cientos de años que una pieza de la década del 2000.

§34FGuardar marcapáginas Carolina Zúñiga, una de las coordinadoras de la Cartografía de la Literatura Digital Latinoamericana, habla en nuestra entrevista acerca de uno de los propósitos de su proyecto que, justamente, conserva muchas piezas hechas en software caduco: "nos propusimos, en el fondo, cómo crear un archivo a partir de obras que tienen toda una materialidad digital, que están creadas a partir del lenguaje de código, y eso muchas veces generaba impermanencia, y una conceptualización distinta del archivo. De trabajar con archivos que son impermanentes, que tienen otras capacidades de reproducción distintas al análogo, pero que también, cuando son estas obras armadas en formato de software que son privados o no son abiertos, de código abierto, limita que esas obras tengan una historia en el futuro"38«Entrevista a Carolina Zúñiga», 5 de diciembre de 2022.. Haciendo un guiño a las copias de dibujos hechas con heliograbados, Guez et al. denominan a estos intentos de conservación de piezas digitales como segundos originales: "reconstituir segundos originales, que consiste en la duplicación, aunque incompleta, de trabajos que han desaparecido o ya no funcionan, nos permite definir los contornos epistémicos de un ecosistema medio-técnico, el cual, podemos darnos cuenta ahora, se extiende mucho más allá de su mera apariencia tecnológica"39Guez et al., «The Afterlives of Network-Based Artworks», 118.. Para hacernos una idea del alcance de estos proyectos, a continuación, en la tabla 4, presento una lista ilustrativa con distintos proyectos en humanidades digitales en América Latina que procuran la conservación de objetos nativamente digitales con todas las dificultades que ello conlleva.

Tabla 4. Un recorrido por proyectos de archivos digitales de objetos nativos digitales en América Latina

§35FGuardar marcapáginas Desafortunadamente, muchas de las piezas que se conservan en estos archivos no funcionan porque dejaron de alojarse en servidores web o porque fueron hechas con tecnologías caducas. El montaje de la figura 18 muestra los resultados que aparecen luego de seguir algunos enlaces de la colección del Netart Latino Database, un archivo que recopila varias piezas de netart, es decir, obras artísticas creadas específicamente para su presentación y circulación en internet, especialmente populares a comienzos de la década del 2000. Muchas de estas piezas son ahora inaccesibles porque fueron creadas con flash o porque sus autoras dejaron de mantener sus servidores o dominios de internet.

Figura 18. Un montaje de sitios caídos de piezas del netart en América Latina. (Fuente)
Un montaje con capturas de pantalla que muestran mensajes de error de sitios web caídos.

Limitaciones de la conservación digital de la memoria

§36FGuardar marcapáginas "Respondiendo al deseo humano de un lenguaje imperial, Dios se aseguró de que ninguna experiencia linguística excepto la confusión fuera universal nunca más" —Siraj Ahmed - Archaeology of Babel40Siraj Ahmed, Archaeology Of Babel. The Colonial Foundation of the Humanities (Stanford University Press, 2018), 53.

§37FGuardar marcapáginas Para cerrar esta sección cabe decir que, no obstante la aparente transparencia con la que se piensa la continuidad de la conservación de la memoria por medio de tecnologías digitales, pueden señalarse dos limitaciones: por un lado, las limitaciones que pueden tener las representaciones digitales de objetos culturales en tanto modelos y, por el otro, las limitaciones que pueden tener los estándares en términos del alcance de la representación cultural de distintos grupos sociales.

§38FGuardar marcapáginas En primer lugar, el supuesto de que las representaciones digitales son modelos suficientes puede ponerse en duda. Por ejemplo, McGann ofrece una crítica a las limitaciones del estándar de anotación TEI: "el resultado de los constreñimientos del marcado TEI difiere radicalmente del resultado generado por los constreñimientos de la tecnología manuscrita e impresa. Mientras que la redundancia y la ambigüedad son expulsadas de TEI, son preservadas —son marcadas— en la escritura y la imprenta. Mientras que la impresión y la letra no 'copian' las redundancia del lenguaje natural, sí construyen sistemas que son suficientemente robustos para desarrollar y generar tipos equivalentes de redundancia. Esta capacidad es lo que hace a los sistemas de codificado manuscritos e impresos mucho más recursivos que cualquier codificado electrónico usado en este momento"41McGann, A New Republic of Letters, 92.. En una línea similar, Brown y Seely, defienden la idea de que los documentos originales no solo son contenedores de información sino también objetos epistémicos que ayudan a la interpretación: "los documentos en papel se comportan menos como un cable que lleva una corriente de bits y más como un programa que ayuda a interpretar esos bits"42John Seely Brown y Paul Duguid, The Social Life of Information (Boston, Massachusetts: Harvard Business Review Press, 2017), 173.. Estas dos críticas, al parecer, apuntan a una pérdida de significancia de las piezas digitalizadas a través de la eliminación de información que no parece relevante a simple vista pero que las integran a su horizonte cultural.

§39FGuardar marcapáginas Si llevamos esta crítica aún más lejos, podríamos incluso decir que los archivos, digitales o no, pueden remover a un objeto de su contexto y por lo tanto apartarlo de las relaciones que le brindan su sentido social. El filósofo pragmatista John Dewey elaboró esta crítica al archivo, antes incluso de la existencia de tecnologías digitales, en su libro Arte como experiencia: para él, el museo separa a la obra de arte de su contexto de producción y así la vacía de sentido bajo la justificación de la presentación y la unificación de un sentido humano universalizante, que, contra sus propios propósitos, aleja al arte de la experiencia y la vida cotidiana, el lugar de donde surge su significado43John Dewey, Art as Experience (New York, NY: Perigee, 1995).. Esta misma crítica puede extenderse a la construcción de colecciones y exhibiciones con representaciones digitales. Ya sea un cubo blanco o un sitio web blanco, la presentación de obras aisladas y sin contexto puede eliminar los matices que, justamente, contienen los valores significativos profundos de un objeto cultural. En ese sentido, la tecnología digital no debería funcionar solo como un marco para inventariar representaciones sino como una oportunidad para contextualizar, interpretar y divulgar.

§40FGuardar marcapáginas En su análisis de la Mediateca de México y su colección digital de exvotos, Ortega Vázquez establece una paradoja entre el facilitamiento del acceso y la pérdida de significado: "desde la perspectiva de la mediatización, no sólo estamos hablando de la reformulación del tiempo y espacio que genera su consulta en la mediateca, sino que la propia autonomía generada por la plataforma digital desacraliza, y por ende resta significado, a los exvotos destinados al culto religioso. Aunque, como apunte, este proceso de desacralización comienza cuando los objetos son resguardados en un museo, la Mediateca potencializará su difusión, visualización y reproducción en entornos disímiles"44Guillermo Salvador Ortega Vázquez, «Mediatización y Digitalización Del Patrimonio Cultural. El Caso de La Mediateca Del Instituto Nacional de Antropología e Historia», Revista de Humanidades Digitales 4 (1 de noviembre de 2019): 81, https://doi.org/10.5944/rhd.vol.4.2019.25110.. En otras palabras, la simple digitalización no garantiza que el propósito de la conservación de la memoria se cumpla, pues no solo deben ser accesibles los objetos conservados sino también la información y los medios para su interpretación y apreciación.

§41FGuardar marcapáginas En segundo lugar, el afán de universalización de la interoperabilidad puede borrar matices culturales, y así jugar en detrimento de esos mismos propósitos humanísticos, como afirma Isabel Galina, investigadora y profesora de temas relacionados con publicaciones y bibliotecas digitales, en nuestra charla: "si tú tenías una cantidad de metadatos muy específicos, cuando haces sistemas interoperables, vas a tener que generalizar. Y aparte, muchas veces generalizas en otro idioma. Entonces tienes esta doble pérdida de especificidad"45«Entrevista a Isabel Galina», 3 de septiembre de 2023.. Con respecto a lo que estamos elaborando, la sistematización y digitalización puede producir un efecto contrario al que busca, pues puede llevar a la existencia de piezas accesibles pero en baja resolución, en el sentido en el que carecen de la información para establecer interpretaciones ricas acerca de su contexto y su sentido situado.

§42FGuardar marcapáginas Desde las teorías decoloniales y poscoloniales se han cuestionado las prácticas del archivo y las relaciones de poder que se ocultan en ellas46Javier García Fernández, «Descolonizar El Pasado. Perspectivas Críticas Con Los Legados Coloniales En La Historia y La Historiografía», Antípoda. Revista de Antropología y Arqueología, n.º 51 (12 de abril de 2023): 51-75, https://doi.org/10.7440/antipoda51.2023.03; Amada Carolina Pérez Benavides, «Descolonizar El Archivo y El Museo: Imágenes Intervenidas y Museología Social Con Los Pueblos Inga, Kamëntsá y Arhuaco (Colombia)», ILUMINURAS 21, n.º 53 (11 de agosto de 2020), https://doi.org/10.22456/1984-1191.105528; Senier, «Decolonizing the Archive: Digitizing Native Literature with Students and Tribal Communities», Resilience: A Journal of the Environmental Humanities 1, n.º 3 (2014), https://doi.org/10.5250/resilience.1.3.006.. Por ejemplo, en su historia crítica del estudio filológico de tres obras antiguas no occidentales: los poemas de Hafis, el Mu'allaqāt, y el Śakuntalā, Siraj Ahmed afirma que los métodos usados, en vez de proporcionar un mayor entendimiento de las culturas que representan, funcionaron como formas de sedimentación racionalizada del sentido de culturas indescriptibles para la construcción de discursos útiles para el orden colonial. Ahmed afirma que "en cada uno de estos ejemplos, la práctica que al final da su sentido a la obra literaria es algo que la filología no puede ubicar. Cada una de estas prácticas no solo se resistió a ser registrada sino que, además, rechaza todo poder filológico con el fin de perseguir una forma de vida fundamentalmente diferente. [... Estas obras] no solo se resisten a la inscripción literaria sino también a la transmisión histórica de cualquier tipo"47Ahmed, Archaeology Of Babel. The Colonial Foundation of the Humanities, 16..

§43FGuardar marcapáginas En una línea similar, el pensador decolonial Arturo Escobar48Arturo Escobar, «Cultura y Diferencia: La Ontología Política Del Campo de Cultura y Desarrollo.», 2012, http://hdl.handle.net/10256/7724. establece una diferenciación entre la cultura vista como estructura simbólica y la cultura vista como ontología relacional.

§44FGuardar marcapáginas La primera, la cultura como estructura simbólica, es una forma racionalizada y taxonómica de entender la cultura a partir de rasgos particulares de los grupos humanos que las viven, es decir, es una forma archivística de clasificar a los seres humanos de acuerdo con series de cualidades estereotípicas; si lo queremos poner en términos digitales, es una forma de metadatificar el sentido de lo humano. Por ejemplo, un museo convencional suele estar dividido en grupos culturales y periodos históricos, bajo la suposición de un sistema de clasificación basado en rasgos definidos para cada conjunto. Las fichas técnicas nos cuentan metadatos fríos acerca de rangos temporales, categorías culturales, y descripciones estandarizadas, pero pocas veces dan cuenta de los casos atípicos o las diferencias dentro del sistema de clasificación.

§45FGuardar marcapáginas La segunda, la cultura entendida como ontología relacional, implica escapar de estas formas de interoperabilidad, pues, para Escobar, existimos en un contexto pluriversal. Es decir, muchos mundos ontológicamente diferentes, que no son necesariamente conmensurables y por lo tanto no se pueden poner en rangos de referencia común. Si lo vemos así, la apreciación y significación de la cultura no es un acto de clasificación bajo estándares interoperables sino de enacción y amor con el otro en su diferencia radical.

§46FGuardar marcapáginas Resonante con esta idea, Giorgio Agamben, en su libro La comunidad que viene, afirma que: "el amor nunca está dirigido a tal o cual propiedad del amado (ser rubio, pequeño, tierno, tonto), pero tampoco descuida las propiedades en favor de una generalidad insípida (el amor universal): el amante quiere al amado con todos sus predicados, su ser tal como es"49Giorgio Agamben, The Coming Community (Minneapolis: Univ. of Minnesota Press, 2007), 1.. Esta postura se alinea entonces con lo mencionado en el capítulo 5 acerca de las posturas antagonistas en el humanismo latinoamericano, es decir, las que se oponen a una línea de base occidentalizante del proyecto de lo humano y, por el contrario, defienden el entendimiento de la diversidad desde sus particularidades y formas de hacer mundo propias. El amor, en este caso, es la existencia intercultural, no solo multicultural, de la diferencia en interrelación.

§47FGuardar marcapáginas Pensemos en un ejemplo concreto. Ernesto Priani, en su artículo Codificación y buenas prácticas. Crítica a la delimitación de las humanidades digitales en América Latina, ofrece una crítica al concepto de buenas prácticas que ofrece el estándar de codificación TEI:

§48FGuardar marcapáginas "El problema de priorizar la integración académica a nivel global, sobre cualquier otro aspecto de la utilización de estándares envuelve cuatro grandes problemas. Primero, es un factor en la descalificación de variantes regionales a favor de un modelo único de producción de proyectos en HD; segundo, como consecuencia de lo anterior, la utilización normativa de los estándares y las buenas prácticas, fortalece la dependencia tecnológica y académica de la región con los países angloamericanos; tercero, subordina las comunidades regionales a una comunidad central (hay que discutir los modos de representación y de toma de decisiones de los países periféricos en instituciones como el consorcio TEI); y, cuatro, impide la creación de una comunidad de investigación, al hacer énfasis en la ejecución práctica de los proyectos"50Ernesto Priani Saisó, «Codificación y Buenas Prácticas. Crítica a La Delimitación de Las Humanidades Digitales En América Latina.», Relaciones Estudios de Historia y Sociedad 40, n.º 158 (8 de noviembre de 2019): 140, https://doi.org/10.24901/rehs.v40i158.343..

§49FGuardar marcapáginas El modelo único que describe Priani trae consigo formas de exclusión, pues, en favor de la estandarización, se obliga a la cultura a adaptarse a la herramienta y no al contrario. Los datos, para que puedan compararse y procesarse, deben estar limpios, y el documento que no encaja con el estándar, en este sentido, está sucio, pues contiene una serie de granularidades, equívocos, formas polisémicas, minucias que no son representables con la ontología del estándar. En su entrevista, Isabel Galina brinda un ejemplo claro de este problema: "hay un artículo que me gusta mucho Invisible Defaults and Perceived Limitations: Processing the Juan Gelman Files de Elvia Arroyo-Ramirez51Elvia Arroyo-Ramirez, «Invisible Defaults and Perceived Limitations: Processing the Juan Gelman Files» (On Archivy, 31 de octubre de 2016), https://medium.com/on-archivy/invisible-defaults-and-perceived-limitations-processing-the-juan-gelman-files-4187fdd36759. que es acerca de unas personas que estaban procesando unos archivos para una biblioteca de un poeta argentino y estaban teniendo muchos problemas para convertirlo al XML [...] porque les estaba marcando error. Y entonces lo pusieron en un foro y en el foro les dijeron:"pues lo que pasa es que tienes que limpiar los archivos para que no tengan acentos o caracteres extraños". Entonces, el artículo habla un poco acerca de cómo se asume que el español está sucio. O sea, lo tienes que sanitizar"52«Entrevista a Isabel Galina»..

§50FGuardar marcapáginas Como mediación a este problema, Alex Gil53«Entrevista a Alex Gil», 21 de febrero de 2023., profesor dominicano de la Universidad de Yale, especialista en el Caribe, defiende la creación de ontologías propias. Es decir, no el rechazo radical a la categorización pero tampoco un ceñirse a los estándares de representación digital hegemónicos que, con intención universalizantes, obligan a omisiones y a un rebajamiento de las complejidades de una cultura. Así, esta postura no implica rechazar el potencial de la tecnología y el registro de información para la investigación humanística, pero tampoco una fe ciega en su construcción establecida. La herramienta tecnológica puede readaptarse a nuevas formas de crear y construir conocimiento que correspondan realmente a la cultura que se está estudiando. Sin embargo, esto implica problemas infraestructurales que son examinados en más profundidad en el capítulo 8, pues requiere de unas formas de trabajo invisible. Al respecto, Gil comenta: "Yo soy fiel creyente en ponerle nombres nuevos a las cosas, en darle una ontología nueva al mundo, renovar las ontologías constantemente. Por ejemplo, en el caso de los archivos digitales, mucha gente se pone a usar los estándares internacionales de metadatos. Yo creo que tenemos una oportunidad de simplemente crear nuestros propios metadatos, categorías que no se usan en los estándares internacionales. Le puede poner presión a la manera en que organizamos los archivos"54Ibid.. Si llevamos la idea de Gil más lejos, podríamos pensar en conservaciones pluriversales de la memoria, siguiendo la propuesta de Escobar de la cultura como ontología relacional y, así como ciertas formas de humanismo han influido en el diseño de la computación, podríamos eventualmente integrar estas ideas a las máquinas y las interfaces.

6.2.2. Interpretación computacional de objetos culturales

§51FGuardar marcapáginas "¿En qué punto se volvió necesario, en el sentido de inevitable, usar computación para estudiar la cultura?" —Andrew Piper - There will be numbers55Andrew Piper, «There Will Be Numbers», Journal of Cultural Analytics, 23 de mayo de 2016, 1, https://doi.org/10.22148/16.006.

§52FGuardar marcapáginas "Tal vez nunca antes habíamos sido capaces de 'saber acerca de' tantas cosas y 'saber' tan poco de lo que sabemos" —Jerome McGann - A new Republic of Letters56McGann, A New Republic of Letters, 14.

§53FGuardar marcapáginas Los estudiosos de las humanidades han desarrollado por siglos múltiples maneras de dar sentido a los objetos que son producto de la cultura humana. Tanto estrategias libres y subjetivas, basadas en especulaciones y erudición personal, como estrategias objetivistas con pretención de ciencia determinística. Además, estas estrategias han estado soportadas por teorías sociológicas, filosóficas, historiográficas, lingüísticas, semióticas, narrativas, iconográficas, muy diversas y dispares. Pues bien, la irrupción de las tecnologías digitales ha producido extensiones de estas estrategias y nuevas formas de leer y de interpretar, ahora con la ayuda de algoritmos y técnicas de procesamiento de información masiva. Hasta el momento, estos métodos han sido heredados principalmente de la ciencia de datos, la estadística y las matemáticas, y han sido poco a poco adaptados a la interpretación de obras literarias, artísticas, musicales, fuentes históricas, etc. de una forma que, al menos en la gran escala de las tradición de las humanidades, apenas está acomodándose y encontrando su especificidad.

§54FGuardar marcapáginas Pensemos en un ejemplo: empezando en 1924, el historiador del arte Aby Warburg emprendió su proyecto del Atlas Mnemosyne57Aby Warburg, Atlas Mnemosyne (Ediciones Akal, 2010), https://books.google.com?id=CnZUSAAACAAJ., un ejercicio de estudio sincrónico, simultáneamente métodico e idiosincrático, de la iconografía renacentista y sus patrones temáticos y visuales recurrentes por medio de paneles en los que disponía reproducciones de obras diversas en un solo espacio, unos grandes pedazos de tela que le servían como herramienta de pensamiento (figura 19). En 2016, la investigadora Stefka Hristova58Stefka Hristova, «Images as Data: Cultural Analytics and Aby Warburg's Mnemosyne», International Journal for Digital Art History No 2 (2016), https://doi.org/10.11588/DAH.2016.2.23489. utilizó el software ImageJ y su extensión ImagePlot para visualizar, una vez más, las obras del panel 45 del Atlas de Warburg, pero, ahora, en términos de cualidades visuales operables computacionalmente, como la luminosidad y la saturación de las obras, dispuestas en un gráfico de dispersión presentable ya no en una tela sino en una pantalla (figura 20). La intención de Hristova consistió en complementar el trabajo de Warburg con nuevos datos sobre la cultura visual del Renacimiento, aportados no por un ojo humano, sino por una lectura numérica del color, automatizada por un computador. Cabe decir que ImageJ es un software diseñado para el añalisis de imágenes técnicas, por ejemplo muestras de microscopios o imágenes astronómicas, y que ImagePlot es una adaptación de este software para la investigación visual en humanidades y ciencias sociales hecho por la Software Studies Initiative. Este ejercicio, como muchos otros que apuntan a ayudar a la interpretación cultural por medios computacionales, supone que es posible extraer sentido o, al menos, extraer patrones interesantes por medio del tratamiento de las representaciones culturales como información y datos, y, por lo tanto, como sustratos manipulables por medio de computación.

Figura 19. Panel 45 del Atlas Mnemosyne, proyecto investigativo de la iconografía del renacimiento del historiador del arte Aby Warburg — Ca. 1924. (Fuente, Instituto Warburg - Biblioteca de la Universidad de Cornell)
Un panel de tela con varias fotocopias de pinturas renacentistas dispuestas en él
Figura 20. Un gráfico de dispersion hecho por Stefka Hristova con el software ImagePlot en el que se representan las imágenes del Panel 45 del Atlas Menmosyne en términos de su brillo (eje X) y saturación (eje Y) — 2016. (Fuente, International Journal for Digital Art History, Stefka Hristova)
Una visualización que muestra pequeños recuadros con obras de arte dispuestas en el espacio de acuerdo a su brillo y saturación de color

§55FGuardar marcapáginas No obstante, a diferencia del proyecto de conservación de la memoria, este tipo de estrategias no están tan extendidas en las humanidades —excepto en campos particulares, como la lingüística de corpus—, y suelen tener tanto defensores acérrimos, con fuertes inclinaciones técnicas y optimismo por la escala y la velocidad, como opositores inamovibles, que abogan por lecturas parsimoniosas y especulaciones arriesgadas, o al menos por una integración más cercana de la tecnología con los principios humanísticos tradicionales59Fiormonte, Numerico, y Tomasi, The Digital Humanist; David Golumbia, The cultural logic of computation (Cambridge, Mass.: Harvard University Press, 2009).. Como afirma Stephen Ramsay al respecto del campo de los estudios literarios: "los textos son navegados, buscados y diseminados por todos excepto por los luditas más estrictos en los estudios literarios, pero pocas veces se transforman algorítmicamente para entrar al acto subjetivo deliberado y auto-consciente de la interpretación crítica"60Ramsay, Reading Machines, 2.. Es decir, aunque todos usamos computadores, no necesariamente estamos sincronizados con el pensamiento computacional y sus posibilidades como medio de indagación.

§56FGuardar marcapáginas Estas formas de interpretación computacionales mutan muy rápidamente con los cambios tecnológicos, como lo hemos experimentado en años recientes con la inteligencia artificial basada en redes neuronales y los cambios culturales que está introduciendo a pasos agigantados en nuestras vidas cotidianas, así que es dificil predecir a qué lugar nos llevaran las intenciones de leer, ver, escuchar e interpretar con la ayuda de computadores en el futuro. Sin embargo, en este momento concreto, podemos entender las presuposiciones y los problemas que este modo de relacionamiento entre lo humanístico y lo digital conlleva. Para establecer un panorama, la tabla 5 presenta una lista con algunos métodos de análisis computacional usados en proyectos de humanidades digitales en la actualidad.

Tabla 5. Una lista con algunos métodos de análisis computacional usados en las humanidades

§57FGuardar marcapáginas Discursivamente, las humanidades digitales entendidas como aplicación de métodos computacionales para la interpretación suelen presentarse como una forma de investigación que ofrece un aparente rigor metodológico del que carecía previamente la investigación humanística tradicional. El historiador digital Jairo Melo mencionó, en la entrevista que mantuvimos61«Entrevista a Jairo Melo», 16 de septiembre de 2022., que en buena medida su interés por las humanidades digitales radica en una visión más rigurosa de la investigación histórica; más metódica en el uso de datos y con mayor sustentación argumentativa de la narrativa que se presenta como producto de la investigación. Por su parte, la lingüísta Riva Quiroga afirmó, cuando charlamos, que el procesamiento computacional proporciona una fundamentación adicional a las hipótesis investigativas de su campo: "me parece que estas herramientas computacionales y esta idea de las humanidades digitales han puesto en tensión estas perspectivas que veían en la mirada del analista, ya sea del analista del lenguaje o de alguien que está haciendo el análisis de una obra literaria, como el único criterio válido para tomar una decisión de qué es relevante y qué no"62«Entrevista a Riva Quiroga», 9 de febrero de 2022.. Como ha sido estudiado por Rosemberg63Daniel Rosemberg, «Data Before the Fact», "Raw Data" Is an Oxymoron, ed. Lisa Gitelman (The MIT Press, 2013), 15-40, https://doi.org/10.7551/mitpress/9302.001.0001., el concepto de dato está relacionado retóricamente con la verdad en relación con algún tipo de fundamento (Dios, las matemáticas, la observación empírica con métodos científicos), y, por esto, que la interpretación de objetos culturales se haga a través de datos obtenidos por la objetividad mecánica de las tecnologías digitales se entiende como una derivación más sólida de esa verdad.

§58FGuardar marcapáginas Así, desde este modo de relacionamiento, el rigor se fundamenta especialmente en la idea de que las representaciones digitales de objetos culturales son modelos de los que pueden extraerse patrones generales de las tendencias sociales y culturales de los grupos humanos a gran escala. Quiroga, desde la perspectiva de su campo, la lingüística, comenta lo siguiente: "una de las cosas que ha hecho esta mezcla de métodos, que sería trabajar lingüística de corpus que informa un análisis del discurso, es que, por ejemplo, yo primero tomo el texto, hago un análisis de concordancias, de colocaciones e identifico que hay ciertos patrones que se repiten, y luego hago el análisis en el que voy e interpreto eso con más profundidad"64«Entrevista a Riva Quiroga».. Esto tiene sentido para ciertos aspectos de la lingüística, que tiene aspectos altamente formalizables, como las estructuras sintácticas o los patrones léxicos, y por ese motivo el concepto de modelo tiene una cabida fructífera dentro del campo.

§59FGuardar marcapáginas Un modelo no es una representación mimética total de otra cosa, es una selección de algunos aspectos de su referente, pero implica una promesa isomórfica con la realidad. Es decir, asume que lo que se puede conocer con el objeto real, también se puede conocer con el modelo. Incluso de una forma más refinada y concentrada, porque aisla el ruido que producen otros aspectos irrelevantes para el tema de estudio. Como afirma Piper, "un modelo es una herramienta metonímica —una miniatura que representa un todo más grande"65Piper, «There Will Be Numbers», 8.. En este sentido, un modelo tiene un fuerte aspecto funcional: "un modelo es una representación de algo por alguien para algún propósito en un momento en el tiempo"66Flanders y Jannidis, The Shape of Data in Digital Humanities, 28.. En la investigación humanística, los modelos sirven principalmente para hacer descripciones de fenómenos y sus tendencias porque configuran "una relación entre variables"67Dan Sinykin, «Distant Reading and Literary Knowledge - Post45», 6 de mayo de 2019, https://post45.org/2019/05/distant-reading-and-literary-knowledge/. que puede rastrearse. En su escala máxima y en su ideal, de acuerdo con Ardevól, el análisis de datos está relacionado con la identificación de patrones que "puedan tener un capacidad predictiva"68Elisenda Ardevól, «Big Data y Descripción Densa», Virtualis 7, n.º 14 (2016): 15-37., es decir, la producción de nuevos datos desconocidos a partir de los datos previos.

§60FGuardar marcapáginas Por ejemplo, una representación digitalizada de un texto a través de reconocimiento de caracteres (OCR) es un modelo con respecto a ciertos aspectos que facilita procesos como el conteo de palabras o la búsqueda de contenidos concretos. Este aislamiento de los aspectos de interés permite rastrearlos con mayor facilidad en grandes corpus y aplicar procesamientos estandarizados. Nombremos algunos estudios concretos a manera de ilustración: usando modelos de este tipo, Hiroto Ueda usó métodos computacionales para rastrear la gradual desaparición en la "nn" y el favorecimiento de la "ñ" en los documentos escritos en español en el siglo XV,69Hiroto Ueda, «La Función de La Tilde En La Grafía Abreviada n Del Español Medieval», Cuadernos del Instituto Historia de la Lengua, n.º 8 (2013): 343-60, https://doi.org/10.58576/cilengua.vi8.121. es decir, el modelo permitió reconocer una tendencia lingüística a partir de un sampleo limitado de datos. Francisco Espino utilizó una técnica criticométrica que consiste en "aplicar procedimientos métricos a variables propias de la crítica artística"70Francisco Espino, «Big Data, Criticometría y El Estudio de Las Literaturas Nacionales En La Bibliografía Crítica: El Caso Excepcional de La Literatura Cubana», Revista de Humanidades Digitales 5 (25 de noviembre de 2020): 68, https://doi.org/10.5944/rhd.vol.5.2020.27625. para estudiar las literaturas nacionales latinoaméricanas a partir de un corpus de datos de bibliografía científica (MLA International Bibliography). En su estudio encontró que la literatura cubana es excepcional en el sentido en el que existe una mayor cantidad de crítica y producción académica escrita sobre ella que en otros países de la región en relación con su población, lo que el autor llama un Índice de Presencia de una Literatura Nacional o IPLN. Nohelia Meza realizó un estudio de las redes de discursos más prevalentes, y sus conexiones, en la literatura electrónica latinoaméricana, derivando sus datos de colecciones como las que se mencionaron en el apartado anterior, modelando los temas y géneros recurrentes en un corpus de obras, y usando software para la visualización y la extracción de datos estadísticos en redes71Nohelia Meza, «Visualizing Networks of Cultural Discourses in Latin American Electronic Literature», Revista de Humanidades Digitales 6 (26 de noviembre de 2021): 101-21, https://doi.org/10.5944/rhd.vol.6.2021.30866..

§61FGuardar marcapáginas El ejemplo más claro de este modo de relacionamiento con lo digital es la analítica cultural (o cultural analytics en inglés), un campo que, dependiendo a quién se le pregunte en el archipiélago, es diferente, es paralelo, es complementario, o está íntimamente integrado a las humanidades digitales72Tobias Blanke, «Cultural Analytics», Encyclopedia of Big Data, ed. Laurie A. Schintler y Connie L. McNeely (Cham: Springer International Publishing, 2017), 1-5, https://doi.org/10.1007/978-3-319-32001-4_48-1; Lev Manovich, «Cultural Analytics, Social Computing and Digital Humanities», 2017, https://doi.org/10.25969/MEDIAREP/12514; W. E. Underwood, «A Genealogy of Distant Reading», Digital Humanities Quarterly, 2017, http://www.digitalhumanities.org/dhq/vol/11/2/000317/000317.html.. La analítica cultural se propuso, en sus primeros manifiestos e introducciones en el campo académico, como una aproximación a la investigación que buscaba resolver carencias de la investigación humanística tradicional, especialmente el problema de la transparencia y el rigor en el uso de datos y en los métodos aplicados, y el problema de leer o revisar enormes cantidades de documentos para hacer investigaciones exhaustivas; un asunto de velocidad y volumen73Piper, «There Will Be Numbers».. Así, la analítica cultural propone realizar procesamiento de datos derivados de objetos culturales, como imágenes y textos digitales, a través de algoritmos computacionales que permiten extraer unidades de significado convertidas en información, y compararlas por medios estadísticos.

§62FGuardar marcapáginas Genealógicamente, el discurso de la analítica cultural se puede remontar al trabajo y la teoría de la lectura distante de Franco Moretti74Franco Moretti, Lectura distante (México, D.F.: FCE - Fondo de Cultura Económica, 2016)., que, a grandes rasgos, intenta encontrar eventos literarios de larga duración a través del análisis masivo de documentos textuales. Como afirma Richard Jean So: "la lectura distante es innovadora porque ha introducido no solo"datos" o "algoritmos" a los estudios literarios, sino también, y más significativamente, modelado cuantitativo como una forma de razonamiento y análisis"75Richard Jean So, «"All Models Are Wrong"», PMLA 132, n.º 3 (2017): 669, https://www.jstor.org/stable/27037381.. De acuerdo con Andrew Piper76Piper, «There Will Be Numbers». uno de los intereses más grandes de la analítica cultural es llegar a generalizaciones, es decir, explicaciones amplias, trasladables a distintos contextos, de fenónemos sociales y culturales, a partir de la observación de patrones manifiestos en las tendencias de grandes volúmenes de datos. Recordemos, sin embargo, como se mencionó en el capítulo 5, que un sector de las humanidades se opone a estas formas de cuantificación y las ve como uno de los factores de su crisis.

§63FGuardar marcapáginas Por el contrario, Piper, que es uno de los más grandes defensores de análitica cultural, afirma que este tipo de prácticas investigativas llenan vacíos, según él, en el estudio de las humanidades: vacíos metodológicos, pues muchas investigaciones tradicionales se basan en casos concretos y ejemplos anecdóticos más que indagaciones exhaustivas de un tema; vacíos de claridad, pues muchos conceptos teóricos no están claramente definidos, a diferencia de los límites explícitos de las fórmulas matemáticas y el razonamiento formal, y carencias de autorreflexididad, en el sentido de falta de documentación de los procesos investigativos para su replicación o verificación77Ibid..

§64FGuardar marcapáginas En el presente existen proponentes que han sofisticado e incluso se han separado de las técnicas y los principios de Moretti, como Lev Manovich y su proyecto de análisis de grandes volúmenes de imágenes78Lev Manovich, Cultural Analytics (Cambridge, Massachusetts: The MIT Press, 2020)., o los análisis de géneros literarios de Ted Underwood79Ted Underwood, Distant Horizons: Digital Evidence and Literary Change (Chicago: The University of Chicago Press, 2019).. En la entrevista que mantuvimos, Underwood, profesor de la Universidad de Illinois e investigador de la literatura en escalas gigantescas, afirma que: "a veces, cuando interactúo con bibliotecas o bibliotecarios, encuentro la expectativa de que voy a estar interesado en leer libros uno por uno [...] pero no han pensado en hacerlo en masa. En ese sentido hay un poco de conflicto cultural porque usualmente lo que quiero es un montón de datos todos al mismo tiempo, no quiero solo un libro"80«Entrevista a Ted Underwood», 3 de marzo de 2023.. Esta apreciación de Underwood es representativa del interés por el volumen y la velocidad, y el punto de vista de vuelo de pájaro, de la interpretación computacional que promueve la analítica cultural.

§65FGuardar marcapáginas En América Latina, aunque su uso no es tan extendido como en el contexto europeo y estadounidense, también se replican las técnicas de analítica cultural y otros métodos de análisis masivos con propósitos similares, aunque con las propias limitaciones infraestructurales de nuestro contexto. Un ejemplo es el Lab Tecno Social en Bolivia, un laboratorio ciudadano que crea y hace uso de múltiple estrategias computacionales —análisis textual, cartografías y otras visualizaciones— para dar sentido a fenómenos sociales y culturales locales. Hasta el momento, el diagnóstico es que se copian los métodos desarrollados en otras partes, pero no se ha producido una reflexión profunda sobre qué tan adecuados son para las prácticas en Latinoamérica —para una expansión de esta idea ver el capítulo 8—. Debido a que apenas se están descubriendo, es posible que una etapa más reflexiva y crítica llegue en un futuro. Así, en nuestro contexto, siguiendo el tono optimista del manifiesto de Piper, Martinez Gamboa justifica:

§66FGuardar marcapáginas "Dicho en simple, cuando se dispone de todas las palabras de un texto en formato digital, es posible aplicar sobre lo textos rutinas de análisis automático que son capaces de detectar patrones que de manera manual sería imposible de determinar u observar. Esta posibilidad abre el campo de los estudios de la literatura hacia un horizonte que tan solo hace unas pocas décadas resultaba insospechado, porque permite establecer regularidades no solo en los textos individuales, sino que en cohortes de escritos literarios de mucho mayor volumen de los que puede revisar un analista particular".81Ricardo Martínez-Gamboa, «Big Data En Humanidades Digitales: De La Escritura Digital a La "Lectura Distante"», Revista Chilena de Literatura, n.º 94 (diciembre de 2016): 40, https://doi.org/10.4067/S0718-22952016000300003.

§67FGuardar marcapáginas Es sensato suponer que estas técnicas se extenderán en la academia, especialmente teniendo en cuenta la escala incremental de los modelos de inteligencia artificial en los que se basan muchos de estos sistemas. Por ejemplo, el proyecto BookNLP ofrece una serie de algoritmos para el lenguaje de programación Python que permite extraer información sobre corpus literarios: entidades nombradas —es decir, sustantivos que hacen referencia a cosas como personas, organizaciones, lugares, etc.—, género referencial —es decir, con qué género se nombran a los personajes de una narración—, o partes del discurso —elementos sintácticos como artículos, sustantivos, verbos, adjetivos, adverbios, etc.—, entre otras. Hasta el momento, BookNLP solo funciona en inglés, pero existe un proyecto en curso para ampliar su alcance al español y otros idiomas, lo que probablemente extenderá su uso en proyectos afines a la analítica cultural desde América Latina gracias a la accesibilidad infraestructural.

§68FGuardar marcapáginas Sin embargo, esta adopción y extensión de la hermenéutica computacional implica un proceso de formación en tecnologías digitales que tomará tiempo y cambios de mentalidad desde las humanidades. Sobre la aceptación de este tipo de métodos, el profesor, investigador y coordinador del proyecto Humboldt Digital Antonio Rojas Castro comenta: "ya no tener la imagen sino el texto en formato digital para hacer búsquedas o para analizarlo, o hacer algún tratamiento de análisis mediante herramientas o lenguajes de programación... en esa área me parece que la resistencia es un poco mayor porque ya implica otra aproximación. Ya no es el acceso sino el procesamiento y el análisis. Me da la sensación de que hay un salto cualitativo en ese paso, en el que aún cuesta más entrar y que se acepte porque muchas veces supone otra aproximaciones, y muchas veces supone no entender del todo, al cien por cien, qué es lo que estás haciendo, ni cómo interpretar los resultados"82«Entrevista a Antonio Rojas Castro», 3 de octubre de 2022.. Además, será necesaria una perspectiva crítica que no nos llleve a, como menciona Rojas Castro, usar ciegamente y sin entender los procesos subyacentes a este tipo de métodos. Usar un programa que construye interpretaciones sobre objetos culturales es también aceptar sus términos del servicio, es decir, sus preconcepciones y posturas conceptuales acerca del significado. El siguiente apartado esboza algunas maneras de acercarse críticamente a formas de análisis e interpretación por medios computacionales.

Limitaciones de la hermenéutica computacional

§69FGuardar marcapáginas La pretensión objetivista de la analítica cultural y otras formas de análisis computacional puede ponerse en cuestión. La velocidad, el volumen, y los procesos determinísticos y formalizados no son necesariamente suficientes para la investigación humanística, pero esta insuficiencia puede ocultarse bajo el discurso del aparente rigor con el que se defienden estos nuevos métodos. Como mencioné en el capítulo 5 sobre la tradición humanística, en Ideales e ídolos Ernst Gombrich83E. H Gombrich, Ideales e ídolos: ensayos sobre los valores en la historia del arte (Madrid: Debate, 1999). ya advertía sobre el Idolo Quantitatis y el Idolo Temporis, es decir, la creencia de que para producir conocimiento se debe partir de evidencia empírica cuantificada y la creencia de que toda investigación debe seguir unos pasos estandarizados, respectivamente. También mencioné la reflexión de Carolina Gainza acerca de la separación entre mathesis y aesthesis. Al respecto, Gainza afirma que "esta separación es problemática, porque reproduce el rompimiento entre"mathesis" y "aesthesis", propiciado por el asentamiento de la ciencia y el pensamiento computacional particularmente como formas privilegiadas de generar conocimiento, y el cisma disciplinario que ha hecho difícil el diálogo entre ciencias, artes y humanidades"84Carolina Gainza, «Literature and Algorithms: "Aesthesis" and "Mathesis" in Digital Humanities», Humanities and Big Data in Ibero-America: Theory, Methodology and Practical Applications, ed. Ana Gallego Cuiñas y Daniel Torres-Salinas (Boston: De Gruyter, 2023), 137.. Es decir, la exacerbación de un conflicto entre lo subjetivo y específico y lo generalizable y objetivista que han ido construyendo discursos como el de la analítica cultural para posicionarse como postura de vanguardia con ínfulas cientificistas.

§70FGuardar marcapáginas Como lo menciona Gombrich, estos ídolos son valores que forzosamente se han proyectado desde las ciencias básicas a las humanidades para, justamente, darles rigor, en términos de verificación y replicabilidad, y así darles validez dentro de la academia contemporánea. La crítica de Gombrich no apunta a que estas no sean aproximaciones válidas para la construcción de conocimiento, sino que cuestiona que se entiendan como normativas, en detrimento de otras formas de construirlo. De forma complemetaria afirma Gainza, la separación de aesthesis y mathesis "le quita relevancia al rol de la imaginación, la crítica, la creación y la subjetividad en la cultura digital, en favor del uso de datos para darle a las humanidades un estatus de objetividad científica"85Ibid., 138..

§71FGuardar marcapáginas Aquí, entonces, cabe la defensa de que la investigación en humanidades en ocasiones es un ejercicio especulativo, que requiere masticar las ideas lentamente, que busca el ejercicio ensayístico, el encuentro fortuito, la descripción densa, el juego de palabras, las conexiones inesperadas y, por lo tanto, no tiene por qué ser replicable ni comprobable como lo sería un experimento científico, porque el conocimiento nuevo se está creando más que extrayendo de una estructura del mundo. Es decir, aunque hay oportunidades para la cuantificación, no son una solución infalible ni la única manera posible de crear fundamentos para la interpretación de la cultura.

§72FGuardar marcapáginas Si extendemos la postura crítica de Gombrich a las humanidades digitales contemporáneas, especialmente con respecto a los reparos de la analítica cultural de los vacíos frente a la investigación humanística, podemos hacer una contracrítica frente, al menos, dos aspectos: la expresividad de la información digital y el potencial explicativo de los algoritmos.

§73FGuardar marcapáginas En primer lugar, podemos cuestionarnos si los modelos computacionales son suficientemente expresivos para lograr interpretaciones relevantes para las humanidades. En su libro La estructura ausente86Umberto Eco, La estructura ausente (Barcelona: Debolsillo, 2011)., Umberto Eco elabora alrededor de lo que llama rasgos suprasegmentales, es decir los rasgos que recaen sobre más de un segmento de un signo —por ejemplo, el acento o la prosodia—, y rasgos facultativos, es decir, las marcas que dejan las personas en los signos cuando los crean —por ejemplo, la forma particular de la escritura manuscrita de alguien—. Para Eco, ambos tipos de rasgos son difíciles de codificar en términos digitales por sus cualidades continuas, expresivas y difícilmente diferenciables. Son códigos débiles que escapan a la formalización estricta porque, por así decirlo, están llenos de sorpresas, de modulaciones infinitas. De hecho, como se han estudiado desde las ciencias de la complejidad, se sabe que existen fenómenos que no se pueden representar en toda su magnitud por medios digitales, como los atractores y ciertos tipos de fractales87James Gleick, Chaos: Making a New Science (New York: Penguin Books, 2008). (como el del interactivo 8), porque una representación completa requeriría de un número infinito de precisión irrepresentable a través de la unidad discreta de los bits. A pesar de esto, por los propios principios del análisis computacional, este tipo de rasgos suelen ser vistos como ruido dentro del modelo, a menos que sean el propio objeto de estudio. No obstante, una aproximación humanista a lo digital no puede perder de vista estos rasgos, pues caería en la idea incorrecta de que solo lo que es codificable y manejable es valioso y estudiable, o de que los únicos aspectos estudiables de un fenómeno son sus patrones comunes y no sus rasgos atípicos.

Interactivo 8. El fractal, como sistema con una resolución virtualmente infinita, sirve como una analogía de los fenómenos que no pueden ser representados digitalmente de forma íntegra, como los rasgos facultativos o suprasegmentales del lenguaje

§74FGuardar marcapáginas Si, paradójicamente, las colecciones digitales apartan a los objetos culturales de su contexto de producción en favor del acceso, como afirmamos en el apartado anterior, los procesos computaciones que crean modelos de análisis los apartan aún más y los convierten en unidades flotantes, abstractas, válidas para el machaque algorítmico, pero más enajenadas de su uso, historia y contexto social. En el caso del análisis textual, Nguyen et al. afirman que "los textos están cultural y socialmente situados. Ellos reflejan ideas, valores y creencias tanto de sus autores como de sus audiencias, y tales sutilezas de sentido e interpretación son difíciles de incorporar en aproximaciones computacionales"88Dong Nguyen et al., «How We Do Things With Words: Analyzing Text as Social and Cultural Data», Frontiers in Artificial Intelligence 3 (25 de agosto de 2020): 22, https://doi.org/10.3389/frai.2020.00062., y en un sentido similar, Brown y Duguid sentencian que "no se trata de la pura información, sino de la forma en la que la información fue producida lo que soporta la interpretación"89Brown y Duguid, The Social Life of Information, 173.. El analisis computacional no puede apartarse de esa realidad, ni mucho menos formar un aura de infalibilidad a su alrededor cuando, en realidad, su fundamento y control se debe a su baja resolución. Es decir, a la ausencia de matices y rasgos facultativos importantes para la interpretación.

§75FGuardar marcapáginas Recordemos, de hecho, la división entre ciencias y humanidades propuesta por Windelband90Wilhelm Windelband, «History and Natural Science», History and Theory 19, n.º 2 (febrero de 1980): 165, https://doi.org/10.2307/2504797. mencionada en el capítulo 5: las humanidades describen específicos (son idiográficas) y las ciencias describen leyes generales (son nomotéticas). La pretención generalizante de aproximaciones como la analítica cultural, supone que es posible establecer teorías funcionalistas de la cultura, es decir, marcos explicativos trasladables a diferentes contextos. Es decir, generalizaciones y leyes. Sin embargo, estos traslados llevan consigo simplificaciones que, si no asumen críticamente, pueden contradecir uno de los valores esenciales de las humanidades: entender lo particular de las prácticas humanas. Desde América Latina esto es especialmente crítico, pues, como vimos, ha existido una historia del humanismo en nuestro contexto que aboga por romper las líneas de base, que se basan generalizaciones, y volverse un humanismo de los específicos y la diversidad intercultural.

§76FGuardar marcapáginas Aún más, cabría preguntarse si la adopción de lo digital tiene efectos sobre lo que entendemos por lo humano, lo que Bowker y Star91Geoffrey C. Bowker y Susan Leigh Star, Sorting Things Out: Classification and Its Consequences (Cambridge, Massachusetts London, England: The MIT Press, 2000). llaman torque o torsión: la fuerza que ejercen los sistemas de clasificación sobre las vidas de las personas. Es decir, qué implicaciones tiene en nuestra propia existencia como humanos usar la idea de lo discreto y claramente diferenciable como marco de entendimiento para entendernos a notrosos mismos. Por ejemplo, en el caso de la analítica cultural, la generalización puede ocultar los matices propios de la vida cotidiana de los grupos de personas que están siendo estudiadas: "las biografías y las categorías están a lo largo de trayectorias que entran en conflicto. Las vidas son retorcidas, incluso rotas, en un intento de forzar una dentro de la otra. Esas torsiones pueden ser pequeñas o grandes, pero son una manera de entender la co-construcción de las vidas y sus categorías"92Ibid., 28.. Como afirma Yanni A. Loukissas93Yanni A. Loukissas, All Data Are Local: Thinking Critically in a Data-Driven Society (Cambridge, Massachusetts: The MIT Press, 2019)., a pesar de su pretensión universal, todos los datos son locales, así como su registro informacional, y deben ser entendidos desde tal localidad. Es decir, deben situarse en contextos y circunstancias específicas, y deben hacerse explícitas las subjetividades que los conceptualizan y los registran. El análisis computacional en masa obvia la localidad de los datos en función del propósito funcionalista, es decir, trasladable, del ídolo Académica y sus métodos.

§77FGuardar marcapáginas En segundo lugar, es problematico suponer que el proceso computacional deriva resultados significativos por sí solo, sin un conocimiento y un bagaje conceptual con respecto al dominio que se está estudiando para interpretar esos resultados. Para David Golumbia, este tipo de discursos se enmarcan dentro de lo que él llama computacionalismo, es decir, "un compromiso con la visión de que una buena parte, quizás toda, la experiencia humana y social puede explicarse por medio de procesos computacionales"94Golumbia, The cultural logic of computation, 8.. La visión computacionalista puede implicar una pérdida del poder explicativo de una interpretación, en el sentido en el que se se hacen amplias descripciones de fenómenos sin poder llegar realmente a sus causas o a un entendimiento de qué procesos emergentes las llevan a ser de tal o cual manera. La necesidad de tener un conocimiento amplio de un tema para obtener resultados significativos por medios algorítimos contradice, justamente, la promesa de la velocidad y el volumen de estos medios, pues, para dar sentido al resumen de la vista a escala, sigue siendo necesaria una visión detenida y detallada.

§78FGuardar marcapáginas En la entrevista que mantuvimos, la historiadora y humanista digital Maria José Afanador afirma que: "lo digital es a veces una forma de legitimar una serie de disciplinas ambiguas, subjetivas, bajo el paradigma de lo cuantitativo, de que "ahora sí voy a poder hacer un argumento bien hecho, porque es que yo ya conté el número de veces que aparece nombrado o que aparecen documentos que hablan sobre este problema que estoy investigando. Yo ya tengo la prueba irrefutable, cuantitativa"95«Entrevista a Maria José Afanador», 3 de septiembre de 2021.. Elaborando esta idea, en su diagnóstico de la aplicación de Big Data a las humanidades y ciencias sociales, Elisenda Ardevól afirma que "una buena parte de los practicantes de este tipo de análisis siguen un empirismo ingenuo por el cual "los datos hablan por sí mismos" sin necesidad de teorías. [...] Esto genera una gran desconfianza en el campo de las ciencias sociales y las humanidades frente al Big Data que, si se suma a [...] la asimilación de "cuantitativo" igual a "positivista", hace que desde las humanidades se rechacen las promesas de esta "nueva" ciencia de datos, argumentando en su contra la "incapacidad" de la aproximación cuantitativa para abordar la complejidad humana y lo inefable de su espíritu"96Ardevól, «Big Data y Descripción Densa», 21.. Así, terminan siendo inescapables las teorías sobre el sentido que parecían ambiguas e imprecisas para los métodos computacionales, pues, irónicamente, retornan como el fundamento del nuevo fundamento, el piso o el dato que sirve como andamiaje para la interpretación distante.

§79FGuardar marcapáginas La supuesta falta de rigor de la investigación humanística es un tipo de pelea que no es nueva en las discusiones sobre el papel de las humanidades en la academia; ha surgido muchas veces y en muchas mutaciones. Por ejemplo, el libro Post-Theory de los investigadores del cine y el arte David Bordwell y Nöel Carroll97David Bordwell y Carroll Noël, eds., Post-Theory: Reconstructing Film Studies (Madison, Wis.: Univ. of Wisconsin Press, 1996). es una crítica devastadora de lo que ellos denominan Teoría, con T mayúscula. Es decir, la crítica de cine basada en teorías postestructuralistas, marxistas y basadas en el psicoanálisis. Para Bordwell y Carroll la Teoría le ha hecho un daño enorme al estudio del cine porque ha llenado de especulaciones vacías, teorías gaseosas y conclusiones sin fundamento a la crítica cinematográfica. Sin embargo, para ellos, no son la tecnologías digitales las que ofrecen lecturas rigurosas de los productos de la cultura humana, sino la ciencia cognitiva y la neurociencia. Desde su visión, analizando el cerebro se puede decir realmente cómo funciona la interpretación de una película, los sentimientos que detona, los efectos de su argumento y su trama. Paradójicamente, la Teoría era también una respuesta a otros paradigmas teóricos previos: especialmente el formalismo estructuralista, la psicología experimental y la gran narrativa de la modernidad.

§80FGuardar marcapáginas No obstante, de forma análoga a los procesos empíricos de la lectura distante y otros procesos computacionales, la neuroestética por la que abogan Bordwell y Carroll puede llevar a una reducción de la cultura humana a conexiones neuronales y análisis descontextualizados y a descripciones sin explicaciones pragmáticas ni situadas, como la búsqueda de neuronas que se activan con la belleza, un nivel de detalle preciso pero vano98Sergio Rodríguez Gómez, «An Agential-Narrative Approach on Art Semiosis», Technoetic Arts 17, n.º 3 (1 de octubre de 2019): 281-95, https://doi.org/10.1386/tear_00021_1.. Como ilustración de estas disputas académicas ondulantes, el interactivo 9 muestra una serie de cambios en el interés de búsqueda de Google Books en español de varios paradigmas epistemológicos en la academia: el estructuralismo, la teoría posmoderna y la crítica decolonial. Como se ve en la visualización, al menos en términos de producción, estos paradigmas han tenido momentos de intensidad subsiguientes y claramente diferenciados, indicando una tendencia académica vanguardista a encontrar, aparentemente, mejores teorías que las del pasado.

Interactivo 9. Aparición de los términos "estructuralista", "posmoderno" y "decolonial", entre 1950 y 2019, en los libros escaneados dentro de la colección de Google Books en español. Datos obtenidos con el N-gram viewer de Google.

Cristalizar y confluir

§81FGuardar marcapáginas Como lo han estudiado Bouterse y Karstens99Jeroen Bouterse y Bart Karstens, «A Diversity of Divisions: Tracing the History of the Demarcation Between the Sciences and the Humanities», Isis 106, n.º 2 (junio de 2015): 341-52, https://doi.org/10.1086/681995., la división ciencia/humanidades es una historia de uniones, choques y separaciones constantes, pero, al final, "los métodos, prácticas, y propósitos intestigativos humanísticos se han superpuesto o se han entrelazado con las ciencias naturales a tal punto que podríamos preguntarnos si tiene sentido disctuirlas separadamente"100Ibid., 341.. Así, más que excluir unas formas de investigación, tiene sentido indagar cómo pueden complementarse y ser útiles para lograr procesos de triangulación, o cristalización, en el sentido de Richardson101Laurel Richardson y Elizabeth Adams St. Pierre, «Writing: A Method of Inquiry», The SAGE Handbook of Qualitative Research, ed. Norman K. Denzin y Yvonna S. Lincoln (Los Angeles: SAGE, 2018). explicado en el capítulo 3, que permita llegar a confluencias que produzcan conocimiento y desenvuelvan creatividad. En este sentido, la confluencia es el arribo a conocimientos más ajustados o sofisticados aproximándose desde perspectivas o afluentes distintos.

§82FGuardar marcapáginas Una visión mediadora entre los polos opuestos —es decir, el optimismo computacionalista y el rechazo acérrimo de los métodos algorítmicos— está en la propuesta de Escobar Varela en su libro Theater as data o el Teatro como datos102Miguel Escobar Varela, Theater as Data: Computational Journeys into Theater Research (Ann Arbor: University of Michigan Press, 2021).. Este autor establece una idea esencial: son distintas la investigación guiada por datos [data driven] y la investigación asistida por datos [data assisted]. Desde su visión, la primera implica ver los datos como fuentes autoritativas de la interpretación, como evidencias incuestionables, y la segunda implica guiarse por los datos como herramienta para el pensamiento.

§83FGuardar marcapáginas Aunque sutil, la propuesta de Escobar Varela abre camino a una exploración curiosa y juguetona, si se quiere, del procesamiento computacional de las representaciones digitales de la cultura humana. Esta idea, entonces, es complementaria con la apuesta de Laurel Richardson103Richardson y Adams St. Pierre, «Writing». acerca de la escritura como método de investigación, y el método de cristalización como alternativa radical a la triangulación, es decir, la confluencia de las ideas por todos los medios que aparecen en el camino, incluyendo formas especulativas e imaginativas. Esta disertación intenta tomar ese camino, y en ese sentido busca construir el mapa de las humanidades digitales navegando afluentes distintos, y usando la computación como medio para la extracción automática de datos y como método para la especulación creativa.

§84FGuardar marcapáginas Siguiendo estas propuestas, es apropiado combinar distintas formas de razonamiento. Tanto razonamiento deductivo e inductivo, es decir, reglas formales y estadísticas, respectivamente, como pensamiento abductivo, o la invención hipotética y la construcción de conjeturas que luego pueden ser probadas, convertidas en ideas prospectivas o en provocaciones. Lo que Stephen Ramsay llamaría Inventio: "el entendimiento prometido por el acto crítico surge no de una presentación de hechos, sino de la elaboración de una Gestalt, e incluye con justa razón la referencia vaga, la similitud conjetural, el cambio irónico, y el giro dramático"104Ramsay, Reading Machines, 16..

§85FGuardar marcapáginas Adicionalmente, estas formas cristalizadas de investigar pueden llevar a reflexionar sobre los métodos mismos de investigación en humanidades, como lo menciona Maria José Afanador en nuestra entrevista: "hay conceptos de la informática que pueden ser útiles para iluminar la manera como nosotros comprendemos no solamente los temas de investigación sino también las posibilidades metodológicas. Nos pueden ayudar a formular problemas viejos de unas formas distintas, y abrir ventanas de indagación, de mejor comprensión de lo que ya veníamos investigando"105«Entrevista a Maria José Afanador».. Ya antes mencionamos la influencia de la tradición humanística en los conceptos que definen procesos computacionales, especialmente con la referencia a Roberto Busa y su trabajo con la IBM. Pues bien, el proceso inverso también es posible, pues una apertura honesta a la computación como cultura y como medio especulativo puede ser beneficiosa para las humanidades si se toman con seriedad sus términos del servicio y posturas teóricas como posturas acerca del significado y la cultura.

§86FGuardar marcapáginas En las humanidades digitales latinoamericanas se presenta una oportunidad para esta mediación y para producir formas de investigación alternativas a la hegemonía del análisis computacional y sus pretenciones de rigor, que son además formas de guardar las puertas de la validez y el prestigio académico. Este proyecto se afilia a esta idea, y por eso hace uso de métodos computacionales para complementar o reforzar los argumentos, pero no los toma como verdades establecidas sin cuestionar sus métodos de obtención o procesamiento. Aquí entonces el cambio semántico es importante: no se trata de una maquinización de los humanos sino una humanización de los datos, pues los datos siempre deben estar orientados a producir un sentido que sea valioso para los seres humanos, y eso, sin duda, implica los juegos de la imaginación que produce el estudio humanístico.

6.3. Lo digital como fenómeno cultural

§87FGuardar marcapáginas "¿Qué es la cultura cuando se ha softwarizado?" —Lev Manovich - Software takes command106Manovich, Software Takes Command, 41.

§88FGuardar marcapáginas En la introducción de su libro Understanding Digital Humanities, editado hace ya una década, en 2012, David M. Berry diferencia tres momentos de las humanidades digitales: las 1.0, preocupadas por el archivo de documentos a través de la digitalización, las 2.0, centradas en la conservación de documentos nativos digitales, y las 3.0, que, según él, consisten en "ver el componente digital de las humanidades digitales a la luz de la especificidad del medio como una forma de entender cómo los cambios mediáticos producen cambios epistémicos"107David M. Berry, «Introduction: Understanding the Digital Humanities», Understanding Digital Humanities, ed. David M. Berry (Houndmills New York: Palgrave Macmillan, 2012), 4.. Con "especificidad del medio" Berry se refiere a una noción planteada por el crítico de arte Clement Greenberg en su defensa del estilo pictórico del expresionismo abstracto norteamericano a mediadios del siglo pasado108Clement Greenberg, «Hacia un nuevo Laocoonte Towards a Newer Laocoon», Revista Co-herencia 17, n.º 33 (2020): 19+, https://link.gale.com/apps/doc/A645242161/IFME?u=googlescholar&sid=googleScholar&xid=150312cc. como mencioné en el capítulo sobre métodos. Concretamente, cada medio artístico tiene su propia especificidad, es decir, cosas para las que se presta mejor —la pintura para chorrear, cubrir, embadurnar; el dibujo para hacer líneas, por ejemplo—, y, bajo esta visión, idealmente, el artista debe ganar conciencia de esa especificidad y aprovecharla.

§89FGuardar marcapáginas La lectura de Berry está alineada de cerca con los estudios de los medios en el campo de la comunicación ocupados en indagar los efectos culturales del software, las plataformas, las redes sociales y el código de programación109Wendy Hui Kyong Chun y Thomas Keenan, eds., New Media, Old Media: A History and Theory Reader (New York: Routledge, 2006); Matthew Fuller, ed., Software Studies: A Lexicon (Cambridge, Mass: MIT Press, 2008); Nicholas Gane y David Beer, New Media. the Key Concepts, English ed, The Key Concepts, 1747-6550 (Oxford ; New York: Berg, 2008); Joost van Loon, Media Technology: Critical Perspectives (Maidenhead: Open Univ. Press, 2008); Noah Wardrip-Fruin y Nick Montfort, eds., The New Media Reader (Cambridge, Mass: MIT Press, 2003); ibid.. Esta aproximación no ve lo digital solo como herramienta sino también como un fenómeno que modifica las vidas de las personas y las sociedades y, por lo tanto, hace parte de la cultura humana. Como señalamos cuando hablamos de los estudios de arqueología de los medios, cada medio tiene cualidades estéticas y físicas propias, y prestaciones particulares, es decir, formas posibles de uso110James J. Gibson, The Ecological Approach to Visual Perception (New York: Psychology Press, 2011).. Estas cualidades y prestaciones influyen en la agencia y el comportamiento humano, y, a gran escala, definen fenómenos sociales complejos. Por ejemplo, en uno de los capítulos de su libro Understanding media o Entender los medios111Marshall McLuhan, Understanding Media: The Extensions of Man (Cambridge, Mass: MIT Press, 1994)., Marshall McLuhan elabora un análisis acerca de cómo la luz producida por bombillos en lugares domésticos, tan aparentemente simple, es un medio que extiende la capacidad de acción a lo largo del día y como un efecto de bola de nieve también el horario laboral, las formas de entretenimiento, o las representaciones artísticas de la noche.

§90FGuardar marcapáginas Adicionalmente, Ignacio Siles en su estudio sobre las culturas de usuarios de internet en Costa Rica112Ignacio Siles, Living with Algorithms: Agency and User Culture in Costa Rica (Cambridge, Massachusetts: The MIT Press, 2023). propone pensar no solo en el medio como un factor que determina lo social, y en las personas como usuario pasivos de los artefactos tecnológicos, sino también en las mediaciones, siguiendo el concepto de Jesús Martín-Barbero elaborado en sus extensos estudios sobre la comunicación, especialmente enfocados en la prensa y la televisión113Jesús Martín-Barbero, De los medios a las mediaciones: comunicación, cultura y hegemonía (México: Gili, 2001).. Para Barbero, la masas suelen ser entendidas como grupos humanos inauténticos y sin agencia, pero son, en realidad, modos de existencia de lo popular, que tienen sus propias estrategias de lectura y apropiación particular de los medios que se desvían o se integran a las culturas hegemónicas. Así, las teorías latinoamericanas de la comunicación pueden servir también como un marco de referencia para pensar las culturas digitales desde un punto de vista complementario.

§91FGuardar marcapáginas Si las humanidades digitales se fundamentan en un doble movimiento, de lo digital hacia lo humanístico, pero también de lo humanístico hacia lo digital, no solo cabe usar el nuevo medio como herramienta, sino también hacerse preguntas sobre él, sus alcances, sus límites y sobre la manera como transforma las culturas y las sociedades, y, del mismo modo, cómo las sociedades participan de la construcción del medio y cómo en esa participación se originan múltiples mediaciones.

§92FGuardar marcapáginas Siguiendo el espíritu martínbarberiano, Nick Couldry afirma que el estudio de los medios como práctica es una propuesta que se plantea llenar vacíos presentes en otras formas de pensar los medios. A rasgos generales, busca un panorama más allá de la visión de los medios como textos que pueden ser interpretados en su sentido inherente o como mercancías que pueden ser analizadas desde sus formas de producción y consumo. Entender los medios como práctica requiere, por el contrario, una postura más abierta: preguntarse "qué, simplemente, está haciendo la gente en relación con los medios a lo largo del rango completo de situaciones y contextos"114Nick Couldry, «Theorising Media as Practice», Social Semiotics 14, n.º 2 (agosto de 2004): 119, https://doi.org/10.1080/1035033042000238295.. Es decir, es una aproximación en la que irremediablemente no solo importa pensar en el medio como mensaje, a lo McLuhan, sino que es esencial pensar en el uso como forma de sentido profunda de los agentes incrustados en un ecosistema de mediaciones.

§93FGuardar marcapáginas Pensemos en un ejemplo: el pixel art es un tipo de imagen específicamente digital, pues está construido a partir de una grilla y casillas discretamente delimitadas que representan colores en términos numéricos. A diferencia del lienzo y el papel, el soporte del pixel art, es decir, la pantalla, tiene sus propias prestaciones —acciones posibles para un usuario— y de ellas se ha derivado múltiples construcciones culturales e incluso un sistema de valores estéticos. Por ejemplo, y como se ve en el interactivo 10, las personas que hacen pixel art y sus apreciadores suelen proscribir las "doubles", o sea, líneas que ocupan dos o más píxels en la trayectoria de una línea, y las "jaggies", o líneas chuecas que no siguen la trayectoria natural de una curva. Estos efectos hacen ver al dibujo más torpe, por decirlo de alguna manera, en contraposición al pixel perfect, o sea las formas que definen líneas con claridad. La estética extendida del pixel art privilegia la elegancia, es decir, la capacidad de comunicar la información necesaria para la figura que se busca representar con pocos elementos bien posicionados, debido a que el pixel art, por sus orígenes en la computación de los años 80 y 90, suele realizarse en baja resolución y con paletas de colores limitados115Jane Frank, Paint or Pixel: The Digital Divide in Illustration Art (New York, NY: Nonstop Press, 2008); José Luis Maravall Llagaria y José Vicente Martín Martínez, «Pixel Art: Estética de La Necesidad o Elogio Del Medio», Arte y Políticas de Identidad 12 (28 de agosto de 2015): 145, https://doi.org/10.6018/236111.. Así, se ha desarrollado incluso una crítica de arte del pixel art y un sistema ortodoxo para su valoración, que ha sido construido por comunidades que aprecian este tipo de obras, como los gamers, los nostálgicos de la computación de décadas pasadas, o los ilustradores especializados116Maravall Llagaria y Martín Martínez, «Pixel Art».. Por supuesto, existen valores alternativos y formas heterodoxas del pixel art, pero lo importante aquí es ver que su producción se encuentra incrustada en un contexto social con sus propias lógicas de uso y formas de mediación.

Interactivo 10. Superposición entre un dibujo en pixel art sin "doubles" ni "jaggies", a la izquierda, y uno con ellas, a la derecha. Use el deslizador para comparar las dos imágenes

§94FGuardar marcapáginas Adicionalmente, el pixel art se relaciona, arqueológicamente, con otras formas de expresión y extensión de la agencia humana protodigitales. En la biografía de Ada Lovelace117James Essinger, Ada's Algorithm: How Lord Byron's Daughter Ada Lovelace Launched the Digital Age (Brooklyn: Melville House, 2015)., precursora de la computación, James Essinger cuenta cómo ella descubrió en el telar de Jacquard el sistema apropiado para representar algoritmos. El telar es, justamente un sistema discreto de representación que define patrones "pixelados" en una tela. Como se ve en las figuras 21 y 22, es posible usar tarjetas perforadas para describir en forma binaria un patro visual que puede luego plasmarse en un tejido. Por la propia similaridad de ambos medios, existen valores y estrategias compartidas, que se extrapolan a sofisticados sistemas de valor y de significado. En este sentido podemos ver que los medios digitales, y sus mediaciones, operan como sistemas culturales complejos que merecen, efectivamente, estudios humanísticos.

Figura 21. Tarjetas usadas por Ada Lovelace y Charles Babbage para su protocomputador, el Motor Analítico, basadas en las tarjetas usadas en el telar de Jacquard — C. 1870. (Fuente, Artstor, Licencia CC-BY)
Un rectángulo de cartón con agujeros que representan instrucciones computacionales
Figura 22. Retrato "pixelado" de Joseph-Marie Jaquard tejido con un telar de Jacquard — C. 1840. (Fuente, Artstor, Licencia CC-BY)
Un telar tejido que representa el retrato de un hombre

§95FGuardar marcapáginas Aunque la doble indagación de los medios y la mediaciones parece necesaria, existen barreras disciplinares, o, si se quiere, separaciones entre islas en el archipiélago que alejan a esta perspectiva de otras prácticas de las humanidades digitales. Es saliente que los entrevistados para este proyecto se distancian o se acercan a este tipo de estudios de la comunicación de acuerdo con sus intereses particulares, temas de estudio, tradiciones educativas, e incluso organizaciones administrativas universitarias —incluso, como menciona Antonio Rojas Castro, factores como estar físicamente separados del edificio de la facultad de comunicación en la universidad118«Entrevista a Antonio Rojas Castro».—. Algunos se posicionan estrictamente como humanistas digitales instrumentales, mientras que otros defienden la reflexión sobre los medios y las mediaciones dentro del campo en mayor o menor medida. Algunos consideran que la comunicación es un campo diferente, y que debe operar aisladamente de otras prácticas humanísticas, otros consideran que es innegable e inescapable su mezcla.

§96FGuardar marcapáginas No obstante, es pertinente un acercamiento más comprometido con estas formas de estudio de los medios. Como afirman Michael Gavin et al., "hay a veces una tendencia en las humanidades digitales a saltarse al final especulando cómo los métodos computacionales transformarán a las humanidades sin excavar las historias intelectuales de esos métodos y sin explicar cómo las suposiciones teóricas heredadas de otras disciplinas se alinean con las suposiciones que de otra forma informarían el pensamiento propio"119Gavin et al., «Spaces of Meaning», 260.. En otras palabras, la forma instrumental de las humanidades digitales suele usar la noción de medio como discurso para defender la continuidad de la tradición pero no suele preguntarse acerca del medio como cultura, incluso a pesar de que, como lo saben los artistas y diseñadores, cuando se trabaja con un medio es inevitable notar su especifidad, y en ella sus posibilidades, grietas y limitaciones.

§97FGuardar marcapáginas Por este motivo, quisiera aquí defender la postura de que es necesario superar tal enajenamiento y ver lo digital no solo en términos instrumentales sino también desde una perspectiva que lo entienda como fenómeno cultural y que sea crítica de su lugar social. Al respecto, Nuria Rodríguez-Ortega propone una visión expandida de las humanidades digitales que se plantee desde un marco crítico de pensamiento: "la humanidades digitales representan el espacio de pensamiento, crítica y acción que nos permite problematizar la tecno-episteme que define nuestra era actual y la ecología sociotecnológica de nuestro tiempo, en relación con los procesos de producción, representación, comunicación, y diseminación del conocimiento acerca de la facetas culturales de la humanidad"120Nuria Rodríguez-Ortega, «Digital Social Sciences and Digital Humanities of the South. Materials for a Critical Discussion», Global Debates in the Digital Humanities, ed. Domenico Fiormonte, Sukanta Chaudhuri, y Paola Ricaurte (Minneapolis: University of Minnesota Press, 2022), 102.. Si antes afirmamos que la conservación de la memoria y la interpretación de la cultura se extiende a través de medios digitales, sería una omisión enorme no considerar qué tipo de conocimiento se construye en este medio, cómo se representa digitalmente la existencia humana y en qué se diferencia de otras formas de representación —cómo los nuevos medios son nuevos y viejos al mismo tiempo, siguiendo el punto de vista mediarqueológico mencionado antes121Friedrich Kittler, No hay software y otros ensayos sobre filosofía de la tecnología. (Universidad de Caldas, 2017); Zielinski, Arqueología De Los Medios; Siegfried Zielinski, «Arqueología prospectiva», H-ART. Revista de historia, teoría y crítica de arte, n.º 8 (enero de 2021): 217-43, https://doi.org/10.25025/hart08.2021.11.. Al respecto, Rodríguez-Ortega agrega: "Esta dimensión crítica es consubstancial con las humanidades digitales, pues construye el sustrato esencial sin el cual avanzaríamos solo hacia la tecnologización de las disciplinas humanísticas"122Rodríguez-Ortega, «Digital Social Sciences and Digital Humanities of the South. Materials for a Critical Discussion», 102.. Como mencionamos antes, si las humanidades digitales configuran un doble movimiento, ese movimiento debe existir en reciprocidad.

§98FGuardar marcapáginas En las conversaciones que mantuvimos, dos entrevistados refuerzan la idea propuesta por Rodríguez-Ortega. Por una parte, Isabel Galina afirma lo siguiente: "si bien considero que las humanidades digitales pueden hacer un aporte interesante a la literatura, a la historia, y creo que lo está haciendo, en realidad a mí lo que me gusta y que me interesa mucho es la importancia de que los humanistas participemos en la discusión acerca de qué es lo que está sucediendo con lo digital. O sea, el nuevo paradigma digital, que se piense también desde las humanidades"123«Entrevista a Isabel Galina».. Por su parte, Ernesto Priani ahonda en el proyecto crítico: "tendríamos que avanzar hacia una idea de las humanidades digitales donde hay literalmente la construcción de una episteme. Y aquí un poco es donde viene el problema de un grupo de objetos que han sido digitalizados, una serie de teorías que se enfrentan a la digitalización, con otro grupo de teorías que hablan de la digitalización, que entienden lo digital y que combinadas tendrán que darnos de alguna manera una idea de un nuevo humanista, un nuevo tipo de académico"124«Entrevista a Ernesto Priani».. Esta idea de la construcción de una episteme, es decir, un marco sólido para el entendimiento de las tecnologías digitales desde una perspectiva humanista volverá a cobrar relevancia en el capítulo 7 cuando veamos los horizontes y barreras comunitarias en la construcción de acciones duraderas y sostenidas.

§99FGuardar marcapáginas Más aún, las prácticas computacionales de conservación de la memoria y el análisis computacional pueden fundamentar una metareflexión de las culturas digitales, sus medios y mediaciones, por métodos digitales. Por ejemplo, la serie de métodos desarrollados por la Digital Methods Initiative de la Universidad de Amsterdam125Richard Rogers, Digital Methods (Cambridge, Massachusetts: The MIT Press, 2013); Richard Rogers, Doing Digital Methods (Thousand Oaks, CA: SAGE Publications, 2019); Tommaso Venturini et al., «A Reality Check(List) for Digital Methods», New Media & Society 20, n.º 11 (noviembre de 2018): 4195-4217, https://doi.org/10.1177/1461444818769236. tienen como propósito estudiar fenómenos sociales y realizar investigación etnográfica a partir del rastreo de marcas dejadas por personas en ambientes digitales. Este tipo de métodos hacen uso de estrategias de datificación y análisis de datos para entender las prestaciones particulares del software y las plataformas, y entender qué implicaciones sociales surgen de ellas, así como las posibles apropiaciones, usos normados y desviados de las audiencias. Es decir, dimos una vuelta en círculo, pues ahora el análisis cuantitativo puede servir como fundamento para las teorías humanísticas y como explicación de fenómenos sociales, que, como dijimos en apartados anteriores, son un fundamento para la interpretación derivada de técnicas computacionales. Es una fundamentación recíproca.

§100FGuardar marcapáginas Adicionalmente, este marco crítico puede servir como ventana para una crítica de las humanidades a través de la cultura digital. Como se elabora en el capítulo 5 sobre la tradición humanística, dentro del diagnóstico de la crisis de las humanidades, las humanidades digitales se presentan en algunos contextos como salvadoras de las humanidades en un mundo que encuentra cada vez menos valor en ellas, especialmente bajo el discurso del rigor metodológico que elaboramos antes. Sin embargo, este discurso puede derivar en el reforzamiento de formas de representación digitalizadas que privilegien a ciertos grupos humanos, y en un control sobre la conservación de la memoria como sucede con otras formas de control en el estado actual del capitalismo. El marco crítico que ofrecen las humanidades digitales puede, entonces, servir como un andamiaje para la autocrítica y, a su vez, para el planteamiento de alternativas para la emancipación y la pregunta por un nuevo humanismo propiciado por las tecnologías digitales o en resistencia a ellas.

6.4. Activismo digital

§101FGuardar marcapáginas Una vez establecimos la necesidad de un marco crítico para las humanidades digitales, se abre entonces un espacio de oportunidad importante para el trabajo en América Latina.

§102FGuardar marcapáginas Si nos ubicamos en el punto de vista del propósito humanístico de la participación en la vida pública y el ejercicio democrático, veremos que hay dos modos de relacionamiento con lo digital que se han venido desarrollando a lo largo de los años en nuestro contexto: ambas visiones combinan la perspectiva instrumental, pues hacen uso de tecnologías digitales para lograr sus fines, con el marco crítico y la perspectiva de los medios y las mediaciones digitales. La primera es el activismo que hace uso de herramientas digitales y la segunda es la oposición y resistencia frente a las formas de poder que se manifiestan a través de la institucionalización o el uso extendido de ciertas tecnologías digitales. Es decir, la primera aplica el marco crítico a fenómenos sociales que pueden abordarse a través del medio digital y la segunda opera como resistencia a los efectos de la cultura digital.

6.4.1. Lo digital para la causa

§103FGuardar marcapáginas En su defensa del marco crítico para las humanidades digitales, Nuria Rodríguez-Ortega afirma lo siguiente: "el giro hacia lo social que estamos experimentando en todas las esferas también nos empuja a expandir el campo de acción de las humanidades digitales a proyectos e iniciativas que usan lo digital y lo computacional para promover procesos de transformación e innovación social donde podemos avanzar hacia sociedades más inclusivas, equitativas, sostenibles, creativas y emancipadas"126Rodríguez-Ortega, «Digital Social Sciences and Digital Humanities of the South. Materials for a Critical Discussion», 109.. Esta es una visión que se conecta con el propósito humanístico de la construcción democrática y el valor de la defensa de lo humano en un sentido amplio, pues extiende la práctica de las humanidades digitales no solo a las personas que trabajan en las instituciones humanísticas como el museo, la biblioteca o la universidad, sino también a la sociedad civil. Así, da cuenta de formas de mediación con lo digital que, aunque no se reconozcan como tal, son, de hecho, humanísticas.

§104FGuardar marcapáginas Más aún, si el procesamiento computacional masivo de documentos no está tan extendido en América Latina, este tipo de proyectos, en cambio, ha tenido un desarrollo importante en nuestro contexto. Tal vez la particular historia de los pueblos Latinoamericanos, que en parte se esbozó en el capítulo 5, nos ha hecho propensos a una indagación de la justicia social por medios diversos, y el mundo digital ofrece justamente oportunidades para la memoria social, la autodeterminación y la participación democrática de una forma que encaja con las luchas y trayectorias de esa historia.

§105FGuardar marcapáginas En la entrevista que mantuvimos, Mariana Córdoba127«Entrevista a Mariana Córdoba», 14 de octubre de 2021., directora de la organización Acción Cultural Popular (ACPO), elabora el concepto de convergencia de medios en el trabajo social, es decir, el uso de distintos tipos de medios, aprovechando sus prestaciones particulares y las condiciones sociales e infraestructurales existentes en cada momento, para cumplir fines significativos para una comunidad. Siguiendo este principio, no es esencial qué tipo de tecnología se usa dentro de un proyecto, y si es digital o no, sino encontrar maneras de cumplir un objetivo social más amplio que nos lleve a formas de justicia, equidad y autonomía para grupos específicos. Así, por ejemplo, en las Escuelas Digitales Campesinas de ACPO, la computación es solo un medio, entre muchos, que puede permitir el desarrollo de liderazgos y proyectos de autodeterminación en comunidades campesinas. Si las circunstancias cambian también deben cambiar las estrategias mediáticas que se aplican, pues el fin último no es el uso instrumental sino el uso significativo. Esta noción del uso significativo de una comunidad es una de las columnas vertebrales del capítulo 7, que explora a profundidad las complejidades de la formación de comunidad y la satisfacción de sus motivaciones.

§106FGuardar marcapáginas En este sentido, la conciencia acerca de la especificidad del medio es esencial, no para engolosinarse con ella, como le podría pasar a un pintor que se embeleza con el brillo, el espesor y la textura del óleo, o a un téorico McLuhiano que repite infinitamente el mantra de que el medio es el mensaje, sino porque ayuda a tomar decisiones con respecto a qué medio es más apropiado en una situación particular para lograr un cambio social. En ocasiones, el medio digital es más apropiado que otros para una tarea particular y en otras no lo es. En los casos positivos lo digital como herramienta puede convertirse en un soporte para defender la justicia, el pluralismo y la democracia; la defensa de valores humanos. Pero no siempre es el caso.

§107FGuardar marcapáginas Idealmente, los medios convergen para ofrecer distintas formas de participación. Como afirma Rodriguez-Ortega "esta investigación y estas iniciativas deben basarse en soluciones tecnológicas que son apropiadas para el territorio donde se generan, para que puedan ser usadas localmente e incorporadas dentro de sistemas locales de conocimiento"128Rodríguez-Ortega, «Digital Social Sciences and Digital Humanities of the South. Materials for a Critical Discussion», 109.. Así, y resonante con la discusión sobre métodos computacionales elaborada antes en este capítulo, no existe un solo método para el activismo digital, sino múltiples formas de confluencia.

§108FGuardar marcapáginas En este sentido, Carolina Zúñiga, directora del Laboratorio Digital de la Universidad Diego Portales en Chile, en nuestra charla, ofrece una reflexión al respecto de moverse entre lo online y lo offline en la construcción de archivos como formas de memoria común que involucren distinas convergencias de medios, adecuadas para comunidades particulares: "dentro del Laboratorio hay investigadores que están en el fondo trabajando líneas de investigación que tienen que ver con la escritura de lo común, con la escritura comunitaria, con la oralidad, que quizás tiene mucho más que ver con cómo se ha ido formando la historia latinoamericana. Y cómo se encuentra eso con lo digital hoy, cómo nos encontramos ahí. Yo creo que ahí hay un mundo por explorar, [...] es algo que estamos tejiendo. Estamos en ese momento de inflexión, de ir descubriendo hacia donde van estas distintas hebras"129«Entrevista a Carolina Zúñiga».. En efecto, si en América Latina es aún incipiente el uso de grandes conjuntos de datos y algoritmos de procesamiento masivo, las hebras que menciona Zúñiga ya se han trenzado en múltiples proyectos en nuestro contexto, pero todavía queda mucho por hilar.

§109FGuardar marcapáginas En este punto se hace evidente entonces que los propósitos de la conservación de la memoria y la interpretación de la cultura por medio de herramientas digitales, en este caso, juegan un papel de soporte a formas de activismo social, pero ya no solo de una forma instrumental, sino como una aplicación activa de estrategias de las humanidades digitales para fines humanísticos en el sentido extendido que mencionamos antes, es decir, entendida toda la ciudadanía como participante del humanismo.

§110FGuardar marcapáginas En el caso de la conservación de la memoria a través de métodos digitales existen muchos ejemplos en nuestro contexto, que, como mencioné, parece particularmente fructífero para este tipo de proyectos. Aquí quisiera centrarme en tres particulares: el Archivo Digital Londres 38 en Chile, el Archivo del Esclarecimiento de la Comisión de la Verdad en Colombia, y los proyectos digitales que buscan abordar los efectos sociales de los huracanes que pasan por el Caribe. Los primeros dos proyectos son archivos digitales que buscan construir memoria para la reparación y no repetición de acontecimientos violentos en la historia de cada país, la Dictadura Militar en Chile y el Conflicto Armado en Colombia, respectivamente. Los terceros son grupos de proyectos que buscan construir memoria y comunidad como solidaridad ante la catástrofe.

§111FGuardar marcapáginas Londres 38 es un espacio de memoria que opera en una casa que antes fue un centro de detención y tortura en los tiempos de la Dictadura Militar en Chile, entre 1973 y 1990. El Archivo Digital de Londres 38 contiene un acervo documental que conserva piezas textuales, gráficos y audiovisuales digitalizados tanto de la historia de la represión como de su resistencia. El archivo se puede consultar en un repositorio web, pero su alcance se extiende también a diversas formas de participación cívica en el espacio físico de las instalaciones del centro, en la casa que tiene, justamente, la dirección Londres 38. Es decir, es un proyecto de clara convergencia de medios. Como comenta Leslie Araneda, directora del archivo, en un evento que coorganicé en 2023130Leslie Araneda y Camilo Murcia Galindo, «Reparation + Resistance. Digital Archives in Latin America.» (En línea y Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, 20 de abril de 2023)., este es un archivo para el presente, así que trabajan con víctimas, organizaciones y publico general en la construcción de una memoria que permita una reflexión constante de las luchas llevadas a cabo y de un horizonte para el futuro. El archivo y las actividades del centro entonces invitan a múltiples apropiaciones e interpretaciones de la historia con el fin de construir una memoria colectiva.

§112FGuardar marcapáginas En una línea similar, el Archivo del Esclarecimiento de la Comisión de la Verdad de Colombia es un archivo digital que busca dar cuenta del Conflicto Armado en el país como parte de un proyecto nacional, surgido a partir de los acuerdos de paz entre las FARC y el Estado colombiano, para el esclarecimiento, el reconocimiento, la convivencia y la no repetición. El Archivo del Esclarecimiento, como lo comenta Camilo Murcia, uno de sus curadores, en el mismo evento mencionado antes131Ibid., hace uso de un repositorio digital de testimonios de víctimas del conflicto, los sujetos centrales en este proceso, y piezas derivadas, para hacer contribuciones a la verdad y presentar un panorama amplio de los factores estructurales que han dado origen al Conflicto y a sus efectos. El Archivo hace parte entonces de un esfuerzo gigante de la sociedad colombiana para la construcción de paz a partir de la memoria y la verdad.

§113FGuardar marcapáginas El tercer ejemplo es, por su parte, un conjunto de proyectos de solidaridad que no solo engloban memorias nacionales sino, si se quiere, una memoria regional: los archivos digitales sobre los impactos de huracanes en el Caribe. Ejemplos salientes son el Archivo de Respuestas Emergencias de Puerto Rico (AREPR), la exhibición digital Coasts in Crisis (Costas en crisis. Artes y Culturas del Caribe tras Huracanes), y el proyecto Surviving Storms en Dominica. Todos estos proyectos se fundamentan en desarrollos web que mezclan la documentación, los testimonios, la creación artística, la cartografía, y otros medios investigativos con formas de participación y construcción de sentido comunitaria. Adicionalmente, este tipo de proyectos no solo desencadena formas de apoyo luego de la catástrofe, sino que revela aspectos críticos acerca de la geopolítica, la dependencia, la corrupción, la organización política de base, o las prácticas artísticas como solidaridad. Así, la investigación digital se integra a aspectos de la vida diaria de las personas y busca servir como un medio de reparación y construcción común.

§114FGuardar marcapáginas Como se hace evidente, el aspecto participativo es esencial en este tipo de proyectos. Christina Boyles, una de las coordinadoras de AREPR, da cuenta en nuestra entrevista del ejercicio participativo en el que se involucran este tipo de proyectos digitales: "dimos a cada grupo comunitario lo que llamamos un Tech Kit: todos los materiales que necesitan para registrar materiales, para grabar entrevistas de historia oral con el fin de que los miembros de la comunidad no solo sepan usar las herramientas sino que también tengan estructuras para que puedan procesar esos materiales y ponerlos en AREPR"132«Entrevista a Christina Boyles», 9 de marzo de 2023.. Es decir, se dotó de herramientas digitales para que la propia comunidad participara como agente humanístico, en la construcción de la memoria de su historia con una vista a futuro.

§115FGuardar marcapáginas Por otra parte, en cuanto al estudio de fenómenos sociales por medio de métodos de interpretación computacional, también existen algunos ejemplos valiosos. Por ejemplo, la investigación La "desaparición en democracia" de los jóvenes Luciano Arruga y Franco Casco en Argentina en 2009 hizo uso de métodos digitales para rastrear la forma en la que los "medios de prensa digitales y audiencias participativas de medios sociales construyeron discursos y perfiles de los actores involucrados en estas desapariciones (Luciano, Franco, la policía, la Justicia)"133María Eugenia González Ocampo, Sophie Álamo, y Agustina Miglorini, «Las Desapariciones de Luciano Arruga y Franco Casco: Investigación Sobre La Construcción Discursiva de Los Casos a Través de La Metodología Digital de La Analítica Cultural», Virtualis 7, n.º 14 (2016): 138.. O la Cartografía de Archivos de Fronteras busca mapear las relaciones fronterizas entre México y Estados Unidos a través de fuentes documentales de prensa producidas entre el siglo XIX y mediados del siglo XX. Sus coordinadoras, Maira E. Álvarez y Sylvia Fernández Quintanilla afirman que el proyecto apunta a "la necesidad de producir otras historias alternas a la oficial [...] que representen la frontera desde sus propias comunidades conlleva a que los archivos de periódicos sean visualizados en una plataforma digital. El proyecto utiliza un mapa digital para visualizar la ubicación geográfica de los periódicos haciendo uso de CARTO, un software de Sistema de Información Geográfica (SIG), y a su vez una página en línea, que sirva como repositorio del mapa, recursos visuales e información relacionada"134Isis Campos et al., «Legado de Las/Los Latinas/Os En Los Estados Unidos: Proyectos de DH Con Archivos Del Recovery», Digital Humanities 2018 Puentes-Bridges (ADHO Digital Humanities 2018, México, D.F., 2018), 59..

§116FGuardar marcapáginas No obstante, la participación social es un asunto sobre el que aún existen problemas que deben ser resueltos en proyectos de humanidades digitales como los que hemos mencionado, pues darle vida cívica a un archivo o a un ejercicio investigativo también implica unas relaciones complicadas y contradictorias entre investigadores y sociedad, especialmente si se entienden como roles o grupos separados, o si no se tratan con cuidado las implicaciones éticas que surgen en su desarrollo.

§117FGuardar marcapáginas Por ejemplo, con respecto al Archivo del Esclarecimiento, debido a que gira alrededor de un proceso de paz que hasta el día de hoy mantiene polarizada a la sociedad colombiana, también está sometido a los vaivenes políticos que afectan la confianza en el proceso. Un ejemplo de esto son los efectos negativos que tuvo la designación como director en 2019 de un negacionista del Conflicto, Darío Acevedo, en una institución estatal que busca construir la memoria del conflicto en Colombia, el Centro de Memoria Histórica135Dejusticia, «Más allá de un guión: las voces de las víctimas invisibilizadas por Darío Acevedo» (Dejusticia), Accedido en 23 de noviembre de 2023, https://www.dejusticia.org/column/mas-alla-de-un-guion-las-voces-de-las-victimas-invisibilizadas-por-dario-acevedo/; Laura Salgado Carvajal, «Disputas Por La Memoria y Sus Repercusiones En El Derecho de Las Víctimas En El Contexto Actual Colombiano», Diálogos de Derecho y Política 0, n.º 28 (10 de agosto de 2021): 84-113, https://revistas.udea.edu.co/index.php/derypol/article/view/347181.. Las decisiones y políticas de revisionismo y censura de Acevedo no solo afectaron el desarrollo de los objetivos del Centro, sino que también afectaron a otros proyectos de memoria, como el Archivo digital del Esclarecimiento. Como lo comenta Camilo Murcia136Araneda y Murcia Galindo, «Reparation + Resistance. Digital Archives in Latin America.», muchas víctimas perdieron la confianza en estas instituciones e incluso, con razón, percibieron que sus vidas estaban en peligro al registrar sus testimonios en archivos abiertos, por lo que decidieron retirar la autorización de custodia de sus documentos en el archivo.

§118FGuardar marcapáginas Por otra parte, también pueden existir relaciones difíciles entre investigadores y comunidades a causa del extractivismo académico. Es decir, el uso instrumental del conocimiento de una comunidad para el beneficio de personas que trabajan en la academia, usualmente para publicar artículos o presentar proyectos sin retribuir a la comunidad o sin dar continuidad a los procesos sociales de forma adecuada. Christina Boyles, cuando conversamos, dio cuenta de la delicada relación entre la financiación institucional de AREPR desde los Estados Unidos, los requerimientos del proyecto dentro de los entornos de justificación en las universidades de ese país, las comunidades puertorriqueñas que participan en el proyecto, y la propia relación colonial que existe entre los Estados Unidos continentales y Puerto Rico, que, justamente, ha dado como resultado negligencia y problemas de apoyo ante catrátrofes como los huracanes debido a los lentos procesos burocráticos que deben pasar por aprobación congresional.

§119FGuardar marcapáginas Sobre su participación en AREPR, Boyles, que es ciudadana estadounidense, menciona lo siguiente: "pasé por un proceso de investigación de antecedentes, porque les investigadores puertorriqueñes han vivido largas prácticas académicas explotativas en donde grupos se acercan, extraen su conocimiento y se van. Y esto ha sucedido para el beneficio de académicos que no suelen ser puertorriqueñes y no tienen implicaciones en lo que pasa en las Islas. Así que quiero reconocer que este proyecto se llevó a cabo porque establecí una serie de valores y metas conjuntas con mis colaboradores, y porque compartimos esos mismos valores, porque creemos en prácticas no extractivas, porque queremos rechazar el estatus colonial de Puerto Rico"137«Entrevista a Christina Boyles».. A pesar de estos delicados asuntos de confianza comunitaria y autodeterminación, este tipo de proyectos son intentos por producir un uso significativo de los datos, las colecciones y los medios digitales en general, y en ese sentido son valiosos, porque remueven el análisis frío, grande y veloz de otros modos de relacionamiento posibles en las humanidades digitales e intentan, de vuelta, humanizar los datos.

6.4.2. Resistencias frente a hegemonías digitales

§120FGuardar marcapáginas En un capítulo del libro Acción y Conocimiento, editado por Orlando Fals Borda, titulado Juntos contra la computadora, Gustavo de Roux138Gustavo I. de Roux, «Juntos Contra La Computadora», Acción y Conocimiento: Como Romper El Monopolio Con Investigación - Acción Participativa, ed. Orlando Fals-Borda (Santa Fé de Bogotá: CINEP, 1991), 53-72. reflexiona acerca de la historia de cómo la comunidad de Villarica, en el departamento del Cauca, en Colombia, se organizó en los años 80 para luchar contra los abusos de la empresa de electricidad, que disparejamente subsidiaba a las empresas de la zona con sobrecargos a las personas más pobres. El título del capítulo hace referencia a la lucha de la comunidad por contradecir al sistema de tarifas eléctricas a pesar de los argumentos administrativos que sostenían que la "computadora no se equivoca", es decir, que los cálculos que produce son determinísticos y, por lo tanto, ecuánimes. Esto es, como hemos dicho, lo que David Golumba llamaría un discurso computacionalista139Golumbia, The cultural logic of computation., pues da por sentado, o intenta al menos defender en el discurso, que la computación es un proceso infalible y por lo tanto justo.

§121FGuardar marcapáginas El capítulo cuenta que la comunidad se organizó para recopilar sus propios datos —los recibos de la cuenta de electricidad—, organizarlos y darles sentido —a través de estadísticas y visualizaciones— para demostrar que, en efecto, la computadora se equivocaba porque sus principios, creados por humanos, estaban sesgados y afectaban a los más pobres y propiciaban la desigualdad —los cobros aumentaban desproporcionadamente—. Adicionalmente, para lograr su objetivo, la comunidad produjo piezas de comunicación escritas, musicales y visuales, tanto para organizarse como para conservar el conocimiento adquirido luego de su proceso de investigación comunal. Entre ellas, una canción llamada Son de la oscuridad publicada en el disco Luchas cantadas de la Red de Organizaciones de Base Norte del Cauca.

Sonido 1. La canción Son de la Oscuridad que narra la situación de la comunidad de Villarica con respecto a la empresa de electricidad

§122FGuardar marcapáginas El proceso de rebeldía contra la computadora de la comunidad de Villarica parte de los principios organizativos de la Investigación Acción Participativa (IAP), un método de investigación esencialmente latinoamericano140Joanne Rappaport, El cobarde no hace historia Orlando Fals Borda y los inicios de la investigación acción participativa. (Bogotá: Editorial Universidad del Rosario, 2021), https://www.jstor.org/stable/10.2307/j.ctv1k76j1v.. En primer lugar, parte de la conexión con un territorio concreto y surge de las propias clases explotadas que viven allí, en cooperación con académicos y otros agentes de cambio. Este aspecto situado de la IAP permite reconocer unas raíces históricas de la comunidad, y por lo tanto unas formas de pensar y de sentir particulares, y a partir de ellas iniciar la investigación de un problema, la construcción de argumentos sólidos para demostrar la injusticia, la producción de un conocimiento liberador que es a la vez racional y emocional, y, finalmente, la construcción de un terreno común y códigos estratégicos que sirven para preservar y difundir ese conocimiento y propiciar la autodeterminación141Orlando Fals-Borda, ed., Acción y Conocimiento: Como Romper El Monopolio Con Investigación - Acción Participativa (Santa Fé de Bogotá: CINEP, 1991)..

§123FGuardar marcapáginas Visto así, procesos de IAP como el de Villarica son humanísticos y humanistas, en un sentido amplio, aunque no necesariamente estén integrados a la academia ortodoxa, porque se enfocan en la búsqueda de emancipación de una comunidad a través del ejercicio de su humanidad, e involucra varios de los própósitos humanísticos que hemos estructurado en este proyecto: la participación democrática, la conservación de la memoria, la interpretación y apreciación de la cultura, y el cultivo propio. Estos ejercicios de construcción de una historia propia pueden usar métodos académicos tradicionales, u otras formas de conocimiento situado, como la música, los cómics o las artes escénicas, así que también brindan un referente de oportunidades creativas dentro de las humanidades.

§124FGuardar marcapáginas Este ejemplo nos lleva entonces a la resistencia frente a las hegemonías digitales como un modo de relacionamiento más entre lo digital y lo humanístico. Estas formas de resistencia implican descubir el poder detrás de las infraestructuras digitales, aparentemente transparentes, para develar sus sesgos y formas de injusticia epistémica —ver el capítulo 8 para una elaboración más extensa de la dimensión infraestructural—. Lo digital, en estos casos, opera tanto como un discurso de infalibilidad instrumentalizado por grupos dominantes como una oportunidad para la resistencia organizada.

§125FGuardar marcapáginas Aquí vale la pena destacar dos formas salientes dentro de las humanidades digitales en América Latina de estas formas de resistencia. Por una parte, la participación democrática a través de la crítica del poder ejercido por medios digitales, y por otra, la construcción de autodeterminación a partir de formas alternativas de producción tecnológica. Como hemos elaborado antes, estas dos formas de resistencia implican, necesariamente, un pensamiento comprometido acerca de los medios y las mediaciones digitales, y, por lo tanto, una visión crítica del mundo digital como fenómeno social con efectos y formas de intervención particulares en la cultura humana.

6.4.2.1. Crítica del poder digital

§126FGuardar marcapáginas En la primera forma de resistencia, las organizaciones de la sociedad civil se coordinan de múltiples maneras para auditar y ejercer control sobre las tecnologías digitales y su uso por el estado, las empresas o grupos sociales hegemónicos, prestando atención a las decisiones y los efectos que afectan a la ciudadanía. Dos ejemplos salientes de este tipo de resistencia son el Centro de Cultura Digital de México, que funciona como un lugar de reflexión acerca de distintas formas de digitalidad a través de actividades académicas, activistas y culturales en las que puede participar la sociedad civil; y la Fundación Karisma en Colombia, que estudia y audita el uso de tecnologías digitales en busca de la protección de los derechos humanos y la justicia social.

§127FGuardar marcapáginas Por su parte, una aproximación investigativa que es afín a estas formas de resistencia, que se ha desarrollado en varias partes del mundo, pero que tiene unas raíces fuertes en América Latina, es la indagación acerca del colonialismo de datos142Paola Ricaurte Quijano, Descolonizar y Despatriarcalizar Las Tecnologías (México, D.F.: Centro de Cultura Digital, 2023)., una rama particular de los estudios decoloniales y de los medios de comunicación que se enfoca en las maneras en las que la datificación, es decir, la construcción de modelos digitales sobre el comportamiento social, sigue lógicas paralelas al colonialismo.

§128FGuardar marcapáginas Como afirman Couldry y Mejías143Ulises Mejías y Nick Couldry, «Colonialismo de Datos: Repensando La Relación de Los Datos Masivos Con El Sujeto Contemporáneo», Virtualis; Vol. 10, Núm. 18 (2019): Tecnopolítica disidente y cultura digital en América Latina, 20 de mayo de 2019, https://www.revistavirtualis.mx/index.php/virtualis/article/view/289., el colonialismo de datos es análogo, pero también distinto, a las formas generales del colonialismo como lo conocíamos. La similitud más grande, y la que hace que el uso de datos en el presente pueda también llamarse colonialismo, es la racionalidad que se usa para justificar la extracción, el despojo y el procesamiento de los datos privados, usados como una materia prima transformable en productos de consumo. Tal racionalidad asume que la explotación de los datos de las personas es una acción buena por sí misma, que trae beneficios necesarios a la sociedad; es decir, es una postura que normaliza la práctica y la valida. No obstante, tal explotación de los datos contribuye principalmente a la riqueza de grupos dominantes en detrimento de otras poblaciones. Aunque las distinciones geográficas se hagan difusas, es así como el colonialismo tradicional se ve reflejado en los proyectos civilizatorios de las grandes compañías tecnológicas que se sostienen con los datos de las personas y con su aprovechamiento para propiciar consumo capitalista. Es por este motivo que Mejías establece una analogía entre la plantación, la fábrica y el centro de datos144Ulises Ali Mejías, «La plantación, la fábrica, y el centro de datos» (Tierra Común, 21 de junio de 2020), https://www.tierracomun.net/blog/la-plantacion-la-fabrica-y-el-centro-de-datos., pues la tres son infraestructuras que construyen medios tecnológicos enfocados en la explotación de recursos y trabajo humano.

§129FGuardar marcapáginas De esta idea general del colonialismo de datos se derivan otros paralelismos con las formas previas de lo colonial. Por ejemplo, se asumen como reemplazables las vidas que producen los datos. Estas vidas son, finalmente, fuentes de labor pequeña y específica que solo cobra relevancia cuando se junta a un agregado masivo de datos interpretados, como veremos en detalle el capítulo 8. Además, se crean infraestructuras y modos de explotación diversos: el rito del auto-registro de datos en redes sociales, la mano de obra laboral precarizada (por ejemplo, los censores de contenido inapropiado en Facebook o el "Turco mecánico" de Amazon), y la logística basada en datos que se expande por todas partes con sus promesas de optimización en los procesos.

§130FGuardar marcapáginas En el colonialismo de datos la materia prima que se extrae no es propiamente un recurso natural. Es, más bien, la propia identidad de las personas, la datificación aparentemente voluntaria de la vida cotidiana. Aunque esos datos se asumen, como afirman Couldry y Mejías145Mejías y Couldry, «Colonialismo de Datos». como un terreno de nadie, lo que está en juego es un problema de cómo se define el valor del ser humano, pues con la datificación se convierte la existencia en categorías para el consumo. En este sentido, la cultura es entendida como una estructura simbólica en los términos de Arturo Escobar146Escobar, «Cultura y Diferencia»., como elaboramos previamente, pues los sistemas de clasificación reducen a rasgos interoperables a los grupos humanos con el fin de encasillarlos en formas de consumo determinadas.

§131FGuardar marcapáginas Entonces, desde esta perspectiva, a pesar de que la gran narrativa de lo tecnológico sea la de un bien positivista y determinista, dirigido al progreso neutral y equitativo, debemos cuestionarnos cómo la información y los datos trabajan como sistemas de competencia agonística, es decir, entre iguales, en el capitalismo. Como afirma Juan Ramos, la actual lógica empresarial de los datos convierten "al usuario y consumidor en el perfecto trabajador", pues tal usuario "produce datos como mercancía [...] así como tiempo de ocio transformado en fuerza de trabajo"147J Ramos Martín, «Capitalismo Informacional y Tecnopolítica. Apuntes Sobre Configuración y Resistencia En Las Nuevas Formas de Medicación Base-Superestructuras», Economía Política de La Inforamción, La Comunicación y La Cultura En Colombia, ed. D. García, J. Ramos, y D Valencia. (Bogotá: Editorial Universidad del Rosario, 2020), 13.. Así, la experiencia humana se transforma en experiencia de base de datos, en un sistema de clasificación que se mezcla para crear maneras óptimas de gasto alimentada por la "vergüenza asociada a la ausencia de pertenencia"148Ibid., 9.. Un ensayo interactivo que realicé previo a esta disertación, y que en cierta medida es su prototipo, explora en más detalle el problema del autoregistro y la datificación a la luz de la teoría de la sociedad del espectáculo del artista vanguardista Guy Debord. Puede consultarse en este enlace o siguiendo la referencia149Sergio Rodríguez Gómez, «La Sociedad Del Autorregistro» (La sociedad del autorregistro, 2020), https://srsergiorodriguez.github.io/sociedad_autorregistro/.. A grandes rasgos, el ensayo elabora acerca de cómo el concepto de espectáculo de Debord, el reemplazo de la realidad por las imágenes como faceta avanzada del capitalismo, se ve exacerbado con la constante datificación de nuestras vidas cotidianas como amoldamiento de la existencia al consumo y a la imágen pública de las redes sociales.

§132FGuardar marcapáginas La crítica humanística del poder digital se enfoca entonces en develar mecanismos subyacentes a las tecnologías digitales con el fin de encontrar también medidas emancipadoras. Unas humanidades digitales construidas desde un marco crítico pueden elaborar un entendimiento de estos mecanismos para promover soluciones y alternativas a los poderes centralizados o a ejercicios deshumanizantes presentes en la continua datificación de las vidas cotidanas.

6.4.2.2. Tecnologías alternativas para la resistencia

§133FGuardar marcapáginas Por otra parte, las comunidades pueden producir formas alternativas de tecnología que se resisten a las infraestructuras hegemónicas por medio de la modificación, reapropiación, o hackeo de lo ya existente, o la creación de formas tecnológicas nuevas que constituyen prácticas pluriversales de lo digital. Estas prácticas alternativas se enmarcan entonces en formas de resistencia a partir del uso recursivo de lo disponible para escapar de los formatos establecidos impuestos por las grandes industrias tecnológicas, por los discursos homogeneizantes, o por la rigidez administrativa de las instituciones. Esta práctica rebelde dentro de las humanidades digitales se elabora en más detalle en el capítulo 8 dedicado a las infraestructuras, así como los problemas que surgen al idealizar la precariedad, pero aquí vale la pena hacer una pequeña mención.

§134FGuardar marcapáginas Una de aquellas formas de resistencia es lo que Steyn et al. llamarían tecnología insurgente, que, como afiman, "se refiere a las tecnologías, computacionales u otras, que facilitan la ciudadanía insurgente, y que pueden ser creadas y sostenidas dentro de una zona de abandono"150Juan Steyn y Andre Goodrich, «Site-Specific Cultural Infrastructure Promoting Access and Conquering the Digital Divide», Global Debates in the Digital Humanities, ed. Domenico Fiormonte, Sukanta Chaudhuri, y Paola Ricaurte, Debates en the Digital Humanities (Minneapolis: University of Minnesota Press, 2022), 262.. Andrés Maximiliano Tello151Andrés Maximiliano Tello, «Tecnologías Insurgentes. Apropiación Tecnológica y Disidencias Maquínicas En América Latina», Tecnología, Política y Algoritmos En América Latina., ed. Andrés Maximiliano Tello (Viña del Mar: CENALTES ediciones, 2020), 55-77. afirma que, en su mayoría, la tecnología insurgente es un uso estratégico aceleracionista de las tecnologías dominantes existentes, es decir, más que un desmontamiento, es un uso desviado, en un buen sentido de la palabra, de las plataformas hegemónicas para superar bloqueos en el ejercicio de la agencia de las comunidades y desenvolver otras formas de ciudadanía.

§135FGuardar marcapáginas Por ejemplo, formas alternativas de archivar y de construir memoria no a partir de las instituciones oficiales de la memoria sino a partir de los grupos organizados de la sociedad civil; lo que Tello denomina anarchivismo: "la rebelión popular re-inventa usos subversivos de los aparatos disponibles [...] para interrumpir los cercos mediáticos y franquear de un modo u otro los dispositivos gubernamentales que buscan modular la opinión pública e intensificar la explotación neoliberal de los cuerpos y los territorios en lucha. Las múltiples estrategias de reconversión y apropiación" tecnológica se vuelven virales"152Andrés Maximiliano Tello, «"Otro Fin de Mundo Es Posible". Revuelta y Anarchivismo», Re-presentaciones. Periodismo, Comunicación y Sociedad, n.º 12 (12 de enero de 2020): 85, https://doi.org/10.35588/rp.v0i12.4320.. Es decir, formas alternativas de participación ciudadana a través de la construcción ad hoc de medios para este fin; la confluencia de medios llevada a sus últimas conclusiones. El anarchivismo es una estrategia propia de las comunidades de práctica que se han conformado en nuestro contexto.

§136FGuardar marcapáginas Un ejemplo concreto de este tipo de ejercicios en el marco de las humanidades digitales son los proyectos realizados por el Colaboratorio Pluriversos, Cultura y Poder en Manizales, Colombia. El Colaboratorio, como su nombre lo indica, es un laboratorio que tiene como centro la colaboración comunitaria. Se han especializado particularmente en la apropiación de tecnologías de representación geográfica digital para hacer mapas alternativos y formas de cartografía social basada en los principios de la IAP en su ciudad. Entre los múltiples proyectos que el colectivo realiza están: Cosita seria, un mapa del acoso sexual callejero, la Mapacleta sobre la experiencia y los lugares para montar bicicleta, o su mapeo en red de colectivos sociales trabajando en la ciudad.

§137FGuardar marcapáginas Además de apropiaciones de tecnologías existentes, también pueden darse desarrollos propios de infraestructuras mínimas para las prácticas de las humanidades digitales. Un ejemplo concreto es el caso de Wax, un sistema abierto y accesible para la creación de colecciones en línea con mínimos requerimientos de mantenimiento. Alex Gil, uno de los coordinadores del desarrollo de Wax comenta, en la entrevista que mantuvimos, la filosofía detrás de este tipo de proyectos:

§138FGuardar marcapáginas "El pensamiento de nosotros es diferente, las ideas de diseño son diferentes. Vamos a desarrollar proyectos que funcionen con los hard drive, que funcionen sin internet. Vamos a desarrollar proyectos que funcionen con datos limitados. Vamos a desarrollar proyectos que funcionen bien dentro de regímenes de censura. Y así, por el estilo, fuimos desarrollando muchos experimentos para estos encuentros. Tecnologías que funcionan mejor en ciertos medioambientes, en ciertas localidades. Pero siempre alejándonos del universalismo, de la idea de que vamos a hacer tecnología basadas en estos modelos del norte, de que esas son las que se van a convertir en las tecnologías universales"153«Entrevista a Alex Gil»..

§139FGuardar marcapáginas Esta oportunidad para latinoamérica puede llevar a otras formas de experimentación o de aproximaciones humanizantes a lo digital. Como afirma Domenico Fiormonte, investigador italiano que ha trabajado extensamente en temas de diferencias centro-periferia en las humanidades digitales, en la entrevista que mantuvimos:

§140FGuardar marcapáginas "la cosa más divertida de este proceso es que los que estaban en los márgenes se pueden salvar, al contrario de nosotros que "estamos en el centro". Estamos condenados a utilizar estas plataformas hegemónicas. Donde hay menos recursos, donde hay menos organización, donde los gobiernos son menos fuertes, donde el estado es menos fuerte, pues entonces el condicionamiento puede ser menor. Es una paradoja, pero es lo que yo llevo diciendo desde hace muchos años: los márgenes están más adelantados que el centro"154«Entrevista a Domenico Fiormonte», 4 de noviembre de 2021..

§141FGuardar marcapáginas No obstante, esta perspectiva de romantización de los márgenes puede ser limitada, como elaboro en mucho más detalle en el capítulo 8. En breve, porque sin una verdadera incidencia en las infraestructuras, las márgenes siempre estarán en un estado de precariedad que debilita y desestabiliza la posibilidad de realizar acciones duraderas y sostenidas y, por lo tanto, la sofisticación de las prácticas de las humanidades digitales en nuestro contexto.

6.5. Lo digital como medio de expresión

§142FGuardar marcapáginas Para algunas personas paradas en ciertos lugares del archipiélago, la práctica artística puede ser una frontera que nos lleva a un terreno fuera de las humanidades digitales. Sin embargo, en mi propia experiencia dentro de la Red Colombiana de Humanidades Digitales y como docente universitario, he notado que muchas participantes se enteran de e involucran en las humanidades digitales porque están interesadas en la conjunción de sus propias prácticas creativas con tecnologías digitales: el diseño, la música, la escritura, las artes escénicas, las artes plásticas, etc. En los eventos de humanidades digitales en Colombia suelen presentarse artistas que hacen arte generativo, literatura electrónica, música creada por medios algorítmicos, animación, producción de sitios web, etc. En una línea similar, por ejemplo, el Centro de Cultura Digital de México mezcla en su programación y eventos indistintamente la práctica artística con sus reflexiones acerca de lo digital como fenómeno cultural. Por lo tanto, no es rara ni marginal la participación de artistas en los contextos de las humanidades digitales.

§143FGuardar marcapáginas Así, una escición del uso de lo digital como medio de expresión de otras formas de relacionamiento puede resultar más forzoso que su inclusión dentro de las fronteras del archipiélago. En la práctica artística, el medio digital tiene su propia especificidad del medio y unas mediaciones propias que le dan un potencial expresivo particular o del que surgen preguntas que se pueden explorar creativamente. Así que rechazar o excluir este tipo de prácticas por un orden disciplinar no es más que el desaprovechamiento de una oportunidad y la pérdida de un punto de vista valioso.

§144FGuardar marcapáginas De hecho, existen múltiples maneras en las que esta integración artística es relevante e importante para las humanidades digitales, pero aquí quiero fijarme en dos: las artes digitales como forma de creación que se integra a la historia de la cultura digital, y las artes digitales como aporte estético y conceptual a proyectos de divulgación en humanidades digitales.

§145FGuardar marcapáginas En primer lugar, existe una amplia historia de experimentación latinoamericana con medios digitales como exploración artística en todos los campos del arte: la poesía, la literatura, las artes visuales, el cómic, el cine, la música, las artes escénicas, etc. Estas exploraciones tienen de particular que han estado cercanamente ligadas a los desarrollos de la computación en nuestro contexto, pues, como suele suceder con el arte, emergen múltiples experimentaciones curiosas con todos los medios de expresión y, además, son un reflejo de los cambios en las formas de pensamiento y comunicación de una sociedad. Los artistas suelen ser los primeros grupos sociales que intentan usar las tecnologías para cosas para las que no fueron diseñadas, forzando sus límites o rompiendo con sus funcionalidades establecidas.

§146FGuardar marcapáginas Estas formas de expresión, por una parte, exploran el potencial estético del medio digital. Por ejemplo, las particularidades estilísticas que surgen de la composición discreta propia de los píxeles, como hablamos en apartados anteriores cuando discutimos el pixel art, o las transformaciones de sentido que ocurren con la manipulación codificada de los medios de telecomunicación y sus mensajes. Por otra parte, adicionalmente, la exploración estética ha estado ligada a reflexiones conceptuales acerca de los problemas sociales y culturales de las tecnologías digitales, como la posibilidad de producir sentido y creatividad por medio de máquinas, la masificación de la expresión artística a través de la reproducción informacional, la democratización de los medios creativos a partir del software, o la distorsión de los mensajes transmitidos en un canal de comunicación como estrategia creativa. Estas discusiones de larga data cobran aún más relevancia con la producción de textos, sonido e imágenes por medio de tecnologías de inteligencia artificial basada en redes neuronales.

§147FGuardar marcapáginas Para dar cuenta brevemente de la importancia de estas intervenciones quisiera mencionar algunos ejemplos, tanto de pioneros del arte digital en América Latina como de artistas contemporáneas que han explorado temas humanistas digitales a través de sus obras.

§148FGuardar marcapáginas La primera mención saliente es Omar Gancedo, un artista visual, poeta y antropólogo argentino que produjo en los años sesenta una serie de poemas codificados en tarjetas perforadas, el medio de almacenamiento computacional predominante en esa época (figura 23). En su apuesta juguetona, los poemas de Gancedo remiten a una especie de canto tribal que ha sido convertido en información, si se quiere, en un tejido incrustado en la matriz discreta de las tarjetas perforadas . El trabajo de Gancedo hacía parte de las exploraciones realizadas por artistas participantes en la revista Diagonal Cero, especialmente importante para la poesía experimental latinoamericana.

Figura 23. Poesía experimental en tarjetas perforadas de Omar Gancedo publicadas en la revista Diagonal Cero (Fuente, Universidad de la Plata, Licencia CC-BY-NC-ND 4.0)
Páginas de una revista con fotocopias de tarjetas perforadas que codifican poemas breves

§149FGuardar marcapáginas En una vena complementaria, la artista contemporánea boliviana Sandra De Berduccy sigue una línea de exploración similar en sus obras que mezclan tejidos ancestrales con medios materiales propios del mundo de la electrónica y la informática. Así, Berduccy ha construido una obra que experimenta con el uso del código binario para la construcción de patrones y composiciones que recuerdan los textiles andinos, o hace uso de telas que responden a procedimientos tecnológicos y que les permiten cambiar de color, transmitir luz o electricidad.

§150FGuardar marcapáginas Por otra parte, en Brasil, en los años setenta, el artista Waldemar Cordeiro llamaba Arteônica al arte electrónico que estaba empezando a esbozar en ese momento. Para Cordeiro, como se hace evidente en su manifiesto155Waldemar Cordeiro, «"Arteonica": Electronic Art», Leonardo 30, n.º 1 (1997): 33, https://doi.org/10.2307/1576373., era fascinante la idea de poder reproducir infinitamente por medios digitales una imagen sin que, aparentemente, sufriera transformaciones, y poderla comunicar a distancia a lugares lejanos. Paradójicamente, algunas de las obras de Cordeiro de ese momento usaban plotters automáticos para dibujar patrones de los que se producían nuevas copias que se iban degenerando, como si la máquina traicionara su propia ideología computacionalista y poco a poco se autoindujera al error a partir del ruido. Apropiándose de términos de la jerga científica del campo de la cibernética, Cordeiro llamaba a estas derivaciones dibujos de primer y segundo orden.

§151FGuardar marcapáginas El interés de Cordeiro radicaba en pensar los medios digitales como aproximaciones artísticas conceptuales a los procesos mentales que dan sentido a las imágenes y a nuevas formas de creación. Es decir, le interesaban tanto las nuevas teorías que surgían acerca de la mente como las nuevas tecnologías, y, además, su conjunción. En su manifesto sobre la Arteônica, Cordeiro afirma que: "el computador está adquiriendo un rol prominente en la cultura, en la medida en la que los métodos científicos y técnicos cambian el estatus de la imagen. Hoy vemos aplicaciones en áreas como el reconocimiento automático de patrones, la programación creativa, y la programación de estudios críticos de mensajes artísticos"156Ibid., 31.. El manifiesto se publicó en 1971. Anticipándose a prácticas que hoy en día se han extendido en las artes, Cordeiro veía en los propios principios de lo digital como medio un potencial que debía ser indagado en sus particularidades expresivas y en sus implicaciones sociales.

§152FGuardar marcapáginas En la línea de la especificidad del medio, a Cordeiro le interesaba el aprovechamiento de los lenguajes y códigos de la comunicación desarrollados en la época, lo que llamaba investigación sintáctica. Además, hay que destacar que, como otros artistas del momento, Cordeiro intentó extender las elaboraciones de la abstracción formal y el conceptualismo al mundo digital, mezclando así una tradición del arte con las nuevas tecnologías. De hecho, en relación con el capítulo 8 de esta disertación, dedicado a las infraestructuras, el desarollo del arte computacional en Brasil estuvo íntimamente ligado con la industria computacional nacional, como reconoce el artista en su manifiesto:

§153FGuardar marcapáginas "En Brasil, el arte computacional empezó en 1968. Tiene antecedentes metodológicos en el Arte Concreto, que apareció en los 1940s tardíos y alcanzó su punto máximo en los 1950s y 1960s. El Arte Concreto era la única forma de arte en Brasil en utilizar métodos creativos digitales. Coincidente con el más alto periodo de industrialización en el país, el Arte Concreto tuvo una influencia enorme en la vanguardia brasilera en campos como la poesía, la música y el diseño gráfico"157Cordeiro, «"Arteonica"»..

§154FGuardar marcapáginas Estos ejemplos, y otros que no se incluyen acá, muestran que el arte digital puede ampliar el marco crítico de la interpretación de la cultura digital, si se extiende la mirada más allá de los aspectos cosméticos y superficiales del medio. El arte puede originar cuestionamientos de lo digital como fenómeno cultural de formas que no serían posibles a través de otras formas de indagación, como la práctica investigativa académica tradicional de los papers y las conferencias.

§155FGuardar marcapáginas Como adición creativa a estos argumentos, aquí quisiera aprovechar la oportunidad para presentar una pieza de mi propia autoría, que puede servir como un acompañante a las elaboraciones que hemos hecho en este capítulo sobre el archivo como conservación de la memoria y su relación con las tecnologías digitales. La pieza Corromper el archivo, video 1, que presento a continuación, es una versión glitcheada, es decir, corrupta, del archivo digitalizado en video de los pocos fragmentos que se conservan del documental El drama del 15 de octubre dirigido por los cineastas hermanos Di Doménico en 1915, en Bogotá, Colombia. El documental cuenta la historia del asesinato del caudillo revolucionario y político Rafael Uribe Uribe y los posteriores eventos que se hicieron en su funeral. En su momento, la pieza fue controversial, pues en su metraje incluye imágenes de los asesinos posando para la cámara en la cárcel, dos carpinteros del centro de la ciudad. El documental se perdió justamente porque una corte ordenó la destrucción de sus copias, a causa de la controversia ocasionada.

§156FGuardar marcapáginas Esta pieza establece entonces una relación entre la memoria que se ha perdido y el archivo digital. La memoria se puede corromper, y el archivo digital (en su doble sentido de colección y representación digital) se corrompe cuando sus bits han sido distorsionados. Así, hay un doble juego presente en la noción del archivo como entidad frágil. Esta pieza artística entonces nos remite a una forma de crítica de lo digital que usa el propio medio para establecer su metareflexión, pues parte del concepto de la corrupción de datos y elabora un cuestionamiento de la claridad inmutable del archivo digital, como también fue anticipado por Cordeiro en sus piezas de plotter art. La memoria humana como algo que se corrompe y se pierde, tanto en el cerebro como en la recordación colectiva y los dispositivos de almacenamiento de información.

Video 1. Corromper el archivo

§157FGuardar marcapáginas La obra es resonante además con el trabajo de un artista contemporáneo pionero de las exploraciones digitales en el continente, el brasilero Eduado Kac. Al respecto de Time Capsule, un performance en el que Kac transmite por televisión y web la extracción de un microchip con información personal que había implantado en su pierna, comenta: "en la medida en la que llamamos"memoria" a las piezas de almacenamiento de los computadores y los robots, antropomorfizamos a nuestra máquinas, las hacemos más como nosotros. En el proceso, las imitamos también. El cuerpo se ha visto tradicionalmente como un repositorio sagrado de memorias solo humanas, adquiridas por el resultado de la herencia genética o las experiencias personales"158Eduardo Kac, «Time Capsule», AI & Society 14, n.º 2 (junio de 2000): 247, https://doi.org/10.1007/BF01205454..

§158FGuardar marcapáginas Si recordamos la reflexión en apartados anteriores acerca de las humanidades digitales como conservación de la memoria humana a través del estructuras de datos y repositorios, veremos que obras de arte como estas funcionan como un ejercicio de especulación imaginativa acerca de los límites difusos de esa memoria y su relación con los medios tecnológicos, y como un cuestionamiento tanto de la caducidad del cuerpo, y la necesidad de conservar el registro de su existencia, como la caducidad de la tecnología, su aparente solución. Por lo tanto, son reflexiones que giran alrededor del proyecto de largo aliento del humanismo, y la problematización de la memoria colectiva de lo humano.

§159FGuardar marcapáginas Por otra parte, la práctica artística puede ser un colaborador útil en la producción de proyectos de humanidades digitales como los que hemos descrito a lo largo de este capítulo, en el sentido en el que aportan puntos de vista imposibles de otra manera. Por ejemplo, como afirmo en un artículo previamente publicado en la Revista de Humanidades Digitales, la visualización de datos para las humanidades necesita, para llevar a cabo un entendimiento denso y sofisticado de la cultura, métodos particulares que en buena medida se ven alimentados por el arte y el diseño159Sergio Rodríguez Gómez, «Signos Visuales a Escala Humana: Una Clasificación de Métodos de Visualización de Datos y Una Reflexión Sobre Sus Alcances Para La Investigación Humanística», Revista de Humanidades Digitales 6 (26 de noviembre de 2021): 64-84, https://doi.org/10.5944/rhd.vol.6.2021.30734.. Estos métodos permiten, justamente, superar las visiones frías y lejanas, adoptadas de campos como la ciencia de datos y la estadística, para lograr una humanización de los datos que modelan la cultura. La conciencia formal de las artes se ve proyectada en el diseño de visualizaciones a partir de conceptos como las marcas, canales, la abstracción y la composición160Tamara Munzner, Visualization Analysis and Design (Boca Raton: CRC Press, Taylor & Francis Group, CRC Press is an imprint of the Taylor & Francis Group, an informa business, 2015)., y la conciencia crítica de las artes se ve proyectada en aproximaciones a la visualización que permiten interpretaciones complejas e intervenciones subjetivas161Johanna Drucker, Visualization and Interpretation: Humanistic Approaches to Display (Cambridge, Massachusetts: The MIT Press, 2020).. La visualización de datos es en parte arte y pensamiento estético y en parte procedimiento mecánico y matemático, una conjunción que efectivamente conjuga aesthesis y mathesis.

§160FGuardar marcapáginas En el artículo mencionado, hago una clasificación de tres tipos de visualizaciones: las icónicas, las más ortodoxas y cercanas a la representación científica; las indéxicas, que procuran capturar fenómenos y causalidades a través de funciones de contacto; y las simbólicas, que permiten ver relaciones convencionales en conjuntos de elementos. Todas estas formas de visualización implican desenvolver distintos flujos de creatividad que son afines a las prácticas artísticas. Crear visualizaciones de datos y otras formas de exploración y divulgación de lo humanístico puede entonces beneficiarse del pensamiento artístico para reforzar sus argumentos y ampliar su efectividad.

§161FGuardar marcapáginas Finalmente, el arte funciona como un solvente de las barreras disciplinares. Como hemos afirmado aquí, el disciplinamiento, el Idolo Academica de Gombrich, puede resultar en un aislamiento artificial de la mirada y el intelecto. Este Idolo puede llevarnos a la creencia de que las artistas solo hacen arte y las investigadoras solo investigan. Sin embargo, aunque la academia está fuertemente disciplinada, el arte, por su parte, puede escapar de estas formas de encerramiento pues, idealmente, es el desenvolvimiento de la curiosidad que opera en campos disímiles y necesariamente nos lleva por caminos desconocidos.

§162FGuardar marcapáginas El arte es entonces la aplicación de la convergencia de medios por excelencia, pues hace uso creativo de cualquier medio incluso sin tener una finalidad claramente definida antes de usarlo. Además, de acuerdo con Borgdorff162Henk Borgdorff, The Conflict of the Faculties: Perspectives on Artistic Research and Academia (Amsterdam: Leiden University Press, 2012)., la investigación toma lugar primero en contextos de descubrimiento y luego se hace pública en contextos de justificación; primero en el laboratorio y la biblioteca y luego en la publicación y la conferencia. La práctica artística hace lo propio en el taller y luego en la exhibición o la publicación. La investigación-creación es la conjunción de fuerzas de todos estos contextos, y unas humanidades digitales transdisciplinares pueden moverse en todos ellos con soltura debido a la fuerte integración entre su medio, lo digital, y su tema, lo humanístico.

§163FGuardar marcapáginas Jurgen Habermas, de hecho, afirma que la separación de las formas de entendimiento del mundo es una ficción modernista163Jürgen Habermas, «Modernity — An Incomplete Project», Modernism/Postmodernism, ed. Peter Brooker (London ; New York: Longman, 1992), 3-15.. El arte no es una disciplina, pero tiene valores humanistas porque es una exaltación del presente a partir del uso del pasado. El alejamiento del arte y la vida, sin embargo, es paralelo al alejamiento del humanismo y la vida, es la construcción de un sistema de expertos que, aunque a partir de métodos definidos logra formas de investigación estables, se aleja del uso significativo. Así, una aproximación con espíritu artístico a las humanidades puede llevarnos a encontrar un lugar de conexión con la sociedad que retome la valoración de las humanidades desde sus propias particularidades, valores y propósitos, y no a partir de un amoldamiento incómodo como el que elaboramos en el capítulo 5.

§164FGuardar marcapáginas El marco crítico de Rodríguez-Ortega que hemos tomado como horizonte aquí también es conciente de este entrecruzamiento fructífero pues, como afirma, "acarrea, primero, favorecer nociones tales como la experimentación creativa, la fertilidad cognitiva del error, la interculturalidad, la interdisciplinaridad, la hibridación de los espacios de aprendizaje, la colaboración en los bordes de las disciplinas, la diversidad como articuladora de una cosmovisión, y el pensamiento crítico. Todo esto ayudará a expandir la visión cerrada producida por una mono cultura del pensamiento en un estado de dependencia intelectual, tecnológica y cultural de mercados extranjeros"164Rodríguez-Ortega, «Digital Social Sciences and Digital Humanities of the South. Materials for a Critical Discussion», 112.. En otras palabras, apoyado por estas ideas, la visión artistica que defiendo acá no es una visión de dominios cerrados sino de hibridación generativa y productiva.

§165FGuardar marcapáginas Así, y retomando los recorridos por distintos modos de entrecruzamiento que desenvolvimos en el capítulo, no existe una manera única ni mejor de aproximarse a las humanidades digitales, y una línea de trabajo posible para América Latina es justamente el amasijo de muchas de ellas como forma de producción simultáneamente rigurosa y arriesgada, fundamentada en la confluencia y creativa. Las tecnologías digitales no son una panacea que brinda un fundamento último para la interpretación, pero, vistas con detalle, tampoco son el peligro frío e inhumano de la cuantificación absoluta del saber humano. Se integran más bien a un círculo de fundamentación recíproca. No obstante, para hacer un uso adecuado de ellas debemos entenderlas en sus aspectos técnicos y en sus efectos sociales, tanto para aprovecharlas en su especificidad, como para auditarlas y resistir a formas de opresión que las usan. Igualmente, las humanidades digitales pueden ser tanto continuación fructífera de las virtudes de las humanidades, a través del potenciamiento de los propósitos de la conservación de la memoria y el análisis y apreciación de la cultura, como rompimiento y aceleración generativa de la crisis para resolver vicios humanísticos, en el sentido en el que las humanidades digitales pueden romper barreras disciplinares. Para lograrlo, América Latina puede aportar desde su diversidad y desde una defensa de la especificidad cultural de distintos grupos sociales, es decir, desde una visión que haga uso de la interoperabilidad cuando sea necesaria pero que defienda la diferencia y las ontologías relacionales cuando esa interoperabilidad las minimice. El activismo juega un papel fundamental en este punto, pues puede dar lugar tanto a usos de los medios digitales enfocados en la construcción de justicia social y memoria de grupos humanos marginalizados como una auditoria de las tecnologías digitales con respecto a su impacto social. Finalmente, el arte es un aliado ante estos propósitos, pues configura formas alternativas de pensamiento a partir de los medios digitales, aporta a la humanización de la computación, y atraviesa transversalmente múltiples dominios de conocimiento.

Notas al pie

  1. ADHO, Digital Humanities 2011: Conference Abstracts : Stanford University, Stanford, CA, USA, June 19-22, 2011 (Stanford, California: Stanford University Library, 2011).
  2. Patrik Svensson, «Beyond the Big Tent», Debates in the Digital Humanities, ed. Matthew K. Gold (Minneapolis: Univ Of Minnesota Press, 2012), 36-49.
  3. Domenico Fiormonte, Teresa Numerico, y Francesca Tomasi, The Digital Humanist: A Critical Inquiry (Brooklyn: punctum books, 2015), 16.
  4. «Entrevista a Glen Layne-Worthey», 27 de febrero de 2023.
  5. Domenico Fiormonte, «Lenguas, códigos, representación. Márgenes de las Humanidades Digitales», Humanidades digitales, ed. Isabel Galina Russell et al. (Ciudad de México: Bonilla Artigas Editores / Red de Humanidades Digitales, 2018), 39-81; Domenico Fiormonte, «¿Por qué las Humanidades Digitales necesitan al Sur?», Humanidades digitales: construcciones locales en contextos globales: actas del I Congreso Internacional de la Asociación Argentina de Humanidades Digitales (AAHD), ed. Asociación Argentina de Humanidades Digitales et al. (Ciudad Autónoma de Buenos Aires: FILO:UBA, Facultad de Filosofía y Letras : Filo Digital, Repositorio Institucional, 2018); Ernesto Priego, «Can the Subaltern "Do" DH? A Reflection on the Challenges and Opportunities for the Digital Humanities», Global Debates in the Digital Humanities, ed. Domenico Fiormonte, Sukanta Chaudhuri, y Paola Ricaurte (Minneapolis: University of Minnesota Press, 2022), 28-35; Svensson, «Beyond the Big Tent».
  6. Magnus Sahlgren, «The Distributional Hypothesis», Rivista di Linguistica 20, n.º 1 (2008): 33-53.
  7. Michael Gavin et al., «Spaces of Meaning: Conceptual HIstory, Vector Semantics, and Close Reading», Debates in the Digital Humanities 2019, ed. Matthew K. Gold y Lauren F. Klein (Minneapolis London: University of Minnesota Press, 2019), 243-67.
  8. Stephen Ramsay, Reading Machines: Toward an Algorithmic Criticism (Urbana: University of Illinois Press, 2011).
  9. Revista de Humanidades Digitales, «Sobre La Revista», Sobre la revista (Revista de Humanidades Digitales), Accedido en 28 de noviembre de 2023, https://revistas.uned.es/index.php/RHD/index.
  10. Patrik Svensson, «The Landscape of Digital Humanities», DHQ. Digital Humanities Quarterly 4, n.º 1 (2010), https://digitalhumanities.org/dhq/vol/4/1/000080/000080.html.
  11. Christine L. Borgman, Scholarship in the Digital Age: Information, Infrastructure, and the Internet (Cambridge (Mass.): MIT, 2007); Marta Mestrovic Deyrup, Digital Scholarship (New York: Routledge, 2009); Jerome J. McGann, A New Republic of Letters: Memory and Scholarship in the Age of Digital Reproduction (Cambridge, Massachusetts: Harvard University Press, 2014); Robin Chin Roemer y Verletta Kern, eds., The Culture of Digital Scholarship in Academic Libraries (Chicago: ALA Editions, 2019).
  12. Susan Hockey, «The History of Humanities Computing», A Companion to Digital Humanities, ed. Susan Schreibman, Raymond George Siemens, y John Unsworth (Malden, MA: Blackwell Pub, 2004), 3-19.
  13. Steven E. Jones y Roberto Busa, Roberto Busa, S. J., and the Emergence of Humanities Computing: The Priest and the Punched Cards (New York London: Routledge, 2016); Julianne Nyhan, Marco Passarotti, y Steven E. Jones, eds., One Origin of Digital Humanities: Fr Roberto Busa in His Own Words (Cham, Switzerland: Springer, 2019).
  14. «Entrevista a Ernesto Priani», 30 de abril de 2021.
  15. Siegfried Zielinski, Arqueología de los Medios: Hacia el Tiempo Profundo de la Visión y la Audición Técnica (Bogotá: Ediciones Uniandes, 2012).
  16. James Malazita, «Epistemic Infrastructure, the Instrumental Turn, and the Digital Humanities», People, Practice, Power: Digital Humanities Outside the Center, ed. Ángel David Nieves, Anne B. McGrail, y Siobhan Senier (Minneapolis: University of Minnesota Press, 2021), 5.
  17. Lev Manovich, The Language of New Media, Leonardo (Cambridge, Mass.: MIT Press, 2001); Lev Manovich, Software Takes Command: Extending the Language of New Media (New York; London: Bloomsbury, 2013).
  18. Friedrich A. Kittler, Gramophone, Film, Typewriter (Stanford: Stanford University Press, 1999).
  19. Zielinski, Arqueología De Los Medios.
  20. Hockey, «The History of Humanities Computing»; Jones y Busa, Roberto Busa, S. J., and the Emergence of Humanities Computing; Nyhan, Passarotti, y Jones, One Origin of Digital Humanities; David M. Berry, Understanding Digital Humanities (Houndmills New York: Palgrave Macmillan, 2012); Michael A. Fuller, «Digital Humanities and the Discontents of Meaning», Journal of Chinese History 4, n.º 2 (julio de 2020): 259-75, https://doi.org/10.1017/jch.2020.13.
  21. McGann, A New Republic of Letters, 4.
  22. Silvia Eunice Gutiérrez De La Torre, «Bibliotecas y Humanidades Digitales En América Latina», Revista de Humanidades Digitales 5 (25 de noviembre de 2020): 113, https://doi.org/10.5944/rhd.vol.5.2020.27826.
  23. «Entrevista a Ania Hernández Quintana», 8 de octubre de 2021.
  24. Jones y Busa, Roberto Busa, S. J., and the Emergence of Humanities Computing.
  25. McGann, A New Republic of Letters, 15.
  26. Julia Flanders y Fotis Jannidis, The Shape of Data in Digital Humanities: Modeling Texts and Text-Based Resources (Routledge, 2018).
  27. Umberto Eco, El nombre de la rosa (Barcelona: Ed. Lumen, 1989).
  28. Irene Vallejo, El Infinito En Un Junco. La Invención de Los Libros En El Mundo Antiguo (Bogotá: Penguin Random House, 2021), 43.
  29. «Entrevista a Ernesto Priani».
  30. Stefania Gallini, «El siglo decimonónico latinoamericano en la Red», Historia Crítica, n.º 34 (julio de 2007): 149, https://doi.org/10.7440/histcrit34.2007.06.
  31. «Entrevista a Gimena del Rio», 17 de mayo de 2021.
  32. IEEE Computer Society, ed., IEEE Standard Computer Dictionary: A Compilation of IEEE Standard Computer Glossaries, 610 (New York, NY, USA: Institute of Electrical and Electronics Engineers, 1990), 114.
  33. Borgman, Scholarship in the Digital Age, 252.
  34. Emmanuel Guez et al., «The Afterlives of Network-Based Artworks», Journal of the Institute of Conservation 40, n.º 2 (4 de mayo de 2017): 105-20, https://doi.org/10.1080/19455224.2017.1320299.
  35. Tim Fisher, «What Was Flash & What Happened to It?» (Lifewire, 12 de octubre de 2022), https://www.lifewire.com/what-happened-to-flash-2617986.
  36. Adobe, «Adobe Flash Player End of Life» (Adobe Flash Player EOL General Information Page, 13 de enero de 2021), https://www.adobe.com/uk/products/flashplayer/end-of-life.html.
  37. Anna Mladentseva, «Responding to Obsolescence in Flash-Based Net Art: A Case Study on Migrating Sinae Kim's Genesis», Journal of the Institute of Conservation 45, n.º 1 (2 de enero de 2022): 52-68, https://doi.org/10.1080/19455224.2021.2007412.
  38. «Entrevista a Carolina Zúñiga», 5 de diciembre de 2022.
  39. Guez et al., «The Afterlives of Network-Based Artworks», 118.
  40. Siraj Ahmed, Archaeology Of Babel. The Colonial Foundation of the Humanities (Stanford University Press, 2018), 53.
  41. McGann, A New Republic of Letters, 92.
  42. John Seely Brown y Paul Duguid, The Social Life of Information (Boston, Massachusetts: Harvard Business Review Press, 2017), 173.
  43. John Dewey, Art as Experience (New York, NY: Perigee, 1995).
  44. Guillermo Salvador Ortega Vázquez, «Mediatización y Digitalización Del Patrimonio Cultural. El Caso de La Mediateca Del Instituto Nacional de Antropología e Historia», Revista de Humanidades Digitales 4 (1 de noviembre de 2019): 81, https://doi.org/10.5944/rhd.vol.4.2019.25110.
  45. «Entrevista a Isabel Galina», 3 de septiembre de 2023.
  46. Javier García Fernández, «Descolonizar El Pasado. Perspectivas Críticas Con Los Legados Coloniales En La Historia y La Historiografía», Antípoda. Revista de Antropología y Arqueología, n.º 51 (12 de abril de 2023): 51-75, https://doi.org/10.7440/antipoda51.2023.03; Amada Carolina Pérez Benavides, «Descolonizar El Archivo y El Museo: Imágenes Intervenidas y Museología Social Con Los Pueblos Inga, Kamëntsá y Arhuaco (Colombia)», ILUMINURAS 21, n.º 53 (11 de agosto de 2020), https://doi.org/10.22456/1984-1191.105528; Senier, «Decolonizing the Archive: Digitizing Native Literature with Students and Tribal Communities», Resilience: A Journal of the Environmental Humanities 1, n.º 3 (2014), https://doi.org/10.5250/resilience.1.3.006.
  47. Ahmed, Archaeology Of Babel. The Colonial Foundation of the Humanities, 16.
  48. Arturo Escobar, «Cultura y Diferencia: La Ontología Política Del Campo de Cultura y Desarrollo.», 2012, http://hdl.handle.net/10256/7724.
  49. Giorgio Agamben, The Coming Community (Minneapolis: Univ. of Minnesota Press, 2007), 1.
  50. Ernesto Priani Saisó, «Codificación y Buenas Prácticas. Crítica a La Delimitación de Las Humanidades Digitales En América Latina.», Relaciones Estudios de Historia y Sociedad 40, n.º 158 (8 de noviembre de 2019): 140, https://doi.org/10.24901/rehs.v40i158.343.
  51. Elvia Arroyo-Ramirez, «Invisible Defaults and Perceived Limitations: Processing the Juan Gelman Files» (On Archivy, 31 de octubre de 2016), https://medium.com/on-archivy/invisible-defaults-and-perceived-limitations-processing-the-juan-gelman-files-4187fdd36759.
  52. «Entrevista a Isabel Galina».
  53. «Entrevista a Alex Gil», 21 de febrero de 2023.
  54. Ibid.
  55. Andrew Piper, «There Will Be Numbers», Journal of Cultural Analytics, 23 de mayo de 2016, 1, https://doi.org/10.22148/16.006.
  56. McGann, A New Republic of Letters, 14.
  57. Aby Warburg, Atlas Mnemosyne (Ediciones Akal, 2010), https://books.google.com?id=CnZUSAAACAAJ.
  58. Stefka Hristova, «Images as Data: Cultural Analytics and Aby Warburg's Mnemosyne», International Journal for Digital Art History No 2 (2016), https://doi.org/10.11588/DAH.2016.2.23489.
  59. Fiormonte, Numerico, y Tomasi, The Digital Humanist; David Golumbia, The cultural logic of computation (Cambridge, Mass.: Harvard University Press, 2009).
  60. Ramsay, Reading Machines, 2.
  61. «Entrevista a Jairo Melo», 16 de septiembre de 2022.
  62. «Entrevista a Riva Quiroga», 9 de febrero de 2022.
  63. Daniel Rosemberg, «Data Before the Fact», "Raw Data" Is an Oxymoron, ed. Lisa Gitelman (The MIT Press, 2013), 15-40, https://doi.org/10.7551/mitpress/9302.001.0001.
  64. «Entrevista a Riva Quiroga».
  65. Piper, «There Will Be Numbers», 8.
  66. Flanders y Jannidis, The Shape of Data in Digital Humanities, 28.
  67. Dan Sinykin, «Distant Reading and Literary Knowledge - Post45», 6 de mayo de 2019, https://post45.org/2019/05/distant-reading-and-literary-knowledge/.
  68. Elisenda Ardevól, «Big Data y Descripción Densa», Virtualis 7, n.º 14 (2016): 15-37.
  69. Hiroto Ueda, «La Función de La Tilde En La Grafía Abreviada n Del Español Medieval», Cuadernos del Instituto Historia de la Lengua, n.º 8 (2013): 343-60, https://doi.org/10.58576/cilengua.vi8.121.
  70. Francisco Espino, «Big Data, Criticometría y El Estudio de Las Literaturas Nacionales En La Bibliografía Crítica: El Caso Excepcional de La Literatura Cubana», Revista de Humanidades Digitales 5 (25 de noviembre de 2020): 68, https://doi.org/10.5944/rhd.vol.5.2020.27625.
  71. Nohelia Meza, «Visualizing Networks of Cultural Discourses in Latin American Electronic Literature», Revista de Humanidades Digitales 6 (26 de noviembre de 2021): 101-21, https://doi.org/10.5944/rhd.vol.6.2021.30866.
  72. Tobias Blanke, «Cultural Analytics», Encyclopedia of Big Data, ed. Laurie A. Schintler y Connie L. McNeely (Cham: Springer International Publishing, 2017), 1-5, https://doi.org/10.1007/978-3-319-32001-4_48-1; Lev Manovich, «Cultural Analytics, Social Computing and Digital Humanities», 2017, https://doi.org/10.25969/MEDIAREP/12514; W. E. Underwood, «A Genealogy of Distant Reading», Digital Humanities Quarterly, 2017, http://www.digitalhumanities.org/dhq/vol/11/2/000317/000317.html.
  73. Piper, «There Will Be Numbers».
  74. Franco Moretti, Lectura distante (México, D.F.: FCE - Fondo de Cultura Económica, 2016).
  75. Richard Jean So, «"All Models Are Wrong"», PMLA 132, n.º 3 (2017): 669, https://www.jstor.org/stable/27037381.
  76. Piper, «There Will Be Numbers».
  77. Ibid.
  78. Lev Manovich, Cultural Analytics (Cambridge, Massachusetts: The MIT Press, 2020).
  79. Ted Underwood, Distant Horizons: Digital Evidence and Literary Change (Chicago: The University of Chicago Press, 2019).
  80. «Entrevista a Ted Underwood», 3 de marzo de 2023.
  81. Ricardo Martínez-Gamboa, «Big Data En Humanidades Digitales: De La Escritura Digital a La "Lectura Distante"», Revista Chilena de Literatura, n.º 94 (diciembre de 2016): 40, https://doi.org/10.4067/S0718-22952016000300003.
  82. «Entrevista a Antonio Rojas Castro», 3 de octubre de 2022.
  83. E. H Gombrich, Ideales e ídolos: ensayos sobre los valores en la historia del arte (Madrid: Debate, 1999).
  84. Carolina Gainza, «Literature and Algorithms: "Aesthesis" and "Mathesis" in Digital Humanities», Humanities and Big Data in Ibero-America: Theory, Methodology and Practical Applications, ed. Ana Gallego Cuiñas y Daniel Torres-Salinas (Boston: De Gruyter, 2023), 137.
  85. Ibid., 138.
  86. Umberto Eco, La estructura ausente (Barcelona: Debolsillo, 2011).
  87. James Gleick, Chaos: Making a New Science (New York: Penguin Books, 2008).
  88. Dong Nguyen et al., «How We Do Things With Words: Analyzing Text as Social and Cultural Data», Frontiers in Artificial Intelligence 3 (25 de agosto de 2020): 22, https://doi.org/10.3389/frai.2020.00062.
  89. Brown y Duguid, The Social Life of Information, 173.
  90. Wilhelm Windelband, «History and Natural Science», History and Theory 19, n.º 2 (febrero de 1980): 165, https://doi.org/10.2307/2504797.
  91. Geoffrey C. Bowker y Susan Leigh Star, Sorting Things Out: Classification and Its Consequences (Cambridge, Massachusetts London, England: The MIT Press, 2000).
  92. Ibid., 28.
  93. Yanni A. Loukissas, All Data Are Local: Thinking Critically in a Data-Driven Society (Cambridge, Massachusetts: The MIT Press, 2019).
  94. Golumbia, The cultural logic of computation, 8.
  95. «Entrevista a Maria José Afanador», 3 de septiembre de 2021.
  96. Ardevól, «Big Data y Descripción Densa», 21.
  97. David Bordwell y Carroll Noël, eds., Post-Theory: Reconstructing Film Studies (Madison, Wis.: Univ. of Wisconsin Press, 1996).
  98. Sergio Rodríguez Gómez, «An Agential-Narrative Approach on Art Semiosis», Technoetic Arts 17, n.º 3 (1 de octubre de 2019): 281-95, https://doi.org/10.1386/tear_00021_1.
  99. Jeroen Bouterse y Bart Karstens, «A Diversity of Divisions: Tracing the History of the Demarcation Between the Sciences and the Humanities», Isis 106, n.º 2 (junio de 2015): 341-52, https://doi.org/10.1086/681995.
  100. Ibid., 341.
  101. Laurel Richardson y Elizabeth Adams St. Pierre, «Writing: A Method of Inquiry», The SAGE Handbook of Qualitative Research, ed. Norman K. Denzin y Yvonna S. Lincoln (Los Angeles: SAGE, 2018).
  102. Miguel Escobar Varela, Theater as Data: Computational Journeys into Theater Research (Ann Arbor: University of Michigan Press, 2021).
  103. Richardson y Adams St. Pierre, «Writing».
  104. Ramsay, Reading Machines, 16.
  105. «Entrevista a Maria José Afanador».
  106. Manovich, Software Takes Command, 41.
  107. David M. Berry, «Introduction: Understanding the Digital Humanities», Understanding Digital Humanities, ed. David M. Berry (Houndmills New York: Palgrave Macmillan, 2012), 4.
  108. Clement Greenberg, «Hacia un nuevo Laocoonte Towards a Newer Laocoon», Revista Co-herencia 17, n.º 33 (2020): 19+, https://link.gale.com/apps/doc/A645242161/IFME?u=googlescholar&sid=googleScholar&xid=150312cc.
  109. Wendy Hui Kyong Chun y Thomas Keenan, eds., New Media, Old Media: A History and Theory Reader (New York: Routledge, 2006); Matthew Fuller, ed., Software Studies: A Lexicon (Cambridge, Mass: MIT Press, 2008); Nicholas Gane y David Beer, New Media. the Key Concepts, English ed, The Key Concepts, 1747-6550 (Oxford ; New York: Berg, 2008); Joost van Loon, Media Technology: Critical Perspectives (Maidenhead: Open Univ. Press, 2008); Noah Wardrip-Fruin y Nick Montfort, eds., The New Media Reader (Cambridge, Mass: MIT Press, 2003); ibid.
  110. James J. Gibson, The Ecological Approach to Visual Perception (New York: Psychology Press, 2011).
  111. Marshall McLuhan, Understanding Media: The Extensions of Man (Cambridge, Mass: MIT Press, 1994).
  112. Ignacio Siles, Living with Algorithms: Agency and User Culture in Costa Rica (Cambridge, Massachusetts: The MIT Press, 2023).
  113. Jesús Martín-Barbero, De los medios a las mediaciones: comunicación, cultura y hegemonía (México: Gili, 2001).
  114. Nick Couldry, «Theorising Media as Practice», Social Semiotics 14, n.º 2 (agosto de 2004): 119, https://doi.org/10.1080/1035033042000238295.
  115. Jane Frank, Paint or Pixel: The Digital Divide in Illustration Art (New York, NY: Nonstop Press, 2008); José Luis Maravall Llagaria y José Vicente Martín Martínez, «Pixel Art: Estética de La Necesidad o Elogio Del Medio», Arte y Políticas de Identidad 12 (28 de agosto de 2015): 145, https://doi.org/10.6018/236111.
  116. Maravall Llagaria y Martín Martínez, «Pixel Art».
  117. James Essinger, Ada's Algorithm: How Lord Byron's Daughter Ada Lovelace Launched the Digital Age (Brooklyn: Melville House, 2015).
  118. «Entrevista a Antonio Rojas Castro».
  119. Gavin et al., «Spaces of Meaning», 260.
  120. Nuria Rodríguez-Ortega, «Digital Social Sciences and Digital Humanities of the South. Materials for a Critical Discussion», Global Debates in the Digital Humanities, ed. Domenico Fiormonte, Sukanta Chaudhuri, y Paola Ricaurte (Minneapolis: University of Minnesota Press, 2022), 102.
  121. Friedrich Kittler, No hay software y otros ensayos sobre filosofía de la tecnología. (Universidad de Caldas, 2017); Zielinski, Arqueología De Los Medios; Siegfried Zielinski, «Arqueología prospectiva», H-ART. Revista de historia, teoría y crítica de arte, n.º 8 (enero de 2021): 217-43, https://doi.org/10.25025/hart08.2021.11.
  122. Rodríguez-Ortega, «Digital Social Sciences and Digital Humanities of the South. Materials for a Critical Discussion», 102.
  123. «Entrevista a Isabel Galina».
  124. «Entrevista a Ernesto Priani».
  125. Richard Rogers, Digital Methods (Cambridge, Massachusetts: The MIT Press, 2013); Richard Rogers, Doing Digital Methods (Thousand Oaks, CA: SAGE Publications, 2019); Tommaso Venturini et al., «A Reality Check(List) for Digital Methods», New Media & Society 20, n.º 11 (noviembre de 2018): 4195-4217, https://doi.org/10.1177/1461444818769236.
  126. Rodríguez-Ortega, «Digital Social Sciences and Digital Humanities of the South. Materials for a Critical Discussion», 109.
  127. «Entrevista a Mariana Córdoba», 14 de octubre de 2021.
  128. Rodríguez-Ortega, «Digital Social Sciences and Digital Humanities of the South. Materials for a Critical Discussion», 109.
  129. «Entrevista a Carolina Zúñiga».
  130. Leslie Araneda y Camilo Murcia Galindo, «Reparation + Resistance. Digital Archives in Latin America.» (En línea y Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, 20 de abril de 2023).
  131. Ibid.
  132. «Entrevista a Christina Boyles», 9 de marzo de 2023.
  133. María Eugenia González Ocampo, Sophie Álamo, y Agustina Miglorini, «Las Desapariciones de Luciano Arruga y Franco Casco: Investigación Sobre La Construcción Discursiva de Los Casos a Través de La Metodología Digital de La Analítica Cultural», Virtualis 7, n.º 14 (2016): 138.
  134. Isis Campos et al., «Legado de Las/Los Latinas/Os En Los Estados Unidos: Proyectos de DH Con Archivos Del Recovery», Digital Humanities 2018 Puentes-Bridges (ADHO Digital Humanities 2018, México, D.F., 2018), 59.
  135. Dejusticia, «Más allá de un guión: las voces de las víctimas invisibilizadas por Darío Acevedo» (Dejusticia), Accedido en 23 de noviembre de 2023, https://www.dejusticia.org/column/mas-alla-de-un-guion-las-voces-de-las-victimas-invisibilizadas-por-dario-acevedo/; Laura Salgado Carvajal, «Disputas Por La Memoria y Sus Repercusiones En El Derecho de Las Víctimas En El Contexto Actual Colombiano», Diálogos de Derecho y Política 0, n.º 28 (10 de agosto de 2021): 84-113, https://revistas.udea.edu.co/index.php/derypol/article/view/347181.
  136. Araneda y Murcia Galindo, «Reparation + Resistance. Digital Archives in Latin America.»
  137. «Entrevista a Christina Boyles».
  138. Gustavo I. de Roux, «Juntos Contra La Computadora», Acción y Conocimiento: Como Romper El Monopolio Con Investigación - Acción Participativa, ed. Orlando Fals-Borda (Santa Fé de Bogotá: CINEP, 1991), 53-72.
  139. Golumbia, The cultural logic of computation.
  140. Joanne Rappaport, El cobarde no hace historia Orlando Fals Borda y los inicios de la investigación acción participativa. (Bogotá: Editorial Universidad del Rosario, 2021), https://www.jstor.org/stable/10.2307/j.ctv1k76j1v.
  141. Orlando Fals-Borda, ed., Acción y Conocimiento: Como Romper El Monopolio Con Investigación - Acción Participativa (Santa Fé de Bogotá: CINEP, 1991).
  142. Paola Ricaurte Quijano, Descolonizar y Despatriarcalizar Las Tecnologías (México, D.F.: Centro de Cultura Digital, 2023).
  143. Ulises Mejías y Nick Couldry, «Colonialismo de Datos: Repensando La Relación de Los Datos Masivos Con El Sujeto Contemporáneo», Virtualis; Vol. 10, Núm. 18 (2019): Tecnopolítica disidente y cultura digital en América Latina, 20 de mayo de 2019, https://www.revistavirtualis.mx/index.php/virtualis/article/view/289.
  144. Ulises Ali Mejías, «La plantación, la fábrica, y el centro de datos» (Tierra Común, 21 de junio de 2020), https://www.tierracomun.net/blog/la-plantacion-la-fabrica-y-el-centro-de-datos.
  145. Mejías y Couldry, «Colonialismo de Datos».
  146. Escobar, «Cultura y Diferencia».
  147. J Ramos Martín, «Capitalismo Informacional y Tecnopolítica. Apuntes Sobre Configuración y Resistencia En Las Nuevas Formas de Medicación Base-Superestructuras», Economía Política de La Inforamción, La Comunicación y La Cultura En Colombia, ed. D. García, J. Ramos, y D Valencia. (Bogotá: Editorial Universidad del Rosario, 2020), 13.
  148. Ibid., 9.
  149. Sergio Rodríguez Gómez, «La Sociedad Del Autorregistro» (La sociedad del autorregistro, 2020), https://srsergiorodriguez.github.io/sociedad_autorregistro/.
  150. Juan Steyn y Andre Goodrich, «Site-Specific Cultural Infrastructure Promoting Access and Conquering the Digital Divide», Global Debates in the Digital Humanities, ed. Domenico Fiormonte, Sukanta Chaudhuri, y Paola Ricaurte, Debates en the Digital Humanities (Minneapolis: University of Minnesota Press, 2022), 262.
  151. Andrés Maximiliano Tello, «Tecnologías Insurgentes. Apropiación Tecnológica y Disidencias Maquínicas En América Latina», Tecnología, Política y Algoritmos En América Latina., ed. Andrés Maximiliano Tello (Viña del Mar: CENALTES ediciones, 2020), 55-77.
  152. Andrés Maximiliano Tello, «"Otro Fin de Mundo Es Posible". Revuelta y Anarchivismo», Re-presentaciones. Periodismo, Comunicación y Sociedad, n.º 12 (12 de enero de 2020): 85, https://doi.org/10.35588/rp.v0i12.4320.
  153. «Entrevista a Alex Gil».
  154. «Entrevista a Domenico Fiormonte», 4 de noviembre de 2021.
  155. Waldemar Cordeiro, «"Arteonica": Electronic Art», Leonardo 30, n.º 1 (1997): 33, https://doi.org/10.2307/1576373.
  156. Ibid., 31.
  157. Cordeiro, «"Arteonica"».
  158. Eduardo Kac, «Time Capsule», AI & Society 14, n.º 2 (junio de 2000): 247, https://doi.org/10.1007/BF01205454.
  159. Sergio Rodríguez Gómez, «Signos Visuales a Escala Humana: Una Clasificación de Métodos de Visualización de Datos y Una Reflexión Sobre Sus Alcances Para La Investigación Humanística», Revista de Humanidades Digitales 6 (26 de noviembre de 2021): 64-84, https://doi.org/10.5944/rhd.vol.6.2021.30734.
  160. Tamara Munzner, Visualization Analysis and Design (Boca Raton: CRC Press, Taylor & Francis Group, CRC Press is an imprint of the Taylor & Francis Group, an informa business, 2015).
  161. Johanna Drucker, Visualization and Interpretation: Humanistic Approaches to Display (Cambridge, Massachusetts: The MIT Press, 2020).
  162. Henk Borgdorff, The Conflict of the Faculties: Perspectives on Artistic Research and Academia (Amsterdam: Leiden University Press, 2012).
  163. Jürgen Habermas, «Modernity — An Incomplete Project», Modernism/Postmodernism, ed. Peter Brooker (London ; New York: Longman, 1992), 3-15.
  164. Rodríguez-Ortega, «Digital Social Sciences and Digital Humanities of the South. Materials for a Critical Discussion», 112.